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Foto: FEP

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De los pastos de Colombia al mercado global: Así trabaja un ganadero exportador

Por Pedro Fonseca - 25 de Febrero 2025

Carlos Botero ha encontrado en la exportación de bovinos una oportunidad de negocio. Su trabajo consiste en criar y engordar ganado para venderlo a empresas que los envían en barcos al exterior.


En su finca, Agropecuaria Patio Rico La Ceiba en la zona del Urabá antioqueño, Carlos Botero cría ganado para vender exclusivamente a reconocidas empresas exportadoras de ganado en pie, como Expoganados, Gold Land o Inversiones Bonanza J y C.

Su modelo de negocio es comprar animales de levante, con pesos que están alrededor de 300 kilogramos, para cebarlos hasta que alcancen entre 450 y 500 kilogramos. En su predio tiene árboles grandes y frondosos, con pastos nutritivos para alimentar a sus bovinos, en lo que se conoce como sistemas silvopastoriles (SSP).

Los animales pastan durante todo el día recorriendo la finca. Para maximizar la productividad, Botero ha implementado la rotación de potreros, de manera que cuando el ganado termina de consumir todo el pasto en un potrero, pasa al siguiente para seguir alimentado.

Al orientar su vocación hacia la venta del ganado al exterior, el ganadero mantiene estándares extremadamente rigurosos en su manejo sanitario. Por esta razón, ha obtenido múltiples certificaciones para su predio: Buenas Prácticas Ganaderas (BPG), Autorización Sanitaria y de Inocuidad (ASI), y el estatus de hato libre de brucelosis, con lo que garantiza la calidad de sus semovientes.


Requisitos para vender


Este tipo de ganado se selecciona con especial cuidado para garantizar que cumpla con los estándares exigidos por los mercados internacionales. Para que un animal sea apto para la exportación, debe cumplir con ciertas exigencias.

"Estas empresas tienen unos requisitos como que tienen que ser animales enteros, no castrados, y no pueden tener cachos largos, porque si no tienen problemas en el barco. Luego viene la empresa y le pone a cada animal su chapeta para tener el registro", explicó Botero.

Sin duda, el peso es otro factor de suma importancia. De acuerdo con el productor, hay una exigencia en peso para la exportación en pie, ya que los compradores prefieren animales más livianos que puedan llevar al centro de acopio en Cartagena donde los ceban para después embarcarlos.

"Para el mercado nacional, uno saca ganado de 500 kilogramos para arriba, y para exportación estamos sacando ganados de 450 kilos más o menos", precisó Botero. (Lea en CONtexto ganadero: Exportaciones de ganado dinamizan la economía ganadera interna)

Botero abastece su finca con bovinos que adquiere en distintas regiones del país. Normalmente los compra en las subastas del Urabá, pero a veces los adquiere en Magdalena o en Cesar, según la oferta.

El proceso de engorde toma varios meses. Él adquiere animales de 220-250 kilos que confía a un ganadero especializado en levante. Este alberga el ganado durante 8 meses en sus propios terrenos, donde levanta los animales para que alcancen los 300 kilos de peso.

Posteriormente, reincorpora estos animales a sus propios terrenos para la fase final de engorde, llevándolos hasta los 450 o 500 kilos durante un periodo adicional de 8 a 9 meses, completando así un ciclo productivo de aproximadamente 16 a17 meses.

"Estamos logrando ganancias de kilos muy buenas mensuales. El promedio del año pasado fue de 16,8 kilos por mes, pero la meta es llegar a 18. Eso significa que los animales ganan alrededor de 600 gramos al día", precisó.

No obstante, reconoció que estos niveles no se obtienen de manera constante, pues el verano también es una época crítica. Para manejar los tiempos más difíciles de sequía, el productor descarga la finca en temporadas estratégicas, de tal manera que no se quede sin comida para sus vacunos.

"A partir de diciembre empiezo a reducir la reposición. Por ejemplo, si vendo 120 animales, solo ingreso unos 80 nuevos, disminuyendo gradualmente la carga de la finca. Cuando regresan las lluvias, volvemos a aumentar la carga y retomamos nuestra meta mensual de comercialización de 120 animales", apuntó.

El proceso de exportación inicia con la programación de los envíos. "Cuando van a completar un barco, empiezan a llamar a los ganaderos que ya tienen. Nos dicen: 'Bueno, ¿cuánto tiene usted para este barco que lo tenemos previsto para finales de febrero?'", contó. (Lea en CONtexto ganadero: El año comienza con pie derecho para las exportaciones de ganado)

Él les informa cuántos animales tiene, y con base en eso, ellos programan el pesaje de los animales por grupos y envían el reporte del progreso para completar el banco. Luego, los animales son trasladados a su centro de acopio en Cartagena, y de ahí se embarcan a su destino, que en 2024 fueron 4 países: Irak, Egipto, Arabia Saudita y Jordania.

Gracias a su enfoque en la sostenibilidad, el bienestar animal y el cumplimiento de estrictos estándares sanitarios, Botero ha logrado consolidarse como un proveedor confiable para el mercado de exportación de ganado en pie. Con mercados demandando cada vez más bovinos colombianos, productores como él juegan un papel clave en la expansión de la ganadería nacional en el ámbito global.

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