banner

Cargando...

Hermes Solano, el juez que revoluciona la genética ganadera en Colombia

Melanny Orozco 23 de Marzo 2025
El legado de Hermes SolanoFoto: CortesíaEl ganadero y juez oficial de Asocebú aseguró que “no basta con tener buenas razas, es fundamental trabajar de la mano de datos precisos”.

El mejoramiento genético se ha convertido en una poderosa herramienta para transformar el sector, y pocos lo entienden mejor que Hermes Solano. A través de su historia y experiencia, descubrió cómo la genética puede cambiar el destino de la ganadería en Colombia.


Hermes Solano no es solo un ganadero, es un zootecnista cuya historia se entrelaza con la evolución misma de la ganadería en Colombia. Nacido en el seno de una familia ganadera de tradición en Valledupar, departamento del Cesar, creció rodeado de ganado y escuchando las historias de su padre, un reconocido ganadero de doble propósito.

Desde pequeño, su vida estuvo marcada por el compromiso con el campo y la pasión por mejorar la productividad ganadera. La trayectoria profesional de Solano comenzó formalmente en 1999, cuando ingresó a la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Cebú (Asocebú) como técnico de campo.

Durante 26 años trabajó incansablemente en esta institución, recorriendo el país y asesorando predios ganaderos en regiones como los Llanos Orientales, Magdalena Medio, Antioquia, Córdoba y la Costa Caribe. Su profundo conocimiento de las razas brahman y guzerá lo llevó a convertirse en clasificador oficial y juez nacional e internacional. (Lea en CONtexto ganadero: Ganadero cruzó guzerat con 12 razas distintas, esto fue lo que descubrió)

Desde hace 26 años, Hermes Solano hace parte de Asocebú. Foto: Cortesía


Enfoque integral


Hermes Solano fue uno de los pioneros en comprender el impacto del mejoramiento genético en la rentabilidad ganadera. Al enfrentarse a los cruces de diferentes razas, observó de cerca los resultados y se enfocó en maximizar el potencial de cada ejemplar.

Fue así como decidió apostar por el guzerá, una raza que se destaca por su rusticidad, fertilidad y capacidad de adaptación a las condiciones climáticas extremas de la región Caribe.

Solano afirmó que “para lograr productividad, hay que apostar por la genética”. En su finca El Burro, ubicada en la zona de Mariangola en Valledupar, ha implementado cruzamientos estratégicas con razas como jersey y pardo suizo para mejorar la producción lechera, obteniendo resultados significativos en fertilidad y rendimiento.

Además, ha incorporado tecnologías como la inseminación artificial, transferencia de embriones y fertilización in vitro para garantizar una genética superior en cada generación.

Solano es apasionado por las razas cebuinas, como brahman y guzerá, y es juez oficial de la primera en Asocebú. Foto: Cortesía

El profesional destacó la importancia de un enfoque integral en el manejo genético. El ganadero aseguró que “no basta con tener buenas razas, es fundamental trabajar de la mano de datos precisos”. Para ello, implementa controles lecheros periódicos, evaluaciones de ganancia de peso y monitoreo de características fenotípicas que garantizar la selección de los mejores ejemplares para la reproducción.

“El que quiere productividad debe tener genética, y esta se expresa con muy buen alimento y parámetros en selección”, subrayó Solano.

Según su experiencia, el manejo numérico de la información genética, combinado con la evaluación fenotípica, es la fórmula para obtener animales de alto rendimiento en condiciones tropicales.

En su finca, el uso de biotecnologías reproductivas ha sido esencial para consolidar una línea genética robusta y rentable. Las técnicas de fertilización in vitro y transferencia de embriones han permitido acelerar el mejoramiento genético, evitando la pérdida de características deseables en la descendencia.

Como juez ha aprendido a valorar el fenotipo de los animales y a calificar los ejemplares más sobresalientes. Foto: Cortesía


Llamado a la acción


Sin embargo, Solano no dudó en señalar que el camino hacia la excelencia genética está lleno de obstáculos, muchos de ellos vinculados a la falta de apoyo estatal. Los altos costos de energía para sistemas de riego, la limitada disponibilidad de maquinaria y la burocracia para acceder a subsidios son algunos de los desafíos que enfrenta día a día.

Según Solano, “el Estado debe ser un aliado estratégico en la modernización. Necesitamos apoyo para invertir en genética, tecnologías y capacitación que nos permitan ser más competitivos a nivel nacional e internacional”.

El profesional enfatizó que una ganadería eficiente y rentable no es solo cuestión de mejorar la raza, sino también de contar con infraestructura y recursos adecuados que impulsen la productividad. (Lea en CONtexto ganadero: Genética vs. tradición, el dilema en la selección de toros)

A pesar de los retos, el productor mantiene la esperanza de que la ayuda gubernamental y la incorporación de tecnologías modernas pueden transformar el panorama ganadero del país. En El Burro, continúa trabajando incansablemente, convencido de que cada mejora genética representa una inversión en el futuro del campo colombiano.

En su finca El Burro en Mariangola (Valledupar), implementó biotecnologías que han potenciado su hato. Foto: Cortesía


banner