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El balance ganadero de 2024 y las cartas para 2025

Oscar Cubillos Pedraza 21 de Febrero 2025
Exportaciones de carne y leche, consumo de leche y lacteosFoto: Imagen de chandlervid85 - serhii_bobyk - freepik en Freepik

Por: Óscar Cubillos Pedraza. Director de Planeación y Estudios Económicos. FEDEGAN – FNG En X @OscarCubillosP

El sector agropecuario pareciera ir de manera contra cíclica a lo que ocurre en el resto de la economía. Su crecimiento en 2024 contrastó con el registrado para para toda la economía. ¿Por qué tuvo el sector mejor de desempeño (8,1 % frente a 1,7 %), ¿Qué factores incidieron? Y ¿qué tanto mantendrá esa tendencia?, porque lo importante no es llegar sino mantenerse. Miremos estos aspectos desde el sector de la ganadería a la luz del entorno y de las cifras que arroja el DANE, para tener las mejores cartas en lo que resta de 2025.


La herencia de 2024


A nivel general, si bien comenzaron a dejarse atrás las graves problemáticas inflacionarias mundiales que se registraron desde 2021 hasta mediados de 2023, y cuyos efectos se filtran al interior vía comercio exterior, el consumo general de nuestra economía aun no da un salto lo suficientemente alto como para reactivarla.

Pero también venimos de un entorno caracterizado por políticas públicas económicas indefinidas e inestables, altas cargas tributarias y dificultades para hacer negocios. A esto hay que adicionarle la situación de inseguridad en el país, especialmente en sus zonas rurales. Eso explica en gran parte el crecimiento económico para 2024, de tan solo de 1,7 %.

Intentando explicar el espectacular crecimiento del sector agropecuario (8.7 %), realmente lo que registró este sector fue un crecimiento importante de su oferta. Sin embargo este esfuerzo productivo encontró un consumo todavía deprimido que, sin duda, ocasionó regulares comportamientos en el valor de su producción.


El comportamiento del sector lechero


Precisamente el sector lechero colombiano es un claro ejemplo del alto crecimiento en el volumen de la producción, pero asociado al decaimiento de los precios que se le pagan al productor.

De acuerdo con las cifras del DANE, el crecimiento promedio trimestral en la producción de leche fue de 8,7 %, que determina un estimado de 7.712 millones de litros de leche producidos en 2024 —un salto importante de 615 mil litros frente a los 7.097 millones de litros registrados en 2023—.

Este incremento productivo, asociado con altos inventarios de leche en polvo que registró la industria lechera y a los altos niveles de importaciones, aumentaron aún más la oferta de leche que, frente atonía del consumo, hizo que los precios pagados al productor mantuvieran su tendencia a la baja.

Un par de cifras ilustran ese hecho. En inventarios, el promedio mensual en 2024 estuvo por encima de las 18.900 toneladas que, frente a las 11.200 registradas 2023, muestran un aumento mensual nada despreciable de 7.700 toneladas. Es decir que la industria se aprovisionó en más de un 68,8 % adquiridos en un entorno de precios deprimidos para el productor.

Respecto a las importaciones, se adquirieron en 2024 alrededor de 62 mil toneladas de leche y sus derivados (aproximadamente 528 millones de litros). Este volumen, compreso a ganaderos e industrias de otros países, representa el 6,9 % de la producción de nuestros ganaderos. Resultado: ¡exceso de oferta que continuó con deprimiendo los precios pagados al productor!

Este hecho lo registra el precio promedio pagado al productor colombiano. 2024 inició con un precio de $2.082 por litro de leche cruda y terminó el año en $1.938, ¡una caída de ingreso para el productor de 7 %!

Con esta baja, el desplome del ingreso del ganadero se elevó a 18 % en tan solo 21 meses —de marzo de 2023 a diciembre de 2024—.

Lo paradójico de esa situación —y por qué no llamarla, del sacrificio de los ganaderos— no se reflejó, en 2024, en una baja ni siquiera medianamente proporcional en los precios que se cobran al consumidor, que apenas disminuyó 0,29 % en el litro de leche y 0,33 % en los quesos. En derivados lácteos, por el contrario, se incrementó 3%. ¿Quién se quedó con mi trabajo?, pues la caída en el precio al productor fue de 7% en 2024.

De allí que el acopio industrial en ese año aumentara apenas 0,94 %, pues buena parte del crecimiento que debió “haber sido” provino de inventarios e importaciones, Esto influyó para que los precios pagados al ganadero tuvieran presión a la baja. El acopio de leche cerró 2024 con 3.359 millones de litros comprados por la industria.

Retomando el hilo de las importaciones, en 2024 se adquirieron cinco veces más leche y derivados. Con exactitud fueron 62.220 toneladas, que pesan 15,7 % dentro del acopio. En otras palabras, de cada cien litros de leche que utilizan las industrias nacionales de alimentos, dieciséis fueron importados, como se dijo, pagados a ganaderos e industriales de otros países.

La dinámica de importación pudo ser mayor de no ser porque a mediados de septiembre de 2024 se colocó una medida compensatoria provisional propia a un extra-arancel de 4,86 % a la leche en polvo importada desde EEUU. Esto como respuesta de Colombia a los subsidios otorgados por el gobierno americano a sus productores lecheros, que sumaron alrededor de US$1.209 millones, unos $4,6 billones solo para 2023.

Otro factor que jugó en contra de la dinámica importadora, fue la devaluación del peso especialmente en el segundo semestre del año. En este periodo se registró una tasa de cambio más alta, cuyo efecto fue el encarecimiento de las compras de leche y derivados desde el exterior. Además, los precios internacionales de leche en polvo (EEUU, Europa y Oceanía), tuvieron tendencias alcistas en sus cotizaciones en los tres primeros trimestres de 2024.


Exportaciones de la industria con platica de los ganaderos


Uno de los elementos que pudo salvar el año lechero fue el incremento exportador —el mejor año desde 2009—. Se registraron envíos al exterior por 12.285 toneladas de leche y sus derivados, equivalentes a US$49,9 millones, registrando una balanza comercial lechera deficitaria que podría rondar los US$150 millones de dólares, pues el reporte del DANE trae una clasificación por demás muy curiosa para este renglón (Productos lácteos y huevos de aves).

El portafolio de productos lácteos exportados se concentró en su mayoría en leche en polvo entera, 71 %, y quesos frescos, 12. Por mercados, en Venezuela y EEUU con participaciones de 76% y 15% respectivamente dentro del valor total exportado.

Para estimular tales exportaciones se utilizaron recursos de los ganaderos. ¡Sí, así es! El Fondo de Estabilización para el Fomento de la Exportación de Carne, Leche y sus Derivados (FEP), por orden el ministerio de Agricultura, utilizó sus recursos, es decir, los provenientes de los ganaderos, para aportar al cierre de precio en cada tonelada exportada y poder generar competitividad en los mercados destino. Esto, se argumentó, con el ánimo de mitigar en alguna medida la crisis lechera.


Cifras del estancamiento de la demanda de leche y derivados lácteos


Con precios que no descendieron para el consumidor, la demanda se mantuvo en un estancamiento frente a años anteriores. En 2024 el consumo aparente de leche y derivados lácteos (equivalente en leche líquida) fue de 153 litros persona año, lejos aun del registro de 2021 cuando alcanzó 162 litros.

En ese sentido, con mayor nivel de producción y menores precios al ganadero, los niveles de consumo debieron tener mejores repuntes, pero los precios fijados por industria y comerciantes no transfirieron adecuadamente las bajas que sí soportó y sigue soportando el productor lechero.


El comportamiento en la faena y el sector cárnico


Aquí vuelve y juega el deprimido consumo. La faena de bovinos y búfalos comenzó 2024 a la baja como herencia de los altos precios de 2023. La buena noticia es que con el transcurrir del año la inflación general fue cediendo y el IPC de la carne de bovino terminó el año con la menor alza entre las carnes, 0,7 %, frente a 3,1 % en la carne de porcino, 2,1 % en la de pollo, y 3,6 % en la de pescado. La única proteína animal que tuvo descenso en su precio durante 2024 fue el huevo con una baja de 9,9 %.

Así las cosas, las familias optaron de nuevo por consumir su proteína de mayor preferencia: carne de res. De allí entonces que se haya incrementado la faena, cerrando 2024 con el sacrificio formal de 3,28 millones de cabezas, 4,5 % más del registro de 2023, de acuerdo con los datos presentados por DANE.

Tomando solo el sacrificio formal, en 2024 el consumo aparente se elevó a 18,2 kg por persona (carne y vísceras), como reflejo de una mayor demanda de carne bovina, apenas superior en 2,8 % al registro de 2023 cuando llegó a 17,7 kg por persona.


Exportaciones de carne


Este renglón tuvo gran dinámica en el segundo semestre del año gracias a una tasa de cambio que estimuló las ventas hacia afuera como complemento a precios internacionales más estables (aun con la expectativa de que puedan mejorar).

En 2024 se exportaron 24.769 toneladas de carne y 4.679 toneladas de vísceras. Adicionalmente salieron hacia el exterior 238.600 bovinos en pie. En conjunto las ventas sumaron US$301 millones.

Los principales destinos de las ventas de carne fueron Rusia, China, Chile y El Salvador a los que se sumaron otros 17 destinos. Para vísceras los compradores fueron Vietnam, Hong Kon y Rusia, además de otros once mercados.

Respecto a la exportación de bovinos en pie, estas se dirigieron a Irak, Egipto, Arabia Saudita, Jordania y Venezuela (este último con apenas 619 bovinos).


Importación de carne


En 2024 se registró la entrada de 10.757 toneladas procedente de EEUU, Chile, Canadá, Uruguay, Argentina y Paraguay. Es un volumen inferior a la cifra alcanzada en 2023 cuando ingresaron 11.842 toneladas (disminución en volumen de 9,1 %)

Este volumen de compras tiene como destino mercados nichos premium del país, y tan solo representa el 1,3% de la producción nacional formal de carne y vísceras.

Al contario, la importación de bienes sustitutos a la carne de bovino registró una dinámica importante. La carne de pollo sumó 44.723 toneladas y la de carne de porcino 142.892, que en conjunto representa 22% de la producción de carne de bovino.


Los precios del novillo gordo


El precio del novillo gordo en COP kilo en pie mantuvo importante estabilidad, pero en el entorno exportador terminó afectado por los movimientos de la tasa de cambio interna y la de sus principales competidores (especialmente Brasil y Paraguay). Esto hizo que en el primer semestre de 2024 fuéramos menos competitivos internacionalmente, pero con la depreciación del peso en el segundo semestre del año esta tendencia se revirtió e influyó positivamente en las exportaciones.


El desmejoramiento de la seguridad rural


Pero no todo fue tan bueno. El sacrificio clandestino continúa siendo el principal flagelo de la cadena de valor. Es un delito que le genera una competencia desleal a la industria frigorífica, evade impuestos y tributos y, lo más delicado, trae consecuencias graves sobre la salud pública.

El Consejo Nacional de la Carne Bovina ha estimado en 40 % del sacrificio formal el sacrificio clandestino. En animales en pie estamos hablando de 1,3 millones de animales.

Pero además de la afectación al patrimonio del ganadero víctima del abigeato y del carneo, abigeato, también se registra alteración de Guías Sanitarias de Movilización Interna - GSMI.

El desmejoramiento de la seguridad rural ha influido para que el sacrificio clandestino se incremente. Por ello resulta urgente establecer, de manera universal, el sistema de trazabilidad e identificación animal articulado con las GSMI, con el fin de tener herramientas efectivas para la lucha contra este flagelo.


Las cartas hacia 2025


En el tema lechero será fundamental que los precios al consumidor no tengan mayores alzas. La mala noticia es que en solo el primer mes de año el IPC de leche líquida se incrementó 0,8%, el de quesos 1,37% y el de derivados lácteos 2%, que impactan la reactivación de la demanda.

Pero hay otra carta, y es seguir consolidando las exportaciones, específicamente hacia Venezuela, que al fin y al cabo requerirá una tasa de cambio lo adecuadamente competitiva.

Los fenómenos climáticos seguirán teniendo un papel fundamental, especialmente la probabilidad de un nuevo fenómeno de La Niña. Aquí debemos jugarnos otra carta: autorregular la producción de leche en cada hato ganadero, teniendo como alternativa la producción de novillos. Esto es muy importante para evitar deprimir aún más el ya golpeado precio que se paga al ganadero.

Frente a la exportación de carne y animales en pie, la carta es avanzar. Lo que más pueda lograse. Y ojalá alcanzar la admisibilidad sanitaria de carne en el mercado de EEUU, y, por supuesto, seguir consolidando los mercados ya abiertos.

Finalmente, una carta que está en manos del gobierno: la seguridad y orden público. Hay que repetirlo. La seguridad y el orden público son fundamentales para el desarrollo de las actividades ganaderas. También hay que prestar mucha atención a temas regulatorios en materia de exportación de bovinos en pie. Un mensaje final: ¡manos a la obra!


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