Los avances en biotecnología han revolucionado la selección de machos para reproducción, permitiendo predecir al detalle las características que heredarán sus crías. Ariel Jiménez, especialista en mejoramiento genético, explica cómo las innovaciones que están redefiniendo el futuro de la ganadería.
Durante siglos, la selección de toros se basó en la observación empírica y en la herencia visible de ciertos rasgos físicos. Sin embargo, con los avances de la biotecnología, hoy en día se pueden predecir con gran exactitud las características que un toro transmitirá a su descendencia.
Ariel Jiménez, gerente de innovación y genética en Semex, explicó que la escogencia de sementales para realizar inseminación artificial se realiza con base en información detallada sobre su potencial genético.
“Lo importante en este punto es seleccionar reproductores que posean información confiable de su potencial genético, pues así se asegura que la siguiente generación sea superior en muchos aspectos”, enfatizó Jiménez.
Esto significa que los ganaderos pueden optimizar sus hatos seleccionando ejemplares con mejor rendimiento en producción de leche o carne, reduciendo costos y maximizando la rentabilidad.
Herramientas tecnológicas
La innovación ha llevado al desarrollo de diversas herramientas que facilitan la elección de los mejores sementales. Entre ellas se encuentran:
- Pruebas de progenie: Permiten evaluar la calidad genética de un toro con base en el desempeño productivo de su descendencia.
- Evaluaciones genéticas y genómicas: Analizan información sobre el ADN de los animales para predecir su rendimiento en características clave, como ganancia de peso, eficiencia alimenticia, etc.
- Índices de selección: Combinan diferentes rasgos genéticos en un solo valor para facilitar la toma de decisiones.
Los datos obtenidos se reflejan en catálogos estructurados con información gráfica y numérica sobre la Predicted Transmitting Ability (PTA) en ganado lechero y la Diferencia Esperada de Progenie (DEP) en ganado de carne.
La PTA en palabras sencillas, expresa su superioridad o inferioridad genética para una característica en particular. La DEP es una herramienta que predice el valor genético de un bovino. Esta información es clave para garantizar que las futuras generaciones de bovinos sean más eficientes y productivas. (Lea en CONtexto ganadero: Mejora genética reduce emisiones y optimiza la ganadería)
Jiménez destacó que los productores deben aprender a interpretar estos datos para tomar decisiones acertadas. “El uso cotidiano de toros o reproductores sin información conlleva a una pérdida del potencial genético y productivo del hato”, advirtió.
Genómica, el futuro
Uno de los avances más disruptivos en la ganadería es el uso de la genómica, una herramienta que permite conocer el potencial genético de un animal desde su nacimiento. Gracias a esta tecnología, los ganaderos pueden invertir en la crianza solo de ejemplares con mejores características, lo que reduce costos y mejora la rentabilidad a largo plazo.
“La genómica ayuda a conocer cuáles individuos heredaron la mejor combinación de genes para el sistema productivo”, expuso Jiménez. En razas lecheras, donde los costos de crianza son elevados, esta herramienta se ha convertido en una aliada estratégica para maximizar la eficiencia del hato.
Impacto económico y retos
El mejoramiento genético no solo beneficia la productividad de los hatos, sino que también tiene un impacto directo en la economía ganadera. Un toro con características superiores puede generar descendencia más eficiente en conversión alimenticia, reduciendo costos de producción y aumentando la rentabilidad del productor.
En Colombia, los avances en mejoramiento genético han sido significativos, especialmente en razas de carne como brahman, gracias a la evaluación genética realizada por la Asociación colombiana de Criadores de Ganado Cebú (Asocebú). No obstante, en las razas lecheras aún existen desafíos debido a la falta de programas estructurados de recolección y análisis de datos a nivel nacional, en comparación con países como Estados Unidos o Canadá.
Jiménez señaló que uno de los principales errores en el país es el uso de toros sin información genética y la falta de programas de mejoramiento genético al interior de las fincas. “Es fundamental diseñar e implementar programas estratégicos de selección y descarte con objetivos claros”, recalcó. (Lea en CONtexto ganadero: El mejoramiento genético es cada vez más asequible para el pequeño ganadero, asegura experto)
Finalmente, para consolidar la ganadería colombiana en el ámbito internacional, es necesario desarrollar un sistema oficial de identificación y recolección de información genética, estandarizado y accesible para todos los productores. Además, se requiere mayor capacitación sobre el uso de herramientas genómicas y evaluaciones genéticas, de manera que los ganaderos puedan tomar decisiones informadas y estratégicas.
El futuro de la ganadería colombiana dependerá de la rapidez con la que se adopten estas tecnologías y de la implementación masiva de programas estratégicos de mejoramiento genético en cada predio. Solo así se podrá garantizar una producción más eficiente, rentable y sostenible, como lo expuso Jiménez.