Vacas vacías vs. preñadas: El verdadero costo de no obtener terneros

Las vacas vacías y preñadas tienen necesidades nutricionales y de manejo similares en términos de alimentación, agua, espacio y cuidados veterinarios. Ambos grupos de animales requieren un suministro constante de forraje y suplementos alimenticios para mantener su salud y productividad potencial. (Lea en CONtexto ganadero: Más que diagnosticar vacas preñadas, es importante detectar las vacas vacías)

El costo de mantener una vaca vacía no difiere significativamente del costo de mantener una vaca preñada. Sin embargo, la diferencia clave radica en los resultados productivos que cada grupo genera.

Miguel Ortega, profesor de agronomía, explica que el ganadero debe imaginarse “que tiene dos vacas en un rebaño en la misma finca. La vaca A que quedó preñada y la vaca B que no quedo preñada. Estos animales comen pasto, por lo que nuestras cuentas y estudios indican que una vaca se come como unos 60 kg de pasto al día”.

En ese orden de ideas, el profesional añade que “los costos de producción orientan que un 1 kg de pasto cuesta entre USD 0.40 y 0.50 al día, es decir, en 365 días, cada una de esas dos vacas se consumió USD 180 en pasto”.

Entonces, las vacas preñadas producen terneros, lo que añade un valor significativo al inventario del ganadero, pues cada ternero representa una nueva fuente de ingresos, ya sea para venta o para incrementar el hato ganadero.

La preñez regular de las vacas contribuye a una mayor eficiencia en el manejo del hato. Un hato con altos índices de preñez es más productivo y rentable, ya que maximiza el uso de los recursos disponibles.

De acuerdo con Ortega, “la vaca que parió genera un ternero que se puede vender. Además, está dando leche por lo menos unos 200 días al año después de haber parido, lo cual genera ingresos para el productor”

¿Qué pasa con la vaca que no parió y no produjo nada?

Según el profesional, “cuando se suman los ingresos y se restan los costos, la vaca que quedó vacía generó pérdidas, pero la vaca que quedó preñada, generó márgenes de ganancias”.

Las vacas vacías representan una pérdida económica para los ganaderos e impactos negativos en los costos sin retorno, la reducción en la productividad global y el desperdicio de recursos.

Es por esto que para maximizar la preñez, los ganaderos deben implementar estrategias como el manejo reproductivo eficiente, la nutrición adecuada, el control de salud y bienestar y la selección genética. (Lea en CONtexto ganadero: Aspectos a tener en cuenta en el manejo de la vaca vacía)

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