¿Cómo regular la carga animal y el periodo de descanso en zonas áridas y semiáridas?

Para determinar la carga animal y el periodo de descanso se deben seguir las sugerencias de expertos así como basarse en datos de la propia finca. Teniendo en cuenta la variabilidad e imprevisibilidad del régimen hídrico en este tipo de zonas, ambos aspectos deben ajustarse a estas condiciones.

En el artículo “Manejo del pastoreo en pastizales de zonas áridas y semiáridas” hecho por R. A. Distel de la Universidad Nacional del Sur de Argentina, el autor señaló que la decisión más adecuada es variar la carga animal en función de las lluvias y la disponibilidad de pasto. 

Indicó que los ajustes se deben realizar variando la carga de animales jóvenes. “Si el ajuste se realiza sacando y reponiendo animales adultos (vientres) la ecuación económica comúnmente empeora”, aseguró. (Lea: Pastos de corte como estrategia para incrementar la carga animal) 

Esto debido a que con la venta de los adultos se podrían perder años de mejoramiento genético y de adaptación al ambiente local. Como recomendación, el ajuste de la carga se podría hacer al uso del promedio de producción anual de forraje o la capacidad de carga del potrero en sequía ordinaria (de menos de un año de duración), lo que ayudaría a prevenir la degradación de los pastos. 

En la temporada de lluvias se podría usar el sobrante del pasto para recuperar el vigor de las especies claves del potrero, hacer quemas controladas para evitar cambios florísticos indeseables o destinarse a la recría. Cuando la sequía es extraordinaria (severa y de más de un año), se reduce la carga comenzando por los animales susceptibles para atenuar la degradación del potrero.

Una práctica común en estas situaciones es la suplementación para retrasar la salida de los animales del campo. Pero si los animales siguen teniendo acceso al pastizal, la suplementación puede agravar aún más el deterioro porque prolonga la sobreutilización. (Lea: Ocupación de potreros debería ser de un día o menos)

El autor apuntó que se debe tener en cuenta la falta de respuesta inmediata postsequía de la vegetación, producto de la mortandad de plantas, baja densidad de macollas por mata y reducción del banco de semillas del suelo. De hecho, la mayor pérdida de condición corporal del ganado comúnmente se observa en el año postsequía, aún con lluvias por encima del promedio.

Regulación de los periodos de utilización y descanso

El autor sostuvo que otra decisión importante en el manejo del pastoreo se refiere al control de los periodos de utilización y descanso. En este sentido, la estrategia de pastoreo debería apuntar al mantenimiento del vigor de las especies claves del pasto, “de modo tal de permitir la expresión del potencial productivo, la capacidad reproductiva y la habilidad competitiva”.

Dado que se pueden presentar diferencias entre el tiempo de crecimiento de los pastos y el consumo animal, lo que sucede en regiones áridas y semiáridas dominadas por gramíneas perennes, la estrategia es “evitar sobrepasar un nivel mínimo de biomasa residual y otorgar periodos de descanso apropiados para la recuperación del área foliar perdida por defoliación”.

Ambos requerimientos (control de la biomasa residual y del periodo de descanso) podrían satisfacerse mediante un sistema de pastoreo rotativo, enmarcado en un plan de manejo adaptativo. (Informe: Conozca los pasos para la planificación de la carga animal de la finca)

Por otra parte, la evidencia circunstancial básica sobre las respuestas morfo-fisiológicas de las plantas a defoliaciones moderadas a intensas es consistente con la hipótesis de superioridad del pastoreo rotativo en el mantenimiento del vigor de las especies clave del pastizal.

Las plantas pastoreadas requieren un periodo posdefoliación de semanas de duración (variable en función de características de la especie y del ambiente) para reajustar su morfofisiología y recuperar un funcionamiento normal, lo que se puede lograr con pastoreo rotativo en lugar del pastoreo continuo. 

“El descanso posdefoliación es crítico para la supervivencia, crecimiento y reproducción de las plantas, aun en especies tolerantes a las defoliaciones”, remató Distel.