¿Quiere cultivar yuca? Aquí se explica qué necesita para hacerlo

En Colombia se reconoce la importancia de este cultivo. Los 2.8 millones de toneladas de raíces producidas al año provienen de los 32 departamentos, donde la región Caribe participa con más del 52% del total nacional, seguida por las regiones Andina, Orinoquía, Pacífico y Amazonía, como explica Agrosavia en el ‘Manual de manejo de yuca industrial en el Caribe colombiano’.

La yuca presenta una alta capacidad de adaptación y defensa, debido a su fisionomía, encontrándose en diferentes pisos térmicos y regiones, donde puede tolerar períodos secos y diferentes condiciones climáticas.

Las raíces contienen un gran porcentaje de carbohidratos, y las hojas frescas, que contienen vitaminas, minerales y proteínas, pueden ser usadas para el consumo humano y animal; sin embargo, en Colombia solo las raíces son usadas como alimento humano, y una limitada fracción, para alimentación animal, expone Agrosavia. (Lea en CONtexto ganadero: El encadenamiento productivo en la agroindustria de la yuca)

Requerimientos del cultivo

Para la yuca se requiere un manejo adecuado de la labranza, de acuerdo con las condiciones del terreno y los requerimientos del cultivo que se detallan a continuación:

Labranza: El principal producto de la yuca, las raíces comerciales, se encuentran albergado en el suelo, por lo cual se requiere un manejo adecuado de este recurso.

De acuerdo con Agrosavia, “para un buen desarrollo de las raíces y facilitar la labor de cosecha, a nivel físico el cultivo requiere de suelos sueltos, profundos y bien drenados, por lo cual es necesaria una buena preparación del suelo, según las condiciones del clima, el tipo de suelo y de vegetación, la topografía, los requerimientos de mecanización, entre otras características”. (Lea en CONtexto ganadero: El encadenamiento productivo en la agroindustria de la yuca)

La preparación debe garantizar al menos unos 20 cm de profundidad de suelo suelto y libre de terrones, para facilitar el crecimiento de las raíces en todas las direcciones, de forma que se cuente con un espacio propicio para que el material de siembra, la semilla, presenten altos niveles de germinación y producción.

Indicadores de calidad del suelo: Según Agrosavia, “los sistemas convencionales de yuca alteran las condiciones edafológicas de los suelos. En muchos casos, la falta de un manejo adecuado puede causar escasez en los nutrientes, aumento en la pérdida de suelo por erosión y poca actividad biológica”. El contenido de materia orgánica es uno de los indicadores que determinan la sostenibilidad de los sistemas de la yuca, ya que está relacionado con otros factores que promueven mejoras en el sistema productivo.

Fertilización del cultivo: El potencial de producción del cultivo está directamente relacionado con la necesidad nutricional y los rendimientos que se desee obtener, por lo que se deben tener en cuenta los siguientes factores:

• Potencial genético.
• Productividad del suelo.
• Condiciones climáticas.
• Nivel de tecnología aplicado.
• Uso de genotipos de alta producción.
• Adecuada preparación del lote y del terreno.
• Óptima densidad de siembra.
• Uso de riego.
• Adecuado y oportuno control fitosanitario.
• Rotación de cultivos.

Agrosavia señala que “si bien la fertilización está orientada a aumentar el rendimiento del cultivo, es una labor que se debe realizar garantizando la sostenibilidad del suelo y una buena producción de un ciclo a otro, ya que las plantas con mejor desarrollo fisiológico ofrecen mayor cobertura de suelo, lo cual lo protege del impacto de las gotas de lluvia y disminuye la erosión”. (Lea en CONtexto ganadero: Yuca forrajera sobrefertilizada, potencial alimento para animales)