La energía cambió el negocio de una cooperativa de productores de cacao de Tumaco

El diseño, elaboración y puesta en marcha de un sistema solar fotovoltaico ha sido fundamental para que Cortepaz, una asociación que reúne 295 familias productoras de cacao, ubicadas en el consejo comunitario el rescate las varas del municipio de Tumaco, hoy pueda llevar su producto a Europa.

Según el Consejo Mundial de Energía (WEC) capítulo Colombia, la “humanización de la energía” significa involucrar a más personas en el cambio y la construcción de nuevos sistemas energéticos. A partir de este concepto, la Fundación de MGM Ingeniería y Proyectos, empresa afiliada al WEC, trabaja para que la energía llegue a las comunidades más necesitadas y sea una fuente de desarrollo social, como en el caso de Cortepaz.

Después de pérdidas sucesivas desde el 2017 hasta 2020, Cortepaz, gracias a la gestión de la Fundación MGM, logró a partir de 2021 contar con un sistema de respaldo energético, y así mejorar la calidad del proceso de secado del cacao.

De acuerdo con Sebastián González, director de nuevos negocios MGM Ingeniería y Proyectos, en 2018 vieron que había una necesidad con el tema energético porque a pesar de tener un cacao de sabor y aroma no se podía secar bien por falta de energía. El proceso de producción del cacao tiene unos porcentajes de secado que necesitan una zaranda eléctrica y en esa zona del país duraban cuatro y cinco días a la semana sin energía, entonces las zarandas no funcionaba y el cacao se dañaba.

“Nosotros estructuramos todo el proyecto concentrado en darle energía a esa máquina y tener la posibilidad de expandir el proyecto a una segunda zaranda y había varias formas de hacerlo. Entonces colocamos equipos de primer nivel que aguantaran las condiciones del Pacífico colombiano. Y por esa razón trajimos inversores suizos, equipos, un sistema solar con paneles que conseguimos donados”, develó. (Lea en CONtexto ganadero: El Gobierno se la juega toda por el cacao)

Se trataba de almacenar energía para que la zaranda funcionara toda la semana y por eso se trajeron baterías de litio fabricadas en Hawái y que se sabía iban a aguantar las condiciones del trópico colombiano.

Cambio de tendencia

En opinión de Gustavo Adolfo Mindineros, director administrativo y comercial de Cortepaz, “este proyecto impulsó la transformación de nuestra comunidad en un territorio apartado de la geografía colombiana. Implicó un trabajo de articulación y de planificación. Así logramos contar con una energía que nos garantizó el acceso a mercados diferenciales. Por eso obtuvimos mejores precios que impactaron positivamente en las condiciones de vida de nuestras familias”.

La importancia del proyecto de energía solar realizado en esa comunidad es muy grande ya que garantizó la calidad del grano y permitió traer la totalidad de la producción a la organización y evitar las pérdidas en el proceso de secado. Eso mueve la economía dentro del territorio y ha hecho posible contratar mayor cantidad de mano de obra.

Esta comunidad en el año 2021 hacía parte del último transformador del circuito de Tumaco. Vivían cortes de suministro continuos y la variación del voltaje era tan grande que hacía que sus máquinas para secado (proceso que elimina el exceso de humedad de los granos por calentamiento) no se comportaran de manera idónea para asegurar la formación del aroma y del sabor del producto.

Antes de este proyecto, en Cortepaz se contaba con el servicio de energía alrededor de dos días por semana. Por eso no se lograban estabilizar los protocolos para la homogenización del grano de cacao, un fenómeno que también incidía en el proceso de extracción de algunos insumos. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Llegó la bonanza cacaotera!)

“Hoy, asegurar la producción y el uso de las diferentes formas de energía de manera respetuosa y compatible con el medio ambiente es necesario, pero no suficiente. Debemos introducir la dimensión social, darnos cuenta de que son las personas y las comunidades quienes más importan. No existirá transición energética sino se presupuesta como un agente de cambio fundamental desde las tres perspectivas de la sostenibilidad. El proyecto de Cortepaz demuestra que es posible lograrlo”, aseguró González García.

Por su parte, Daniel Díaz Toro, director ejecutivo del WEC, comentó que “es importante entender que no podemos realizar una transición a cualquier costo, y que en las hojas de ruta y en los planes que nos tracemos, siempre debe haber un ángulo social, entendiendo a qué paso podemos transitar, cómo los cambios van a afectar a nuestros ciudadanos, y qué capacidad de pago tenemos. Las personas, sus necesidades y las posibilidades de dar respuesta es lo fundamental para humanizar la energía. El proyecto de Cortepaz nos enseña mucho al respecto”.

Entre tanto González indicó que “la experiencia de Cortepaz y nuestro trabajo conjunto con el WEC nos obligan a seguir trabajando por avanzar hacia la humanización de la energía. Somos personas que trabajan para personas, y entendemos que la generación respetuosa y con énfasis social de la energía será la que finalmente nos ayude a alcanzar esa transición energética que tanto requerimos”.

Añadió que la idea es llegar a más comunidades, no solo de cacao, aunque con el cacao hay una oportunidad con la Sierra Nevada de Santa Marta, pero los cafeteros, los bananeros o incluso comunidades urbanas necesitan acceso a la energía.