Simposio de Bruselas ratifica el papel crucial que juega la carne en la sociedad

Desde la ciencia se ha demostrado el papel crucial que juega la carne en la sociedad que se planteó en la Declaración de Dublín, en octubre de 2022, la cual fue firmada por casi mil científicos de todo el mundo.

Ahora, en abril del presente año, el Animal Task Force (ATF) y la Asociación Belga para la Ciencia y la Tecnología de la Carne (BAMST) organizaron un simposio en Bruselas titulado “El papel de la carne en la sociedad: presentación de la Declaración de Científicos de Dublín” para comunicar las principales conclusiones de dicho evento.

La Cumbre, la Declaración y los documentos científicos de la Cumbre marcan un hito en la integración de los últimos conocimientos científicos disponibles sobre el papel de la carne y el ganado en la sociedad. “Y esto debería estar en el centro del debate sobre la resistencia y la sostenibilidad de nuestros sistemas alimentarios”, señala una nota de la revista Animal Frontiers.

La publicación de la revista científica fue acogida con satisfacción por el Director Adjunto de Investigación del Teagasc, Declan Troy, quien destaca que la ganadería sustenta los medios de vida de aproximadamente una de cada seis personas del planeta. La ganadería proporciona alimentos, nutrición, ingresos y mucho más a cientos de millones de personas y tiene un significado cultural perdurable para muchos. La aplicación de prácticas científicamente fundamentadas en la ganadería es clave para afrontar con éxito los retos mundiales de la salud, el clima y el desarrollo.

Las pruebas revisadas por expertos

Por su parte, la profesora Alice Stanton, del Royal College of Surgeons of Ireland, señala que las pruebas revisadas por expertos y publicadas en Animal Frontiers reafirman que la afirmación del Global Burden of Disease Risk Factors Report de 2019 (el estudio mundial más destacado) de que el consumo de incluso cantidades ínfimas de carne roja perjudica la salud, es fatalmente errónea desde el punto de vista científico y debería retractarse. (Lea: Científicos destacan el papel social de la ganadería a nivel mundial)

Los científicos especializados en nutrición coinciden en que eliminar la carne fresca y los lácteos de las dietas perjudicaría la salud humana, y las mujeres, los niños, los ancianos y las personas con bajos ingresos se verían especialmente afectados.

Durante el simposio de Bruselas, la profesora Stanton mostró la importancia de unas mediciones sanitarias transparentes y basadas en pruebas. Señaló a los participantes el hecho preocupante de que el análisis de datos de la Carga Mundial de Morbilidad de 2019, que ahora se reconoce que tiene errores, influye en las políticas de la FAO, la ONU, la OMS y la estrategia “De la granja a la mesa”, de la Unión Europea.

Insistió en que no hay pruebas de que la carne roja no procesada esté asociada a mayores riesgos para la salud y que se ha ignorado por completo la protección contra las deficiencias nutricionales. Los científicos, los responsables políticos y todos los implicados en el sistema alimentario deberían desconfiar mucho de las estimaciones sanitarias globales que no se basan en pruebas rigurosas y transparentes, indicó.

Los alimentos de origen animal son superiores a los de origen vegetal

A su vez, el profesor Adegbola Adesogan, Director del Instituto de Sistemas Alimentarios Mundiales de la Universidad de Florida, destacó que los alimentos de origen animal son superiores a los de origen vegetal en el suministro simultáneo de varios micronutrientes biodisponibles y macronutrientes de alta calidad que son fundamentales para el crecimiento y el desarrollo cognitivo.

Señaló que las recomendaciones dietéticas para eliminar los alimentos de origen animal de las dietas ignoran su importancia, en particular la gran necesidad de estos alimentos en las dietas de las personas desnutridas. (Lea: Ganadería y proteína animal, básicas para la seguridad alimentaria)

Entre tanto, el profesor Wilhelm Windisch, de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), destacó que los animales de granja mantienen un flujo circular de materiales en la agricultura. Utilizan y reciclan grandes cantidades de material vegetal que los humanos no pueden comer, convirtiéndolo en alimentos de alta calidad y ricos en nutrientes. Señaló que los programas de «talla única», como la reducción drástica del número de cabezas de ganado, podrían acarrear consecuencias medioambientales y nutricionales a gran escala.

En su presentación explicó que la única forma de gestionar esta tierra de forma sostenible es con ganado, ya que el pastoreo de ganado ayuda a crear espacios abiertos con una alta biodiversidad, con la sustitución de hábitats perdidos.

La vaca asesina del clima es una narrativa engañosa

También indicó que la vaca asesina del clima es una narrativa engañosa. El CO2 es un GEI débil pero extremadamente estable que se acumula una vez liberado de fuentes fósiles, mientras que el CH4 es un GEI fuerte, pero se degrada rápidamente. Si el número de rumiantes permanece constante, las emisiones de CH4 se mantendrán estables con la degradación. No contribuyen al calentamiento global. Dijo que alimentar al ganado con biomasa no comestible es el camino más inteligente hacia la circularidad y que no hay agricultura sostenible sin ganado.