Esta empresa brasileña ayuda a los ganaderos a reforestar y mejorar su productividad

Un reportaje de DW Español resalta el modelo de producción ganadera en el estado brasileño de Mato Grosso, señalando que es menos nocivo y más rentable. La solución: pasturas delimitadas, un principio de rotación de pastoreo, agua y pienso concentrados. Así es el sistema.

Eco Latinoamérica, programa de la cadena internacional de Alemania DW Español, visitó el municipio de Alta Floresta, en el norte del estado de Mato Grosso en Brasil, donde encontró un modelo de producción ganadera que restaura el suelo.

El bioma es amazónico pero «el espíritu es el de la tierra de los vaqueros», explicó el narrador. De hecho el municipio es reciente, fundado apenas en 1976 durante la intensa actividad del caucho en la Amazonía. (Lea: La ganadería sostenible es clave para frenar la deforestación en Amazonas)

El ingeniero ambiental Thiago Farias Nogueira relató que los habitantes llegaron a esa región por los incentivos del Gobierno con los cuales «se les animó a deforestar»; sin embargo, con el cambio de legislación, se prohibió la deforestación y ahora deben plantar lo que retiraron.

De acuerdo al reportaje, el suelo de la región ya no produce lo suficiente para la ganadería. La productividad en promedio es de 1 vaca por hectárea. «Cuando el bosque desaparece, el ganado es trasladado, contaminando también las fuentes de agua», añadió el narrador.

Por ello, Laurent Micol y sus socios crearon Pecuária Sustentável Da Amazônia (Pecuaria Sustentable de la Amazonía) o Pecsa, una empresa que restaura las explotaciones ganaderas respetando las leyes medioambientales. Según ellos, la demanda por sus servicios es alta.

En uno de sus primeros ensayos atendieron una finca con 3500 reses que ahora está bajo un modelo de pasturas delimitadas, rotación de pastoreo, agua y pienso concentrados especial para el ganado. Ahora cuenta con más animales en menos terreno y alcanzan peso para el sacrificio más rápido, alrededor de los 2 años.

«Cuando el pasto está más o menos a una altura de 80 cm o 1 m, el ganado entra en el potrero. Entran a comer la mejor parte de la hierba, que es la hoja. Se quedan allí durante 2 o 3 días. Luego les abrimos el portón al siguiente potrero y comen del pasto que ha llegado a la misma altura», precisó Micol.

El proyecto adelantó la reforestación cerca de los ríos y fuentes de agua, que ahora fluye a través de tuberías para las pasturas, con el objetivo de llevar el agua a los animales y no al contrario. Ahora el líquido tiene mayor calidad, lo que permite aumentar la producción. (Lea: Productividad de ganado de carne en Brasil mejora 30 % con árboles de eucalipto)

Además de generar protección medioambiental, puesto que el suelo almacena más dióxido de carbono y el ganado produce menos metano, Pecsa eleva la productividad de la finca y, como contraprestación, se queda con parte de las ganancias durante 6 años.

«Las granjas son grandes, aquí no hablamos de granjas de 10 o 20 hectáreas, estamos hablando de 700 hectáreas y un valor de 1 millón y medio de reales. Así que se trata de un volumen financiero del que los productos no disponen», anotó el empresario.

La estrategia de Pecsa es mantener el ganado en la región para evitar que se desplacen a otro lugar, con el riesgo de que no implementen prácticas sostenibles y continúe la deforestación. (Lea: Así es como la ganadería de Brasil está trabajando para reducir sus emisiones)

«Las estimaciones que el consumo mundial de carne de vacuno seguirá aumentando durante décadas. Esta producción tiene que salir de alguna parte. Todas las proyecciones indican que el lugar que tiene más potencial para satisfacer ese aumento de la producción es Brasil en la Amazonía. Así que tenemos que elegir dónde queremos producir, tenemos que hacerlo en las zonas que ya han sido deforestadas porque en estas áreas podemos aumentar la productividad hasta 10 veces», remató Micol.

Vea a continuación el video: