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Por CONtexto ganadero - 07 de Noviembre 2023
El ordeño es una actividad fundamental en cualquier lechería, por eso debe hacerse de manera adecuada y siguiendo unos parámetros que permiten tener un mejor resultado final.
El ordeño manual se encuentra, generalmente, en fincas pequeñas y medianas del trópico alto o lecherías especializadas, pero con bajo nivel tecnológico. Así mismo, en fincas de doble propósito de trópico medio y bajo.
Esta es la actividad más importante de toda finca lechera, es allí donde se cosecha el fruto de todos los esfuerzos e inversiones realizadas en la producción ganadera, según lo expuesto por Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero, elaborado por Fedegán.
Es al ordeñar donde se define, en gran parte, las condiciones de calidad de la leche por lo que la rutina correcta incide directamente en el precio de venta y, por ende, en la rentabilidad.
En el ordeño manual y en el mecánico se siguen los mismos pasos generales, lo importante es tener claro que se conserve la regla de oro de la calidad de la leche y de la sanidad de la ubre que es ordeñar pezones limpios, secos y bien estimulados.
Durante el proceso de ordeño se cumplen una serie de etapas. La primera es preparar el ordeño para lo cual se debe asegurar que todo esté debidamente dispuesto. Si el ordeño es en potrero, es importante rotarlo permanentemente y con más frecuencia en épocas de lluvias para así evitar la presencia de barro. Igualmente se recomienda que las vacas en ordeño estén aisladas del resto de animales por una cerca para facilitar su manejo.
Si se dispone de un establo o un corral de ordeño este debe ser aireado, permitir la fácil circulación de los animales y estar limpio desde el ordeño anterior. (Lea en CONtexto ganadero: Por qué y cómo estimular a la vaca antes del ordeño manual o mecánico)
En cuanto a utensilios, es preciso tener a la mano todo lo necesario para la labor como baldes, manilas, agua limpia, desinfectante, recipiente de despunte, toallas de papel, sellador, cantinas y filtros, y si lo requiere, comederos y suplemento alimenticio. Todos los utensilios deben estar en perfecto estado de aseo, libres de residuos de leche, de agua o de desinfectantes utilizados en el aseo anterior.
Respecto al ordeñador, debe bañarse previamente las manos con agua y jabón y, de preferencia, usar guantes de látex desechables ya que permiten mayor movilidad y sensibilidad que otro tipo de guantes. También conviene usar cachucha o gorro que eviten la caída de cabello en los recipientes utilizados.
Los animales para el ordeño deben trasladarse desde el potrero hasta el sitio de ordeño de la manera más tranquila posible, lentamente, sin gritos, piedras, palos o perros que generen estrés a los animales. El uso de banderas y métodos de manejo animal que preserven su bienestar, son cada día más importantes y usados por todos los productores.
Idealmente los animales deben pasar por un pediluvio con el fin de limpiar sus pezuñas del barro antes de llegar a la sala de espera y al terminar el ordeño, esta vez con una solución de formalina al 2 % para control de cojeras.
La sala de espera debe ser lo suficientemente espaciosa para garantizar el bienestar animal y no deben permanecer en esta área más de una hora y media, estar prevista de sombra y oferta de agua, principalmente en climas templados y cálidos. (Lea en CONtexto ganadero: Preserve la calidad de la leche con higiene en el ordeño)
La preparación y estimulación de las vacas se realiza mediante la limpieza, el despunte y la desinfección de los pezones, lo cual no debe tomar más de un minuto, con lo que se garantiza que al momento de ordeñarlas se encuentren con el mayor grado de estimulación y, por consiguiente, de hormona oxitocina circulando, facilitando el ordeño rápido y completo.
La preparación de las ubres incluye la limpieza de los pezones y la base de la ubre no la ubre completa, en lo posible se debe evitar el uso del agua en este paso frotando con la mano o con un papel desechable los pezones y la base de la ubre para retirar el polvo o mugre adherido.
Luego de la limpieza, se retiran los primeros chorros de leche de cada pezón para observar la presencia de grumos propios de casos de mastitis clínica. El despunte se debe realizar en un recipiente de fondo negro para observar más fácilmente los cambios de color y de textura de la leche. Estos chorros, además, limpian el canal del pezón. Esa leche debe descartarse.
Una vez se han limpiado los pezones y descartado los primeros chorros, la última parte de la preparación es su desinfección para lo cual se sumergen en una solución desinfectante y se deja actuar por lo menos por 20 segundos para que logre el efecto esperado, luego se debe secar cada pezón con un papel desechable para iniciar el ordeño propiamente dicho. (Lea en CONtexto ganadero: Los problemas más comunes durante el ordeño y sus causas)
El siguiente paso es el ordeño en sí mismo. Aunque hay diferentes métodos el más recomendado es a mano o a puño. Es el más tradicional y con la práctica se convierte en un proceso integrado y automático, aunque tiene tres etapas. La primera es tomar los pezones por pares con las dos manos presionando las bases con los dedos índices y pulgares para que la leche no se devuelva.
La segunda consiste en cerrar las manos y apretar con suavidad los pezones con los dedos restantes, empujando la leche hacia afuera. La tercera, sin soltar los pezones se aflojan los dedos de presión para que el pezón se llene nuevamente, se vuelve a presionar y se repite el ciclo hasta lograr el ordeño completo.
Luego de terminar el ordeño manual se debe proceder al sellado de cada cuarto sumergiendo los pezones en un producto indicado para tal fin.
Inmediatamente terminado el proceso de ordeño, los animales deben poder encontrar agua y alimento a voluntad ya que el ordeño es un proceso que desgasta al animal y se debe permitir su recuperación. (Lea en CONtexto ganadero: Malas prácticas de ordeño incrementan riesgo de mastitis)
La leche debe refrigerarse una vez ordeñada en el menor tiempo posible para evitar el crecimiento bacteriano que deteriore su calidad y entregarla al camión recolector lo antes posible. De no contarse con sistemas de enfriamiento es aconsejable mantener la leche en las cantinas a la sombra y en lo posible en un estanque de agua corriente que cubra al menos las dos terceras partes de la cantina.
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