Las respuestas productivas y reproductivas del uso de grasas sobrepasantes

En los últimos años, la utilización de la grasa sobrepasante ha resultado una estrategia alimenticia para disminuir problemas en el rendimiento causados por el Balance Energético Negativo (BEN), que incluyen caída en la producción, la salud o el desempeño productivo.

Según citaron los expertos Rolando Hernández y Thaís Díaz, el balance energético en un animal es la diferencia entre la cantidad de energía que ingiere y la cantidad de energía que se gasta. En el periodo postparto, ocurre un desbalance de energía o BEN.

En su artículo “Las grasas sobrepasantes y su efecto sobre la actividad productiva y reproductiva en rumiantes”, explicaron que las grasas son importantes por su alto contenido energético. (Lea: ¿Cómo se preparan jabones cálcicos para su ganadería?)

Dado que las grasas tradicionales son susceptibles de descomponerse con mayor rapidez en su paso por el rumen, nuevas tecnologías han generado grasas modificadas químicamente que permiten su uso en mayores niveles y con menor interacción a nivel ruminal. 

Estas grasas protegidas o by-pass, traducidas como sobrepasantes, son sales de calcio carboxiladas (jabones cálcicos), ácidos grasos saturados o grasas hidrogenadas. Al suministrarlas, se incorpora un mayor nivel de ácidos grasos insaturados en la dieta de rumiantes.

Esto no solo genera un aporte energético, sino también efectos no energéticos beneficiosos sobre el metabolismo, al igual que la respuesta hormonal e inmunológica del organismo del animal. (Lea: La importancia del colesterol en el metabolismo de los bovinos)

El efecto energético está relacionado con la mayor cantidad de energía que aportan los lípidos, lo que ayuda a disminuir el BEN durante el periodo posparto, contribuyendo a una mayor producción de hormonas LH y FSH, favoreciendo la ovulación.

Los no energéticos están asociados al tipo de ácidos grasos presentes en el suplemento y tienen que ver con el aumento de los niveles de colesterol (en especial la fracción HDL o “colesterol bueno”) y de los niveles de progesterona, o la modulación en la producción de prostaglandinas.

Además, inciden en hormonas y factores de crecimiento involucrados con la actividad productiva y reproductiva, bien sea porque mejora la tasa de concepción al primer servicio o la tasa general de preñez. (Lea: ¿Cuál es el límite de suplementación en grasa para ganado bovino?)

Adicionalmente, al suplementar con grasa con altos niveles de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) se puede generar una respuesta favorable en cuanto a la producción de leche y su composición, o también el crecimiento de los niveles de ácidos grasos esenciales (omega-6 y omega-3), un valor agregado al producto a la hora de venderlo al mercado.