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Foto: nutritionstudies.org

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Humanizar a los bovinos no es bienestar animal

Por CONtexto ganadero - 25 de Junio 2024

La relación entre los seres humanos y los bovinos ha evolucionado significativamente a lo largo de la historia. Hoy se ha humanizado los animales a tal punto que, algunos bovinos son tratados como mascotas.


Desde los tiempos en que los bovinos eran únicamente una fuente de carne y leche, hasta el presente, en donde se considerara fundamental su bienestar, los humanos siempre se han relacionado con estos animales. Sin embargo, en el afán de mejorar la calidad de vida de los bovinos, se está comiendo un error fundamental: la humanización de estos animales. (Lea en CONtexto ganadero: Más allá de las 5 libertades para un Bienestar Animal)

Este fenómeno no solo es antinatural, sino que también contradice uno de los principios esenciales del bienestar animal que es la libertad de expresar su comportamiento natural.

Para entender la gravedad de este error, es esencial comprender el concepto de las Cinco Libertades del Bienestar Animal, establecidas por el Consejo de Bienestar de los Animales de Granja del Reino Unido en 1965. Estas libertades son:

1. Libertad de hambre y sed.

2. Libertad de incomodidades.

3. Libertad de dolor, lesiones y enfermedades.

4. Libertad de manifestar un comportamiento natural.

5. Libertad de miedo y angustia.

De acuerdo con Ricardo Arenas Ovalle, médico veterinario especialista en especialista en finanzas y negocios internacionales, “el bienestar animal tiene cinco libertades. Una de esas explica que se debe dejar que el animal se comporte como sus instintos le dictan. Por lo tanto, hay que saber que un bovino es de manada, pastoreo y ambiente social, mas no es de suelos duros, lavarle los dientes ni atenderlos como si fueran unas mascotas”.

La cuarta libertad, la de manifestar su comportamiento natural, es donde la humanización de los bovinos presenta su mayor contradicción. Los bovinos, como todas las especies, tienen comportamientos innatos que son fundamentales para su bienestar.

Estos comportamientos incluyen la interacción social con otros bovinos, el pastoreo, el rumiar y el movimiento en espacios amplios. Al intentar humanizarlos, los humanos proyectan características y necesidades humanas sobre estos animales, olvidando que sus necesidades son inherentemente distintas.

Según Arenas Ovalle, “hay animales, como el bovino, que no son para tratarlos como mascotas. Hay una línea muy simple que no se debe pasar y está relacionada con la humanización, que no es buena. Hay personas que crían a los bovinos como mascotas y, es cierto que este animal se encariña con una persona por lo que puede llegar a tener unas conductas muy tiernas, pero son antinaturales”.

Uno de los comportamientos más naturales para los bovinos es el pastoreo en espacios abiertos. En muchos intentos de humanización, los animales son confinados en espacios reducidos y manipulados para comportarse de maneras no naturales, lo que limita severamente su capacidad para moverse libremente y expresar sus comportamientos innatos.

En palabras de Arenas Ovalle, “que sigan viviendo en un potrero, al aire libre donde puedan moverse y pastorear es lo ideal. Los humanos puede acariciar y consentir a los bovinos para crear una relación estrecha, pero de ahí a dejarlos entrar a la casa, a lavarle los dientes, a darles de comer crispetas, hay mucha diferencia y puede no ser tan bueno como se piensa”.

Esto puede llevar a un aumento en estrés y la aparición de comportamientos anormales en los bovinos, como el lamido repetitivo o el movimiento estereotipado. Además, hay que tener claro que los bovinos son animales sociales que establecen jerarquías y relaciones dentro de su grupo. Al humanizarlos, se les puede aislar de otros bovinos o forzar a interactuar en formas no naturales, lo que altera sus dinámicas sociales y puede llevar a conflictos y estrés. (Lea en CONtexto ganadero: Acariciar a los terneros contribuye a mejorar la ganancia de peso)