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Por - 20 de Septiembre 2022
La estrongiloidiasis es producida por los gusanos redondos (nematodos) Strongyloides que parasitan el sistema digestivo del ganado, caballos y mascotas. Conozca cuáles son las variedades que afectan a las distintas especies de ganado doméstico, los síntomas que producen y cómo tratarlas.
La estrongiloidiasis es producida por los gusanos redondos (nematodos) Strongyloides que parasitan el sistema digestivo del ganado, caballos y mascotas. Conozca cuáles son las variedades que afectan a las distintas especies de ganado doméstico, los síntomas que producen y cómo tratarlas.
Dentro de la familia Strongyloididae, se encuadra el género Strongyloides, que incluye especies responsables de la estrongiloidosis en el ser humano y los animales domésticos. Son parásitos que se alojan en el intestino delgado y pueden llevar a enteritis graves.
Según la enciclopedia en línea Parasitipedia, en mamíferos estos gusanos también se encuentran en estadios inmaduros de modo transitorio en piel, sangre, pulmones, e incluso en las ubres. Así afectan a cada tipo de animal según la especie:
Las infecciones con este helminto se denominan estrongiloidiasis o estrongiloidosis. Este portal recordó que el ganado infectado con Strongyloides no es contagioso para seres humanos. (Lea: Estos son los tipos de helmintos que más afectan a los rumiantes)
En rumiantes, las hembras de S. papillosus producen huevos en el intestino del hospedador antes de alcanzar las heces. Al salir, eclosionan y completan su desarrollo a larvas infectivas, que pueden penetrar en un nuevo hospedador a través de la piel, o con la hierba o el agua.
Cuando están al interior de los bovinos, las larvas emigran a los pulmones a través de los vasos sanguíneos. Allí atraviesan los alvéolos y cuando tosen son propulsados a la cavidad bucal, donde son tragadas y finalmente alcanzan el intestino, introduciéndose en la mucosa.
A los 9 días de la infección crecen a adultos. Las larvas infectivas pueden llegar a las ubres a través del flujo sanguíneo, y de allí infectar a crías en lactación. También pueden atravesar la placenta e infectar al embrión antes del parto. En ovinos, las larvas se establecen directamente en el intestino.
El ciclo de S. ransomi de los cerdos es similar. Las cerdas de cría pueden estar infectadas con larvas establecidas en el tejido graso, y la gestación y el parto estimulan la emergencia de dichas larvas que pueden infectar a los lechones a través del calostro.
El S. westeri de los caballos muestra un comportamiento similar, al igual que el S. avium en las aves, que también pueden infectarse a través de la piel. (Lea: Las causas que pueden provocar diferentes tipos de helmintiasis en bovinos)
S. papillosus perjudica sobre todo a bovinos jóvenes de 1 a 6 meses de edad. Los pulmones sufren por la infección de larvas inmaduras migratorias, que pueden a su vez causar infecciones con bacterias secundarias. En bovinos, ovinos y caprinos, las larvas dañan también la pared intestinal.
Esto provoca graves inflamaciones (enteritis) y diarrea que puede ser sanguínea, pérdida de apetito, fuerte pérdida de peso e incluso la muerte de animales fuertemente infectados. También puede dar graves dermatitis debida a las larvas que atraviesan la piel, con fuerte picor, especialmente en las patas.
En bovinos, las infecciones de S. papillosus pueden causar tos, disnea, fiebre y neumonía (la fase migratoria de las larvas). Tanto en bovinos como en ovinos y caprinos puede darse también enteritis, diarrea sangrienta intermitente, anemia, pérdida de apetito y debilitación.
Los lechones son los que más riesgo corren de sufrir daños por S. ransomi, pues las infecciones masivas producen diarrea sanguínea, anemia e incluso muertes repentinas. Durante la fase migratoria se pueden observar tos, dolor abdominal y vómitos.
S. avium afecta a las aves jóvenes, que están en explotaciones tradicionales con acceso al aire libre. Infecciones agudas graves provocan debilidad, pérdida de peso y diarrea mucosa o sangrienta. (Lea: El listado de enfermedades parasitarias más comunes en varias especies)
La identificación de pequeños huevos, ya embrionados en las heces puede confirmar el diagnóstico. En heces ya no frescas pueden hallarse pequeñas larvas. En aves pueden detectarse adultos de S. avium en muestras de raspado de la mucosa del ciego tras necropsia.
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