Cómo convivir y manejar adecuadamente a los parásitos bovinos

Los parásitos han coexistido con los bovinos desde tiempos inmemoriales, afectando especialmente a los animales jóvenes, con el agravante que tienen mayor incidencia bajo condiciones de estrés nutricional y adversidades climáticas.

Hugo Camargo, médico veterinario y actual representante de Vecol en el departamento de Asistencia técnica, explica que en el manejo de los parásitos bovinos hay que tener una serie de conceptos muy claros:

Los parásitos han estado, están y estarán en los sistemas de producción pastoril: Esto se debe a la dinámica misma de los ecosistemas ganaderos, donde el pastoreo expone a los animales a larvas y huevos de parásitos presentes en el suelo y las heces. Este ciclo es perpetuado por las condiciones ideales que ofrecen muchos sistemas extensivos para su desarrollo y transmisión.

“Es difícil erradicar los parásitos, especialmente los gastrointestinales. Para hacerlo, se tendría que hacer una repoblación de animales, cambiar la ecología en general, por lo que obviamente no es la idea”, menciona el profesional. (Lea en CONtexto ganadero: Parásitos gastrointestinales, un problema que genera pérdidas)

La erradicación completa de los parásitos es una meta inalcanzable en la práctica, dado que muchos de estos organismos han desarrollado adaptaciones específicas que les permiten sobrevivir en el entorno y en el hospedador. Sin embargo, esto no implica que los productores deben resignarse a las pérdidas que estos causan. Por eso, el enfoque debe centrarse en aprender a manejarlos eficazmente.

Los parásitos limitan la rentabilidad del negocio ganadero. El desafío es convivir con ellos, sin que afecten la producción animal: Convivir con los parásitos de forma sostenible implica aceptar su presencia y diseñar estrategias para que su impacto sea insignificante.

Esto requiere un enfoque basado en principios de manejo holístico, que aborden no solo el control directo de los parásitos, sino también la mejora de las condiciones del entorno y de los propios bovinos.

Según Camargo, por ejemplo, “en el caso de las garrapatas, hay que tratar de modificar la rotación de potreros para que la infestación al ganado no sea la misma. Es casi imposible erradicarlas por completo en algunas de las zonas”.

Los parásitos gastrointestinales afectan especialmente a los animales jóvenes y potencian su efecto bajo condiciones de restricciones nutricionales y malas condiciones climáticas: Estos animales son vulnerables a estos parásitos debido a su sistema inmunológico inmaduro y a su mayor dependencia de una dieta de alta calidad para el crecimiento.

En condiciones de restricciones nutricionales o estrés climático, esta vulnerabilidad se intensifica, resultando en cuadros clínicos graves que pueden comprometer su desarrollo futuro. Además, períodos prolongados de lluvias, por ejemplo, favorecen el desarrollo de larvas en el pasto, mientras que la sequía puede concentrar las heces y aumentar las cargas parasitarias en áreas específicas.

De acuerdo con Camargo, “cuando la comida no es de buena calidad y las condiciones medioambientales no son las mejores, se tendrá una prevalencia de parásitos de forma alta”. (Lea en CONtexto ganadero: Cuáles son los parásitos que más afectan las ganaderías en Colombia)