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Por - 01 de Marzo 2023
Hacia finales de 2022 Colombia tendrá una nueva normatividad de etiquetado nutricional para los alimentos envasados para consumo humano, entre los cuales están los productos cárnicos y los lácteos.
Hacia finales de 2022 Colombia tendrá una nueva normatividad de etiquetado nutricional para los alimentos envasados para consumo humano, entre los cuales están los productos cárnicos y los lácteos.
En el caso de los cárnicos y algunos lácteos como la mantequilla y leche entera, se habla de grasa saturada que es intrínseca del alimento, dependiendo de la formulación tendrá que tenerse en cuenta esa realidad. (Lea: 5 normas básicas para comercializar y transportar cárnicos)
La grasa saturada se encuentra, entre otros, en alimentos de origen animal como carnes rojas, vísceras y derivados (embutidos, patés, manteca, tocino), productos lácteos enteros, nata y mantequilla.
Para muchas personas, la grasa tiene connotaciones negativas sobre la salud, sin embargo, la grasa es un nutriente esencial e imprescindible para la vida. Las grasas contribuyen a satisfacer las demandas de energía (un gramo de grasa aporta 9 kcal), de ácidos grasos esenciales (linoleico y linolénico) y de vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y también realiza funciones estructurales (protección y aislante térmico) y reguladoras constituyendo uno de los principios inmediatos más importantes de la alimentación humana. Además, la grasa juega un papel fundamental en el mantenimiento de una piel saludable. (Lea: Conozca el valor nutricional de algunos subproductos agroindustriales)
La importancia no reside tanto en la cantidad de grasa de la dieta, que debe aportar entre 30-35% de las calorías diarias, si no en la calidad de la misma. Se recomienda que menos del 9% de las calorías totales diarias proceda de grasas saturadas, entre un 15 y un 20% debe provenir de las grasas monoinsaturadas, y menos de un 7% de las grasas poliinsaturadas.
Algo similar pasa con el sodio que juega un papel fundamental en la industria cárnica y láctea porque ayuda a la duración y la inocuidad y por eso se tendrá que hacer una reformulación para buscar un sustituto o usos acordes con la realidad nutricional. Este elemento se encuentra presente en productos como chorizo, jamón, mortadela, salchicha, salchichón, queso fresco tipo campesino, queso fresco tipo pasta hilada y queso crema. (Lea: Logre una buena alimentación con 7 pasos)
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo de sodio en la dieta diaria es superado con creces, esto ha llevado a recomendar rebajar el consumo de sodio a fin de reducir las enfermedades ya mencionadas. En Colombia la Resolución Número 333 de 2011 “Por la cual se establece el reglamento técnico sobre los requisitos de rotulado o etiquetado nutricional que deben cumplir los alimentos envasados para consumo humano” tiene establecido un valor diario de 2400 mg de sodio para una dieta de 2000 calorías diarias. Pero este valor puede ser superado en el consumo diario debido al aporte por porción que se tienen en los diferentes alimentos.
Por esto el Ministerio de Salud y Protección Social de la Republica de Colombia mediante la resolución “Por la cual se establece el reglamento técnico que define los límites de contenido de sodio para los principales alimentos priorizados en el marco de la estrategia nacional de reducción del consumo de sodio y se dictan otras disposiciones”, busca que la ingesta de sodio sea igual o menor a 5 g de sal por persona/día, equivalente a 2000 mg de sodio.
En lácteos, la grasa natural que es intrínseca no se contaría como parte del cumplimiento del límite de la nueva reglamentación de etiquetado, sin embargo, si se le adiciona más grasa trans se tendría que hacer el cálculo. (Lea: Leche con más grasa y proteína, privilegiada para hacer quesos)
Algo similar pasa con el azúcar, porque la leche tiene lactosa pero ese componente no se tiene en cuenta, sólo si se adiciona azúcar tendría que incluirse en la etiqueta.
Según el Ministerio de Salud, el principal objetivo es que la información nutricional que está en la etiqueta se presente de forma clara y comprensible para el consumidor, así como evolucionar el marco normativo actual, pasando de acciones voluntarias a obligatorias. (Lea: Con etiqueta multicolor se puede conocer el estado de los alimentos envasados)
Se determinó incluir el sello frontal de advertencia, el cual será negro de forma circular y presentará una advertencia sobre productos altos en azúcares añadidos, sodio y grasas saturadas. Además, los sellos frontales positivos serán de uso voluntario y estarán relacionados con aquellos alimentos que cumplen con criterios positivos para la salud.
Con esta propuesta se busca también rediseñar la tabla nutricional haciéndola más simple, así como el aumento de su tamaño para facilitar su lectura. Es necesario además presentar el contenido de nutrientes por 100 gramos o 100 mililitros y por porción, explicó la cartera de Salud. (Lea: Asado 2.0: los Millennials transforman el consumo de carne)
Los costos del etiquetado
Según el Director Ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la Andi, Camilo Montes, la idea de esta medida no es satanizar a ninguna industria o categoría de alimentos o bebidas, sino ayudar a los consumidores a construir hábitos de vida saludables.
Para la industria, dijo, esto significa un costo importante porque se tiene que empezar por rediseñar todas las etiquetas y hacer todos los análisis cromatológicos propios de la composición del alimento. Hay compañías que nunca han hecho una tabla nutricional porque no es obligatorio y ahora deberán contratar un nutricionista que les ayude o con un ingeniero químico.
Hay unos costos que el sistema deberá asumir ya sea como parte del costo o de la utilidad pero al final lo paga el mercado.
“Hoy, un gran desafío que tenemos como sociedad es construir un estilo de vida saludable y dietas balanceadas. En esa construcción, es muy importante la información nutricional. Ahí venía la industria entregando, tanto en el frente del envase, como en la tabla nutricional, algunos datos para que el consumidor tome decisiones. Este modelo es mucho más claro y directo”, dijo. (Lea: Piden acelerar reglamentación de etiquetado de alimentos)
Agregó que “en un país con constantes debates sobre la alimentación, es necesario buscar puntos comunes que nos permitan seguir respondiendo de manera efectiva a las necesidades nutricionales de los consumidores. Así, vemos que el etiquetado de alimentos evoluciona para responder a las preferencias de los colombianos”.
Por su parte, el director de la Cámara de la Industria de Bebidas de la Andi, Luis Felipe Torres, manifestó que con esta determinación la industria pasa de un modelo de etiquetado informativo a un modelo de advertencia, y resaltó la necesidad de que desde varias perspectivas como la promoción de hábitos saludables se combatan problemas de salud pública como la obesidad. (Lea: Para una alimentación saludable consuma leche una vez al día)
Explicó que “el beneficio para el consumidor es que se le está dando la información clara, de manera simplificada para que haga compras informadas y sepa qué contenidos son altos en tres nutrientes que se ha considerado tienen especial relevancia”.
Así mismo, expresó que las empresas del sector tendrán la obligación de contar con nutricionistas de planta para definir el perfil de los alimentos y bebidas. Además, aclaró que estas obligaciones serán para todos los actores, no solo para las grandes empresas, lo que redunda en un beneficio para los consumidores. (Lea: Fedegán busca que sello de Carne Selecta Colombiana vuelva a etiquetas)
De acuerdo con lo expuesto por el gobierno la reglamentación se tardaría un año en hacer las consultas públicas nacional e internacional, recibir comentarios y expedir la norma, sin embargo la idea es acortar esos tiempos por la importancia que tiene el tema.
Después viene un periodo de aproximadamente 18 meses para que las empresas se pueden ajustar a esta norma porque son alrededor de 39 mil empresas en Colombia que se dedican a la producción de alimentos, indicó Montes. En estos momentos puede haber más de 40 mil registros sanitarios vigentes que habrá que actualizarlos.
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