Así sabrá si su finca es rentable o no lo es

En el canal GRAMSE Ganadería Eficiente, el experto Miguel Sánchez Flores, dice que esta es una de las realidades que el productor no sabe cómo enfrentar porque no se sienta a pensar si realmente está obteniendo ganancias o simplemente se conforma con el dinero recibido por el producto elaborado.

“El saber si se es rentable o no ayuda a tomar decisiones para la producción. Estas decisiones están enfocadas en conocer si la forma en la que se está produciendo, si conviene producir, qué cambiar en la producción. Todo esto, teniendo en cuenta que hay una frase que dice que no se puede mejorar algo que no se está midiendo”, detalla Sánchez Flores.

Para tener claro todos estos aspectos, hay que saber cuáles son los parámetros productivos del tipo de ganadería que se tenga, ya sea de carne, leche, cría o doble propósito; pero también las ganancias obtenidas. (Lea: Manejar la información en su finca ayuda en la rentabilidad del negocio)

De acuerdo con Sánchez Flores, “una finca ganadera es una empresa, aunque muchos lo tomen como un hobbie, pero al final de cuentas es un negocio en donde se debe analizar si se es rentable”.

Para conocer sobre esta rentabilidad, el productor debe hacer un análisis que puede ser económico/administrativo. El primer paso para abordar sobre esta rentabilidad, hay que tener claro cuáles han sido todos los gastos que ha tenido el productor en su negocio.

En palabras de Sánchez Flores, “hay que saber en todo lo que hemos gastado porque a veces se nos va el dinero en cosas muy pequeñas, que sumado a largo plazo puede provocar gastos muy grandes. Para hacer este análisis, lo más fácil y recomendable es llevarlo a cabo dependiendo del ciclo productivo”.

Por ejemplo, si usted como productor se dedica a criar ganado, lo ideal es que si en Enero entró un lote de animales a la finca y termina un junio, se haga todo el análisis económico de ese lote, para que cuando se vendan las cabezas de ganado, se tenga claro la cantidad de dinero que se gana, es decir, la utilidad que deja el negocio. (Lea: Los factores que definen la rentabilidad ganadera)

“Normalmente existen dos tipos de gastos en la finca que son los fijos y los variables. Los primeros son los que se produzca o no, se tendrá que pagar como la luz, el agua, etc”, afirma el profesional, quien añade que en el análisis se debe tener en cuenta todo lo que se gaste, por mínimo que sea.

Por otro lado, están los costos variables que dependen de la producción que se tenga, es decir, que, en el caso del ejemplo de negocio de cría, se deben contabilizar todos los gastos que se hagan desde enero hasta junio, que es la fecha en la que se venden los animales de este lote.

“Entonces debemos registrar todos los días los gastos que se tengan, teniendo en cuenta que entran gastos muy importantes como la alimentación, que es un 60% del costo total de producción”, agrega Sánchez Flores.

Otros conceptos variables, a parte de la alimentación, son los medicamentos, la asesoría de los veterinarios, los insumos agropecuarios, mantenimiento de los equipos e instalaciones, repuestos, combustibles para maquinarias y vehículo en el que se trasporta para ir a la finca, los aceites, entre otros. (Lea: Reproducción: Cómo influye en la rentabilidad y cómo saber qué está fallando en el hato)

“Aquí también entran lo que yo llamo los gastos hormigas, que son muy pequeños pero que a lo largo de nuestra producción pueden a representar mucho como las jeringas, agujas, mangas. Es decir, cualquier gasto que se haga hay que anotarlo porque puede ser muy relevante a final de la producción”, comenta Sánchez Flores.

Una vez se termine el ciclo de producción, se puede compaginar el total de gastos con lo que se vendió, para así ver las ganancias que se obtiene en el proceso en todo el ciclo productivo.