Monterrey, una ganadería láctea orgánica y autosostenible

Con una buena alimentación y el uso de insumos naturales, un ganadero en el municipio cundinamarqués le apostó a este modelo lechero que comienza a dar frutos.   En el año 2002, el productor lácteo Gilberto Rodríguez Quiñones buscó asesoría en el Centro de Investigaciones Agroindustriales, CIAA, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, para redireccionar hacia la producción de hortalizas su Hacienda Monterrey, en Cucunubá, Cundinamarca, en vista de que la explotación de leche no le estaba generando rentabilidad.   En este camino exploratorio, se encontró con expertos en nuevos negocios quienes le aconsejaron que era mejor que sus 19 fanegadas continuaran con la misma vocación, pero más especializada. De esta forma comenzó en el mundo de la producción de leche orgánica. (Lea: La salud en la manada del ganado orgánico)   “Actualmente tengo en producción 14 vacas, de las cuales obtengo 266 litros de leche diarios, lo que significa en promedio 15 litros por animal al día. Aunque esto es positivo, me gusta exaltar que una finca pequeña se puede industrializar”, narró Rodríguez Quiñones.   Al ver que la industria láctea tradicional comenzó a ir en picada, decidió continuar con su explotación orgánica para apostarle a lo propio. Fue en este entonces cuando se aventuró a productor queso, arequipe y yogurt. (Lea: Ganaderos ‘verdes’ buscan el sello orgánico para sus productos)   Un camino orgánico   La capacitación sobre el tema orgánico la obtuvo Gilberto Rodríguez del grupo Ecosecha de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y la ejecución del proyecto tiene el respaldo del sello ecológico de la Corporación Colombia Internacional, CCI, y la certificación de la firma Cotecna Services.   “Mi ganado puro, certificado en la Asociación Holstein, tiene un trato ecológico. Mis semovientes están al cuidado de un veterinario con especialidad en homeopatía, excepto para lo que se exige con vacunas. El baño del ganado contra las moscas se hace a base de una preparación de ají con ajo y, como antiinflamatorio, desinfectante y cicatrizante se recurre a la caléndula”, explicó Rodríguez.   En cuanto al alimento, el productor usa un compostaje tratado con caldos microbianos de caballo y vacuno. Incluso recurre a desechos de productos biodegradables, a las lombrices para la siembra de la alfalfa y al cultivo de maíz y papa, con lo que queda muy cerca de convertirse en autosostenible. (Lea: Los 3 ejes para desarrollar una ganadería ecológica eficiente)   Un trabajo con pasión   A pesar de que en Colombia, junto a la Hacienda Monterrey, existen muy pocas explotaciones de leche certificadas orgánicamente, tener un producto con esta característica no le aporta un valor agregado al propietario, económicamente hablando.   “A mí me están pagando, en promedio, a $750 el litro de leche. Que tenga un componente orgánico no ayuda en nada en Colombia para que la industria dé más por la leche. Sin embargo, yo continúo con este trabajo porque me trae otros beneficios”, argumentó el ganadero.   A lo que se refiere Gilberto Rodríguez Quiñones es a la venta de sus productos. Él explicó que con un litro de leche, que es cancelado a un bajo precio, puede obtener cerca de $7 mil si lo transforma en yogurt. (Lea: ¿Qué productor no puede ser un ganadero ecológico, biológico, orgánico?)   “Apostarle a una ganadería orgánica es más de pasión y vocación. Nosotros tenemos unas vacas en buen estado de salud, con una óptima alimentación y una muy fructífera producción. Esto nos llena de felicidad”, ultimó Rodríguez Quiñones.   Este ganadero les aconsejó a los productores que ahora que el mundo está mirando hacia lo orgánico, le apuesten a esta línea de producción limpia.