De vender fresas puerta a puerta a tener un negocio próspero: la inspiradora historia de doña Martha Carrillo

Su esposo Tito, no es solo su compañero de vida, si no su coequipero de trabajo, juntos hacen el proceso de siembra, de cosecha y mantenimiento del cultivo que cada vez crece más.

Juntos arrancaron el cultivo de fresas en La Calera con un hidropónico, pero la venta de las fresas era una tarea difícil, “nos tocaba bajarla a las espaldas y ahí llevarla a venderla por canastillas puerta a puerta o donde nos compraran”.

Cuando se trasladaron a Sibaté, en el año 2000, empezaron a sacarlas a la carretera y a venderlas por libra, pero pronto surgió la idea de crear un producto que tentara a todo aquel que pasara por la carretera: fresas con crema. Y así fue como surgió Fresas San Ignacio ubicado en el Kilómetro 3,5 vía Sibaté.

Cultivo de fresas, un proceso de largo aliento

Con los años de experiencia, doña Marta conoce perfectamente el proceso de siembra y cosecha de las fresas, ha hecho de esta fruta su sustento y motivación para levantarse cada día a trabajar.

Cuenta que la siembra de fresas es extensa, arranca desde la compra de las plantas, “las plantas llegan dos veces en el año, una en enero y otra en junio, hay que encargarla a las empresas que la traen a Colombia, una se llama Proplantas y otra se llama Kabala y uno las encarga y cuando llegan las acaba de pagar.”

Para poder dar abasto con el negocio, y tener siempre fresas frescas y listas para la venta, su cultivo oscila entre las 10 mil y 20 mil plantas, según las que haya podido comprar. Actualmente, tiene una siembra de 15 mil plantas, que le permiten cosechar aproximadamente dos veces por semana, y alcanzar a tener las canastillas suficientes que necesita para abastecer su negocio. Cuenta que el proceso de siembra varía según el tipo de planta, cuando se siembra planta madre “hay que dejarla como un año o al menos nueve meses para empezar a producir.”

Como todo cultivo, enfrenta sus dificultades, como por ejemplo, cuando hace sequias o cuando llueve, ya que baja la cosecha de fresas, ya sea porque se pudren o porque maduran muy rápido. “A veces compra uno dos mil o 3 mil y se le muere la mitad, prenden unas y las otras se mueren”.

Cuenta que, en el diciembre pasado, compraron 2 mil plantas, pero mil se le murieron. Lo que representa grandes pérdidas de dinero “eso como viene según el dólar, vale harto, mil plantas valen 2 millones de pesos, más el dinero del abono, del plástico, todo eso se perdió”.

Otro de los desafíos que ha enfrentado doña Martha y su esposo con el cultivo de fresas es que antes las plantas madre de las fresas duraban hasta 5 años dando fruta, pero ahora, solo dan fresas durante año y medio o dos años.

Las fresas con crema, un éxito en ventas

Por su calidad y sabor, y luego de muchos años de posicionarse en el sector, Fresas San Ignacio, ya registra ventas de 50 vasos de fresas con crema al día, entre semana, y de al menos 300 vasos de fresas con crema, durante los dos días del fin de semana. Unas cifras que llenan de orgullo a doña Martha, quien también ofrece más productos a sus clientes, como cuajada o postres, hechos por ella misma.

Pero no solo las fresas son cultivadas por ella y su esposo, la crema de las fresas, la cuajada y todos los productos lácteos, los elabora ella misma de la vaca lechera que ordeñan. Utiliza toda la leche que le da la vaca para hacer productos para la venta.

Con el apoyo que le ha brindado su hijo y su nuera, quienes la ayudan con las redes sociales del negocio, doña Martha sueña con poder seguir mejorando su local, para tener más ventas y darle a todos los que pasan por la carretera, las más jugosas y deliciosas fresas con crema.