Hermes Solano, el juez que revoluciona la genética ganadera en Colombia
PorMelanny Orozco-24 de Marzo 2025
Cargando...
Por Melanny Orozco - 31 de Enero 2025
El marañón es un cultivo de gran potencial en regiones tropicales y semiáridas por su resistencia a condiciones edafoclimáticas adversas. Conozca cómo debe ser su manejo agronómico.
Conocido científicamente como Anacardium occidentale L, el marañón es una planta originaria de la región central de Brasil y se encuentra en estado silvestre en las sábanas de Colombia, Venezuela y las Guayanas. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo va el cultivo del marañón en Colombia y qué enfermedades lo afectan)
El marañón pertenece a la familia Anacardiaceae, la cual está compuesta por setenta géneros y setecientas especies. Sin embargo, solo la especie Anacardium occidentale L tiene valor comercial debido a su hipocarpo comestible y su almendra altamente nutritiva.
Actualmente, su cultivo se ha extendido a diversas regiones tropicales de América, África, Asia y Australia, concentrándose principalmente en los países de Vietnam, India, Mozambique, Tanzania y Brasil. Su adaptabilidad a diversas condiciones edafoclimáticas lo convierte en un cultivo de gran interés económico y agronómico.
De acuerdo a un estudio realizado por Javier Orlando Orduz Rodríguez y Eleonora Rodríguez Polanco, el cultivo prospera mejor en regiones ubicadas entre los 15° de latitud N y S, con alturas inferiores a los 600 metros sobre el nivel del mar.
Se adapta a suelos de baja fertilidad y niveles considerables de salinidad, así como a climas con precipitaciones anuales de entre 800 mm y 1500 mm, con una estación húmeda de seis a siete meses y una estación seca de cinco a seis meses. La época seca es fundamental para garantizar una floración y fructificación adecuada, asegurando un rendimiento razonable del cultivo.
Diseño de la plantación: Las distancias de siembra varían según la región y el sistema de producción empleado. Estudios recomiendan una distancia de 10 x 8 m, aumentando la densidad a 125 plantas/ha. Como alternativa, los expertos proponen una distancia intermedia de 12 x 10 m, con una densidad de 83 plantas/ha, optimizando el aprovechamiento del espacio y la eficiencia productiva.
Poda de formación: Orduz Rodríguez y Rodríguez Polanco aseguran que desde la fase de vivero se eliminan brotes laterales para promover un tallo principal hasta alcanzar una altura de un metro. En este punto, se realiza la poda de formación seleccionando de tres a cuatro ramas secundarias bien distribuidas, que conformarán la copa principal del árbol.
Es fundamental supervisar y eliminar ramas no deseadas, enfermas o de crecimiento deficiente, asegurando una estructura adecuada para la producción.
Correctivos y fertilización: El marañón se desarrolla mejor en suelos franco arenosos con menos del 15% de arcilla, relieve plano o ligeramente ondulado, sin encharcamientos y con una profundidad superior a 1.5 m.
Los expertos recomiendan aplicar correctivos uno o meses antes del trasplante. La fertilización debe comenzar dos meses después del trasplante, una vez las plantas estén bien establecidas.
Manejo de arvenses: Orduz Rodríguez y Rodríguez Polanco recomiendan cortar la vegetación dentro y entre los surcos del cultivo una o dos veces al año. La eliminación de arvenses debe extenderse de 30 a 50 cm más allá del área de la copa del árbol, facilitando la aplicación de correctivos y fertilizantes, así como la recolección de las nueces durante la cosecha. (Lea en CONtexto ganadero: Los asombrosos aportes del marañón)
Noticias Relacionadas
PorMelanny Orozco-24 de Marzo 2025
PorAngie Barbosa-23 de Marzo 2025
PorMelanny Orozco-21 de Marzo 2025
PorMelanny Orozco-20 de Marzo 2025
PorJosé D. Pacheco Martínez-20 de Marzo 2025
PorCONtexto ganadero-19 de Marzo 2025
PorCONtexto ganadero-18 de Marzo 2025
PorMelanny Orozco-17 de Marzo 2025
PorMelanny Orozco-17 de Marzo 2025
PorAngie Barbosa-16 de Marzo 2025
PorMelanny Orozco-16 de Marzo 2025
PorAngie Barbosa-16 de Marzo 2025