Así se va a comportar el clima en diciembre: tres regiones de Colombia bajo alerta
PorCONtexto ganadero-21 de Noviembre 2024
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Por CONtexto ganadero - 31 de Enero 2024
Es ineludible que se acaten las recomendaciones por parte de la UNGRD para prevenir futuros incendios y prepararnos desde ahora para el desabastecimiento y escasez de agua que se espera entre febrero y marzo de este año.
Por: Luis Guillermo Altahona Buelvas *
Cada año, entre el mes de diciembre y marzo, suele presentarse el mayor número de alertas de deforestación y focos de incendio, pues se trata de una época en la que las lluvias son escasas en todo el territorio nacional, especialmente en la región Caribe colombiana.
Sin embargo, en los últimos días hemos visto cómo a nivel nacional han aumentado considerablemente la cifra de incendios de cobertura y de incendios forestales en todo el territorio nacional, relacionados directamente por los factores climáticos como la falta de precipitaciones, las temperaturas elevadas, el bajo porcentaje de humedad y los vientos fuertes; afectando el fuego innumerables áreas de cultivos y de bosques, incidiendo en la flora y la fauna donde tendrán que pasar hasta cuatro generaciones para su total recuperación, destruyendo miles de años de conservación, puntos de nacimientos de agua para miles de citadinos, devastación ambiental, contaminación, pérdidas económicas y afectaciones a la salud de la población.
Es indudable que los bosques prestan servicios ambientales y poseen valores ecosistémicos vitales para la sostenibilidad planetaria, más aún para un país como Colombia que se estima es el segundo con mayor diversidad de plantas, el primero en anfibios y aves, el tercero en reptiles y el quinto en mamíferos, biodiversidad que se encuentra en peligro, como consecuencia entre otros aspectos de la marcada ocurrencia de incendios forestales
Según el reporte situacional de incendios forestales en el país, desde el inicio del fenómeno de El Niño y en lo que va del 2024, han ocurrido 372 incendios forestales que han afectado a 404 municipios y 17.192 hectáreas de vegetación, de acuerdo con datos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
Ante la situación de emergencia, se ha declarado la calamidad pública en cinco departamentos (Huila, Sucre, Boyacá, La Guajira y Cundinamarca) y 32 municipios, por desabastecimiento, variabilidad climática y el fenómeno de El Niño, estando en proceso de declaratoria el departamento de Santander.
Lo más preocupante es que el rigor del fenómeno de El Niño no se ha sentido con todo su peso y, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), a enero 26 de 2024, 681 municipios se encuentran en alerta roja por riesgo inminente de incendios de cobertura vegetal, 198 están en alerta naranja y 98 en alerta amarilla. En total, 977 municipios de los 1101 que tiene Colombia presentan algún tipo de alerta.
De las seis regiones naturales de Colombia, la Andina concentra el 61 % de los municipios en riesgo, seguida de la región Caribe con el 19 % y la Pacífica con el 13 %.
La situación ha sido tan desbordante que ha llevado al presidente de la República a generar la Declaratoria de desastre y calamidad nacional por crisis climática, tomada con base en la Ley 1523 del 2012, por la cual se adoptó la política nacional de gestión del riesgo de desastres.
En pocas palabras, esta declaratoria le permite destinar recursos presupuestales de otros rubros para la emergencia que enfrenta el país por los fuertes incendios y tendrá un año de vigencia mientras se atienden las consecuencias del fenómeno de El Niño. El presidente Gustavo Petro pidió también activar los protocolos de ayuda internacional a la Organización de Naciones Unidas y solicitó la colaboración de Estados Unidos, Chile, Perú y Canadá para atender los incendios, teniendo en cuenta que la temporada de calor y sequías en el país se extenderá hasta marzo.
Más del 90% de los incendios forestales y de cobertura son producidos por la mano del hombre, siendo dentro de estos los principales escenarios las fogatas y colillas de cigarrillos mal apagadas, el abandono de tierras, preparación de áreas de pastoreo y/o cultivos con fuego, que incluso pueden terminar generando la muerte de quienes los inician como se ha visto a lo largo de los años.
Es de resaltar que en Colombia según el Código Penal, provocar conflagraciones es un delito que genera multas y cárcel; de acuerdo con lo tipificado, quien prenda fuego en cosa mueble, podrá estar en la cárcel hasta 12 años y pagar multas de hasta 195 millones de pesos si un juez así lo determina. Además, en caso de que dicho incendio se realice en inmuebles u objetos de interés científico, histórico, cultural, artístico o en bien de uso público o de utilidad social, la pena privativa de la libertad oscilará hasta 15 años y hasta 975 millones de pesos en multas.
Conjuntamente, con la ley de delitos ambientales sancionada en julio de 2021, quien realice daños en los recursos naturales enfrentará penas de más de 11 años y multas de hasta 24.000 millones de pesos. Los anteriores delitos contra el ambiente, se pueden denunciar ante la Personería, Defensoría del Pueblo o inspección de policía de su municipio.
Juega un papel importante la responsabilidad individual y colectiva, para prevenir los incendios forestales. Activar la participación de actores sectoriales e institucionales y comunidad en general, para generar la cultura de la prevención, sensibilizando, capacitando, divulgando, sobre las causas y consecuencias de los incendios forestales, así como comprometiendo acciones que eviten la presencia de los incendios forestales, serán cruciales para proteger los recursos naturales, en especial la biodiversidad como lo indican las políticas de estado. Todos los procesos deben articularse con redes comunitarias con planes de respuesta ante un evento de incendio forestal capaces de alertar a los cuerpos de bomberos en caso de incendios.
Los mandatarios en el orden local, departamental o nacional, no son culpables de los incendios, por ser estos causados por fenómenos climáticos; sin embargo, la prevención, respuesta ante esas emergencias y la asignación de recursos, muchas veces dependen de la voluntad política del mandatario de turno, que por lo general terminan tomando decisiones desacertadas como la reducción de presupuesto para afrontar desastres y calamidades como la que estamos atravesando.
En medio de todo este escenario, es ineludible que se acaten las recomendaciones por parte de la UNGRD para prevenir futuros incendios y prepararnos desde ahora para el desabastecimiento y escasez de agua que se espera entre febrero y marzo de este año.
*Luis Guillermo Altahona Buelvas, es Zootecnista con diplomados en Extensión Rural, Especialista en Nutrición Animal y magister en Ciencias Veterinarias del Trópico. Actualmente Consultor Agropecuario, docente en la Universidad de Sucre en la Facultad de Ciencias Agropecuarias y productor trashumante de ganado bajo el sistema vacuno doble propósito desde hace 11 años.
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