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Foto: campogalego.esLa mayoría del alimento del ganado no es apto para consumo humano, ni quisiera para otros animales.

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Derribando mitos de la ganadería I

Por CONtexto ganadero - 13 de Julio 2023

La mayoría del alimento del ganado no es apto para consumo humano, ni quisiera para otros animales.

Existen algunas realidades a las que la ganadería está expuesta por ser una actividad que trabaja con el tierra. Sin embargo, también hay muchos mitos alrededor de la misma. CONtexto ganadero le aclara cuáles son los mitos y cuál es la realidad. 


Juan Fernando Naranjo Ramírez y Jhon Didier Ruiz Buitrago, hicieron una investigación para la Universidad CES, en la cual examinaron algunos mitos relacionados con los sistemas de producción bovina “con el fin de aportar el debate sobre el consumo de este tipo de carne, que ha tomado fuerza alrededor del mundo”, como lo indican.

Vacas como las principales causas del calentamiento global: Los autores menciona que existen fuentes confiables que han popularizado que la ganadería es responsable del 51% de todas las emisiones (GEI) en el mundo. Sin embargo, en 2013 la FAO actualizó el inventario y explicó que las emisiones de la ganadería correspondían al 14.5% de las emisiones globales. (Lea: La culpa no es de la vaca, es del cómo)

En 2019, la Environmental Protection Agency “reportó en el Inventario de Emisiones de GEI en Estados Unidos que la agricultura contribuye con el 9%, la ganadería con el 4% y la industria de producción de carne con el 2% de las emisiones totales del país”, exponen los investigadores Naranjo Ramírez y Ruiz Buitrago quienes dicen que, con esto, se demuestra que la actividad agropecuaria y la vaca, como tal, no es la principal responsable del calentamiento global.

Las vacas ocupan tierras en las que se podría producir alimentos vegetales: Los expertos dicen que “la evidencia contradice esta afirmación, pues, en general, el ganado habita tierras donde las plantas no pueden cultivarse o por lo menos, no de forma eficiente. Las gramíneas, que son el principal alimento de los rumiantes, se han extendido en la superficie terrestre por su capacidad de adaptarse a condiciones ambientales que otras plantas no toleran”.

En la investigación, Naranjo Ramírez y Ruiz Buitrago dicen que para 2018, la FAO expuso que cerca del 50% de las tierras agrícolas de Latinoamérica y el Caribe no son aptas para cultivo y solo pueden ser utilizadas como tierras de pastoreo.

El ganado compite con los humanos por recursos alimenticios: Naranjo Ramírez y Ruiz Buitrago dicen que “la mayoría del alimento del ganado no es apto para consumo humano, ni quisiera para otros animales. Los rumiantes son los únicos organismos sobre la tierra que puede procesar la celulosa, el carbohidrato más distribuido en la naturaleza”.

Estos expertos comentan que existen evidencias que indican que el 86% del consumo mundial de alimentos para ganado tiene materias primas que no son comestibles por los seres humanos como las hojas de gramíneas, residuos de cosecha cultivos forrajeros, etc.

Las vacas consumen demasiada agua: Este mito tomó relevancia debido a que National Geographic afirmó que la carne de res es el rey de las grandes huellas de agua, necesitando 1.800 galones de agua para producir una libra de carne. Para entender esto, hay que tener en cuenta que la huella hídrica es el volumen de agua dulce que se utiliza para producir un producto, medido en los distintos pasos de la cadena de producción. (Lea: Calidad y cantidad de agua que requieren los bovinos)

La huella hídrica, según afirman Naranjo Ramírez y Ruiz Buitrago, se clasifica por colores en azul, que es el volumen de agua dulce que se evapora de los recursos globales de agua azul (agua superficial y subterránea); verde, que es el volumen de agua evaporada de los recursos hídricos verdes globales (agua de lluvia almacenada en el suelo), y gris, que es el volumen de agua contaminada y se cuantifica como volumen de agua requerido para diluir los contaminantes hasta tal punto que la calidad del agua ambiente se mantenga por encima de los estándares acordados de calidad del agua.

Naranjo Ramírez y Ruiz Buitrago exponen que la huella hídrica de cualquier producto animal es mayor que la huella hídrica de un producto cultivado en el suelo, con un valor nutricional equivalente. “Sin embargo, la mayor parte de la huella hídrica de la ganadería es verde. El agua consumida por los cultivos y el ganado no se destruye, se recicla a través de la respiración de plantas y animales y vuelve a la atmósfera en forma de vapor de agua”.

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