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PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
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Por - 04 de Agosto 2014
Según la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, “la sequía es una catástrofe insidiosa que avanza lentamente, destruye cultivos alimentarios, mata a personas y animales y tiene efectos duraderos sobre el medio ambiente”. Colombia, con el Fenómeno de El Niño, hoy día empieza a sufrir las consecuencias del cambio climático, a tal punto que la seguridad alimentaria se podría ver afectada.
De acuerdo con la FAO, una vez se entra en esta etapa, en el sector agrícola se genera un desplazamiento insólito a lugares lejanos, en busca de pastos, de rebaños que entran así en contacto con nuevas enfermedades. Los sistemas de riego pueden verse afectados, especialmente cuando escasean las lluvias durante varios años sucesivos.
El rendimiento de los cultivos disminuye cuando el agua de riego falta o se saliniza. Los pozos poco profundos, los aguaderos y los pequeños embalses se secan o se contaminan, lo cual afecta a la salud de los seres humanos y de los animales. Todo lo anterior ya pasa en el país.
Varios expertos indican que con el fin de evitar los efectos perjudiciales que ocasiona la sequía, una de las primeras soluciones es mejorar las prácticas de ordenación de tierras y aguas, introduciendo variedades resistentes a la sequía y promoviendo la diversificación de cultivos y sistemas de explotación que proporcionen fuentes alternativas de alimentos e ingresos. (Lea: Por El Niño, ganaderos piden prórrogas para pago de créditos)
Sin embargo, en época de ‘El Niño’, el cambio climático ya empezó a afectar a las diferentes actividades agrícolas y pecuarias, a causa de la sequía. Y como el suelo es la materia prima de los agricultores, CONtexto ganadero consultó la opinión de ingenieros agrónomos expertos en la conservación de este, aún durante los tiempos en los que el agua brilla por su ausencia.
Según José Carlos Marrugo, líder de pastos de Colinagro e ingeniero agrónomo, aunque los cuidados que deben tener los agricultores sobre el suelo debe ser de carácter preventivo, cualquier productor debe tener en cuenta que para conservar la calidad de la tierra es necesario usar fertilizantes químicos y orgánicos para tal fin.
“Si los productores pudieran hacer un mejoramiento del suelo antes del verano, sería mejor porque se puede mantener la fertilidad del mismo, entonces eso tiene que ver con la aplicación de materia orgánica, para que mejore toda la estructura del suelo, tanto físicas, químicas como biológicas”, indicó el experto.
Para Marrugo, otro componente importante es mantener el balance del mineral en el suelo, es decir la aplicación a través de fertilizantes químicos, para reforzar los minerales que están deficientes, y así las plantas puedan tener la comida suficiente.
“No hay que dejar el suelo desnudo”
Una premisa primordial que el ingeniero agrónomo de Colinagro dio a conocer fue el mantenimiento de pasturas en el suelo, con el fin de conservar la cantidad de agua en el mismo. (Lea: Conozca cómo hacer lagos o jagüeyes para enfrentar El Niño)
“Los agricultores tienen que tratar de mantener la cobertura vegetal, no pueden dejar desnudo el suelo, con el fin de que los rayos del sol no impacten directamente, es decir los mismos cultivos o las malezas también protegen el estado de la tierra. Para hacerlo, deben fertilizar foliarmente los cultivos, que consiste en ponerle a la planta una serie de sustancias bioestimulantes, que hacen que la planta salga del estrés generado por la sequía y mantenga su funcionamiento, pueden ser aminoácidos, extractos de algas marinas, carbohidratos y minerales”, dijo Marrugo.
Esta misma premisa la recomienda Danilo Sánchez, director técnico del Centro de Investigaciones del Banano de la Asociación de Bananeros de Colombia, Augura, quien indicó que normalmente los agricultores retiran la cobertura vegetal, pero que si se deja una parte, ellas mismas pueden ayudar a controlar el líquido.
“Para ello se necesita de tiempo, entre 2 y 4 meses, aunque eso depende del cultivo, como es el caso del café, que los agricultores tienen debajo del grano un maní forrajero, que permite que la tierra no se erosione y que el agua no se pierda tan fácilmente”, explicó Sánchez. (Lea: Promesas del Gobierno sobre recursos hídricos se hundieron)
El director técnico de Cenibanano también explicó que en otras zonas donde hay tierra aria, se necesitan de especies que protejan el suelo. “No se debe hacer sobre laboreo del suelo, es decir, no realizar tantos trabajos con maquinaria, porque a veces eso ayuda a perder más rápido el agua”.
Los distritos de riego, una urgencia nacional
Tanto la FAO, como los 2 ingenieros agrónomos, coinciden en que en el país es necesaria la construcción de distritos y sistemas de riego para que los productores no tengan ‘épocas de vacas flacas’, y que de esta forma la seguridad alimentaria no se vea afectada por fenómenos como el cambio climático.
“Hoy día en Colombia el sistema de riego es esencial, si no los hay nunca vamos a estar preparados para afrontar fenómenos naturales, ese es el éxito de países como Israel, que son desiertos, tienen sistemas de riego completos y producen en zonas de sequía, igual pasa en Estados Unidos y México. El país debe construir zonas de riego, pero no por parcelas, por regiones grandes, es la única forma de estar preparados ante estos fenómenos, porque sino el impacto negativo a la productividad sería alto, como lo vemos ahora”, enfatizó Danilo Sánchez.
El cuidado de suelos por cultivos
Marrugo comentó que el tratamiento de los diferentes cultivos se debe hacer teniendo en cuenta las zonas en las cuales están. “Si es un cultivo frutal, se necesitan determinados nutrientes que mejoren la calidad cosmética y nutricional, es decir el contenido de azúcares y vitaminas”. (Lea: La Guajira se convirtió en ficha política por la sequía)
En el caso de los pastos, como necesitan brindar los requerimientos de los animales a nivel de proteína, grasas o fibra, los cuidados son conocer las condiciones ambientales: la temperatura, luminosidad, entre otros; conocer los suelos; seleccionar la semilla determinada y después darle el manejo con prácticas culturales.
Por su parte, el director técnico de Cenibanano expresó que para el caso del plátano y el banano una forma de fertilizar es usando a las mismas plantas.
“Para ello hay que conocer a las plantas, hay una que se llama ‘Madre’ y sobre ella se pueden inyectar fertilizantes, y eso, en el momento en el que se dé la sequía va a proteger a la especie. En otros cultivos no hay esa planta madre y es un poco más complicado porque los vegetales necesitan que los nutrientes estén solubles, es decir que haya agua en el suelo para que los puedan tomar y ese es uno de los grandes problemas que hay en torno a la sequía”, dijo Sánchez.
Por último, la FAO recomendó que en las regiones con estaciones secas la atención se debería enfocar en cuánta agua de lluvia puede ser capturada y almacenada en el suelo en lugar de enfatizar cuanta escorrentía ha ocurrido en la superficie. “El agua de lluvia para satisfacer las necesidades de las plantas deber ser retenida conservándola en el suelo donde puede beneficiar a todos los habitantes de la zona radical”.
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