Conozca la historia de Ágape Orgánicos, emprendimiento familiar que produce ghee de leche de búfala

Javier Fernando Valderrama, propietario y dueño de la empresa, contó que junto con su esposa y su hija tenían un negocio de exportación de flores pero tuvieron un inconveniente y no pudieron continuar. En ese momento llegó la pandemia y en el encierro, su esposa se volvió intolerante a la lactosa.

«Nos dimos cuenta en el camino que los lácteos con leche de búfala no le hacen daño. Nos ponemos a investigar por qué y encontramos que esa leche solo tiene el 1,7 % de lactosa. Una empresa que sobreproduce queso mozzarella nos dice que le ayudáramos a vender y como no estábamos haciendo nada y necesitábamos sobrevivir, empezamos a vender queso», contó.

Al ver la acogida que tenía el queso entre sus consumidores y lograr una buena distribución, la empresa les ofreció crema de leche pero reconoció que la aceptaron sin saber qué hacer con ella. (Blog en CONtexto ganadero: ¿Hay diferencias entre mantequilla, ghee y margarina? Una guía útil para entender las grasas que tanto sabor aportan a los platos)

Cuando investigaron qué podían hacer con ella, encontraron que uno de los productos que se pueden elaborar es ghee. Ahondaron en sus orígenes y aprendieron que constituye una medicina ayurveda, la milenaria medicina tradicional india. También conocieron sobre sus aportes nutricionales y propiedades como antioxidante, entre otras.

«Tenemos dos clientes que tienen sus hijos de 4 y 5 años con cáncer. (…) La oncóloga les recomendó leche de búfala y ellos comenzaron a adquirir leche, yogur, yogur griego, queso ricota, mozzarella, fresco, todo para darle a sus hijos. Hoy en día, la chiquita consume estos productos, le hacen quimioterapia y no se le ha caído el cabello. Es una cosa de locos», expresó.

Volviendo a la crema de leche, Valderrama contactó a una persona que le prestó una batidora de panadería para transformarla en mantequilla. En el primer ensayo, la dejaron batiendo por un largo periodo pero la crema nunca llegó a cuajar y se quemó. Tampoco sacó la cantidad de suero que normalmente sale cuando se hace mantequilla con leche de vaca.

«Compramos otra crema de leche y nos dimos cuenta de que era un batido muy rápido, no más de 7 a 10 minutos, y el suero que se separa es poco. Además no es blanco como la leche de vaca sino transparente, parece agua. Con eso basta para hacer mantequilla, es un proceso muy rápido. Lo curioso es que la misma persona que nos vendía la crema nos dijo que tardaba horas en volverse mantequilla, o sea tampoco sabían lo que tenían en sus manos», dijo.

Luego de múltiples ensayos de prueba y error, y de informarse con certeza de cómo se hace una ghee, lograron elaborar lo que hoy en día venden, «una verdadera ghee». Solamente se saltan la tradición ayurveda de cantar mantras y hacer los rituales necesarios para cargarle de energía, como lo hacen los practicantes de esta medicina tradicional.

Además, Valderrama aclaró que esta ghee es diferente a la mantequilla clarificada que se consigue en supermercados. Si bien las dos se asemejan en que no tienen agua, caseína o lactosa, la mantequilla clarificada se hace a elevadas temperaturas, lo que hace que tenga una mayor cantidad de grasa que además se mezcla con aceite de palma, de acuerdo con su explicación.

«Si se fija en la etiqueta de este producto, la mantequilla tiene grasas trans y una ghee no debe tener grasas trans. Estás comiéndote un aceite que es vendido como ghee y te está haciendo daño para el corazón, las arterias o el intestino, a diferencia de lo que haría un producto original», anotó. (Lea en CONtexto ganadero: Colombia, segundo exportador en productos derivados de leche de búfala a EE. UU.)

Para preparar la ghee, introducen el bloque de crema de leche en una mojadora de pan y luego lo pasan a una marmita para obtener la grasa, una grasa saturada que tiene ácidos grasos de cadena corta, lo que hace que no afecten al cuerpo cuando se consume. Esto es lo que envasan y comercializan, tras haber obtenido el registro Invima. También producen yogur griego, yogur cremoso, queso campesino, queso mozzarella y ricota, pero no lo ofrecen comercialmente.

«Esos quesos no los preparamos nosotros porque no tenemos la infraestructura. Tenemos una bufalera aliada en Bucaramanga que hace los productos y los envían refrigerados. Ahora estamos trabajando en el registro Invima para vender esos quesos y yogures», agregó.

En el futuro, Valderrama y su familia no solo quieren crecer en ventas sino también crear una fundación para ayudar a personas con colon irritable u otros trastornos digestivos, o incluso personas con cáncer como mencionó más arriba, que se puedan beneficiar de estos productos.

«Nosotros nos vemos en las grandes superficies y de hecho tenemos una junta de negocios con una cadena de supermercados. Pero si eso no es así, a futuro Ágape Orgánicos pretende tener una tienda de solo productos de búfalas: quesos, carnes, ghee, entre otros», remató.

Si está interesado, los puede encontrar en el perfil de Instagram @agapeorganicos o contactar al WhatsApp 3232420576.