¿Por qué Colombia sigue vacunando contra aftosa y por qué es bueno que lo siga haciendo?

Esperanza Polanía, subdirectora de Salud y Bienestar Animal de Fedegán-FNG, explicó que si bien la fiebre aftosa ya fue erradicada de Colombia, nuestro país obtuvo el reconocimiento oficial de la OMSA (Organización Mundial de Sanidad Animal) como país libre con vacunación porque existe un riesgo de que pueda volver a entrar la enfermedad

Esto debido a la «amenaza permanente por una frontera tan extensa con Venezuela (de más de 2.200 km), un país que no tiene certificación oficial por parte de la OMSA. Esto representa varios factores de riesgo», anotó. (Lea en CONtexto ganadero: Venezuela es el único país del continente americano con fiebre aftosa: Fedenaga)

Entre estos factores, «no hay un conocimiento claro» del desarrollo de un programa de erradicación de la enfermedad como el que se ejecuta desde hace más de 25 años en Colombia, por lo cual no hay certeza de las coberturas de vacunación. En instancias internacionales como el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (Panaftosa) o la Comisión Sudamericana para la Lucha Contra la Fiebre Aftosa (Cosalfa), los representantes del país no informan sobre avances en vacunación, aunque aseveran que se está haciendo.

De acuerdo con la experta, en los últimos años los ganaderos venezolanos que están cerca de la frontera con Colombia han cruzado hacia nuestro país para comprar la vacuna contra fiebre aftosa cuando se ejecutan los ciclos de vacunación, porque no lo consiguen de su lado de la frontera.

A esto se suma la volatilidad de la moneda de Venezuela, que estimula el contrabando de ganado, con un flujo constante de animales del vecino país de los cuales no sabe si cuentan con vacunas (en Colombia está prohibida la importación de ganado procedente de Venezuela).

«De un tiempo para acá, el inventario bovino en Colombia se subió y mucho de eso es probablemente atribuible a animales que vinieron desde allá. Parece que también hay algunas fincas en la frontera, que tienen se han prestado para introducir animales a nuestro territorio pero no lo sabemos de forma oficial», manifestó.

Pero además, Polanía resaltó que el virus de la aftosa puede propagarse a través de los subproductos como carne y quesos, que ingresan de forma ilegal todos los días, o más grave aún, de los fómites, objetos sin vida que pueden transportar patógenos, como los zapatos o la ropa que portan los inmigrantes que llegan del vecino país.

«El comercio ilegal por los diferentes pasos fronterizos hace muy difícil controlar la llegada de animales, pero el virus no solo se transmite por animales vivos, sino también por subproductos que vienen de Venezuela, y algo que también hay que destacar es la movilización de los inmigrantes, porque el virus de la aftosa viaja en fómites, como los zapatos, el vestuario o las mismas ruedas de las fincas donde presuntamente hubiese animales infectados. El gran problema es que no sabemos qué hay en Venezuela porque no tienen una declaratoria transparente de lo que sucede al interior en el tema del control de aftosa», remató.

En abril de este año, autoridades de Colombia y Venezuela firmaron un documento técnico de colaboración para reforzar las acciones de vigilancia contra la fiebre aftosa en sus fronteras, en un esfuerzo conjunto por conseguir que Venezuela sea reconocido por la OMSA como libre de la enfermedad, dado que es el último país en la región que queda por obtener este reconocimiento.

Sobre esta cooperación, Polanía expuso lo siguiente: «Nosotros podemos facilitar capacitación con nuestro personal o si los funcionarios quieren venir a Colombia a conocer el programa, lo tienen a la orden, o si nos necesitan allá, también podemos ir». (Lea en CONtexto ganadero: ¡Enhorabuena! Frontera con Venezuela, declarada como libre de fiebre aftosa)

La ventaja de continuar con el programa de vacunación contra aftosa

En los últimos años, expertos de Uruguay y Argentina han iniciado una campaña ante la OMSA para que un país libre de aftosa con vacunación tenga el mismo estatus que uno que ya no vacuna. A juicio de los defensores de esta propuesta, no solo el país que vacuna también debería tener el mismo estatus, sino que además tiene una posición más privilegiada frente a uno que dejó de vacunar.

«Los mercados le dan mejor estatus al libre sin vacunación que al libre con vacunación cuando realmente, el que vacuna, siendo objetivos y con la mayor lógica, está más protegido. De hecho, el Reino Unido, después de estar libre de aftosa por 20 años, se les volvió a introducir el virus y fue devastador porque no solo tuvieron que sacrificar millones de bovinos, sino también ovinos y porcinos. Ellos no tenían la vacuna para responder, luego seis años después se reinfectaron. En conclusión, no les fue bien con el estatus sin vacunación y así hay varios ejemplos, como Argentina y Uruguay», dijo.

Polanía sostuvo que el virus se transmite con mayor velocidad porque los signos clínicos de la aftosa se han desdibujado y un animal puede ser portador del virus asintomático. (Lea en CONtexto ganadero: Crecen voces que piden una sola ganadería libre de aftosa)

«Por eso en Suramérica se está gestando la corriente de mantener la vacunación y más con Venezuela, que es un 90 % del riesgo de que vuelva a ingresar el virus. Pero el otro 10 % es el riesgo latente de que el virus llegue en fómites como zapatos procedentes de países que no tienen vacunación o de países con variantes del virus contra los cuales no tenemos vacuna como los de Asia o los de territorios africanos. Es una amenaza constante», remató.