¿Qué dicen los índices reproductivos en una ganadería, más allá de las metas tradicionales?
PorCONtexto ganadero-29 de Octubre 2024
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Por - 11 de Marzo 2016
Hace 30 años, Colombia atravesaba uno de sus momentos más difíciles en materia sanitaria tras comprobarse la presencia de fiebre aftosa en varios predios. A partir de ese momento inició una lucha contra la enfermedad, en la que tuvieron un rol protagónico Fedegán, productores y otras entidades.
Hace 30 años, Colombia atravesaba uno de sus momentos más difíciles en materia sanitaria tras comprobarse la presencia de fiebre aftosa en varios predios. A partir de ese momento inició una lucha contra la enfermedad, en la que tuvieron un rol protagónico Fedegán, productores y otras entidades. Ver al ganado de leche con el epitelio de la lengua y los pezones caídos por la gravedad de las llagas que formaba la patología es un recuerdo dramático, como lo describieron ganaderos del Altiplano Cundiboyacense, donde la fiebre aftosa se localizó con fuerza en la década de los 80. A partir de ese momento, Colombia aprendió la lección sobre la importancia de comenzar una vacunación masiva y ejemplar de su inventario bovino. Luego de años de lucha, esfuerzos conjuntos y de trabajo constante, la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, con recursos del Fondo Nacional del Ganado, tomó el liderazgo de la campaña de inmunización del hato bovino nacional 2 veces al año. (Lea: Vacunación en Colombia: plata bien invertida) Los recuerdos de hace 30 años CONTexto Ganadero consultó a expertos del sector pecuario nacional que relataron lo vivido hace 3 décadas cuando el ganado adquiría a diario el virus de la fiebre aftosa, una de las enfermedades de control oficial más temidas en el mundo entero. Carlos Enrique Stiefken Hollmann, ganadero en la Sabana de Bogotá, tiene recuerdos “dramáticos”, como lo contó, del efecto de la fiebre aftosa en el país. “Me tocó presenciar el 30 o 40 % de las vacas con la lengua por fuera por varios días, porque el epitelio de la lengua se caía por las necropsias. No podían comer”, afirmó. Las reses se observaban además con cojeras y daños graves en los pezones que impedían que se ordeñaran. Los hatos padecieron la patología sin poder producir leche y se convirtieron en un peligro para los predios en todo el territorio nacional. (Lea: Colombia está en "pañales" en temas fitosanitarios para exportar, Analdex) A vacunar Ernesto González Cely, ganadero y médico veterinario, recordó que la región del Altiplano Cundiboyancense padeció las consecuencias de la inexistencia de un sistema sanitario eficiente antes de 1985. “La experiencia que tuve fue como ganadero de una familia boyacense donde la fiebre aftosa era un problemática frecuente, con pérdidas altísimas por el gran número de animales que resultaban perjudicados. Los afectados eran un número cercano al inventario ganadero de cada finca”, expresó González Cely. Desde ese momento, el país tomó la decisión de dar un giro de 360 grados a su estatus sanitario e inició la conformación de los comités de ganaderos, desde los cuales se difundió la importancia de vacunar al hato. Sin embargo, la vacuna que se comenzó a aplicar era monovalente y solo atacaba al virus O en una zona donde el ganado era atacado por el virus A Sabana. En consecuencia, se aceleraba el desarrollo de la enfermedad, en lugar de reducir sus efectos.(Lea: La fiebre aftosa:una enfermedad letal y muy costosa) La cepa A Sabana se difundió poco después para lograr efectos positivos en el hato e inmunizar 2 veces al año y no cada 4 meses sin resultados, como sucedió con el virus O y la vacuna monovalente. Jaime Ospina, ganadero, médico veterinario en la Sabana de Bogotá y pionero de los comités de ganaderos que surgieron en 1986, relató que las dificultades fueron diversas tras la llegada de los brotes de aftosa, porque los productores no querían vacunar, se debía inmunizar hasta 3 veces al año para esperar resultados por las deficiencias en las dosis y la cobertura de vacunación no era mayor al 50 %. Esto cambió, confesó Ospina, cuando se le dio un enfoque más institucional al estatus sanitario y con recursos del FNG, en cabeza de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, se formalizó la campaña que mantiene al país protegido de una enfermedad con altas complicaciones epidemiológicas. (Lea: 14 enfermedades sin control oficial atacan al ganado en Colombia) “Nadie quería vacunar y teníamos que hacer cobertura y no era alta. Cuando ya tomó caminó la vacunación, al institucionalizarse con el Fondo Nacional del Ganado y Fedegán, se tomaron las riendas del programa. Fue una tares muy difícil”, apuntó. Escuche lo que dijo Ospina sobre el tema
González Cely también recuerda el drástico giro que tuvo el país al ver desaparecer hatos enteros. Esa situación hizo que en diferentes zonas se empezara a hablar por primera vez en la historia del estatus sanitario como una meta a alcanzar. "Recuerdo ver letreros que decían: Colombia libre de aftosa, propósito nacional". Jaime Ospina añadió que ese esfuerzo mantiene actualmente al país libre de fiebre aftosa con vacunación y se espera conseguir la certificación sin vacunación, lo cual se logrará cuando los países vecinos alcancen el mismo estatus sanitario. “Mientras Venezuela no sea libre de la enfermedad tendremos que seguir vacunando obligatoriamente”, resaltó. Las cifras Ismael Zúñiga Arce, subgerente de Sanidad y Bienestar Animal del FNG, informó que la inmunización contra la fiebre aftosa tiene un sentido además social al ofrecer trabajo a más 3.000 personas del país que desempeñan cargos de programadores, vacunadores, veterinarios temporales. El Ciclo de Vacunación, que se realiza 2 veces al año, contra la fiebre aftosa y la brucelosis tiene una cobertura superior al 95 % en Colombia. Cada año se inmunizan más de 22 mil 500 cabezas de bovinos. Stiefken Hollmann anotó que la realidad sanitaria de 1985 y 1986 debe cobrar importancia en jóvenes vinculados al sector ganadero, como profesionales o productores, para que se continúe con la tarea de inmunizar el hato colombiano y no se pierda el estatus sanitario. El panorama actual, tras 30 años de trabajo, entre errores y aciertos,se resume en tener un país libre de aftosa con vacunación desde 2009, según la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE. Panorama mundial El estatus sanitario de Suramérica ha mejorado en los 2 últimos años, en los que Perú y Ecuador ingresaron a la lista de países libres de fiebre aftosa sin y con vacunación, respectivamente. (Lea: "No hay salud humana si no hay salud animal": Luis Carlos Villamil) Brasil, país libre con vacunación, mantenía algunas zonas boscosas sin reporte de la OIE. En la actualidad, la autoridad sanitaria mundial ha dado aval a algunas de estas partes como libres de la enfermedad. Venezuela está reportada como región sin reconocimiento como libre de fiebre aftosa, lo que ha impedido que Colombia deje de vacunar. En el ámbito mundial, Corea está suspendido por la Organización como libre de fiebre aftosa con vacunación por el reporte de brotes en 2014.
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