Ganaderos en Atlántico cambiaron las vacas por el carbón

Los productores de municipios como Piojó, Luruaco o Repelón se están dedicando a esta actividad, exponiendo sus vidas y generando consecuencias negativas para el bienestar de sus animales y el medio ambiente.   Javier Felipe Ruiz Rodríguez, profesional Operativo de Proyectos en Sabanalarga del Fondo Nacional del Ganado, FNG, señaló que a pesar de que está lloviendo en algunos sectores del país, en el departamento no hay aguaceros que permitan la recuperación del terreno.   “Caen algunas lluvias sin ningún régimen, sin ninguna periodicidad. En la mayoría del departamento no ha caído una sola gota de agua, y eso se suma a las brisas que vienen del litoral norte que alejan las nubes y la posibilidad de lluvias”, dijo. (Lea: Fenómeno de El Niño se extenderá hasta junio de 2016)   Ante la falta de agua y de comida para los bovinos, los ganaderos utilizan los recursos disponibles como los frutos de árboles forrajeros, entre los que se encuentran el totumo, el trupillo, el campano o el orejero. Otros han vendido sus animales a precios irrisorios, que oscilan entre los $200 y los $250 mil.   Aquellos que no producen leche, han tenido que dedicarse al rebusque para sostener a sus familias. Recurren a otras actividades como el mototaxismo, ser jornaleros en otras fincas o productores y vendedores de carbón vegetal.   Según explicó el profesional del FNG, por estos días muchos productores de municipios como Piojó, Luruaco o Repelón tumban los árboles que antes servían como alimento y refugio al ganado, lo queman y lo venden como carbón. (Lea: Ganaderos de Atlántico atraviesan una de sus peores crisis por el verano)   Eduardo Orozco, líder de la Asociación de Productores La Pradera y trabajador en la Finca La Esperanza, ubicada en el corregimiento de Hibaracho del municipio de Piojó, aseguró que los trabajadores pecuarios no tienen otras alternativas de empleo en esa región, por lo que han optado por la venta de carbón.   “La gente está tumbando al palo para poder sobrevivir. Apilan la madera y luego le prenden candela, exponiendo sus vidas”, expresó. (Lea: Sequía en Atlántico lleva más de 4 años, animales siguen muriendo)   Escuche las declaraciones del líder de la asociación

Cada carga de carbón la venden entre $12 y $14 mil, algo que Orozco consideró como un “atropello”, dadas las condiciones extremas para conseguir el tizón. Los que no queman sus árboles decidieron vender sus frutos, a $5.000 el bulto.   “El Gobierno no nos ha tenido en cuenta para nada. Nosotros hemos hecho vueltas en la Gobernación, hemos hecho gestiones con el alcalde, pero no ha pasado nada”, agregó Orozco.   Ruiz Rodríguez aclaró que los campesinos no están vendiendo todos sus animales, sino que guardan 2 o 3 mientras mejoran las condiciones. (Lea: Ganaderos de Atlántico reclaman una política seria del Gobierno)   “Ellos están dejando la ganadería de manera momentánea. No venden sus vacas, las conservan todavía pero ya no ordeñan. Se dedican a esta actividad para garantizar la subsistencia de sus propios animales”, añadió.   Las consecuencias de esta tala indiscriminada de árboles podrían ser nefastas. “Estamos rogando que venga una época de lluvias que no sea tan fuerte porque van a haber muchos deslizamientos, ya que los suelos no tienen ningún tipo de soporte”, remató el profesional del FNG.