Ganaderos denuncian problemas al recertificar su hato libre de brucelosis

CONtexto ganadero conoció otro caso donde los propietarios de una destacada lechería en Cundinamarca que tuvieron graves dificultades al solicitar la acreditación, como ha ocurrido en otras regiones del país, y que se debe a la aplicación de la nueva resolución del ICA contra brucelosis.   Martha González* es propietaria de una ganadería de Jersey junto con su esposo. Ella contó que comenzaron con la certificación como hato libre de la enfermedad desde 2011. La última que recibieron en 2016 vencía en enero de este año, por lo cual solicitaron el muestreo que se efectuó en noviembre de 2017.   “Se muestrearon 101 animales de los cuales, para sorpresa mía, salieron 42 positivo con la prueba Elisa indirecta. A esos les aplicaron la prueba fluorescencia polarizada, y de estas 1 sale sospechosa y otra, positiva”, contó. (Lea: Brucelosis bovina, un problema de alta prevalencia en Colombia)   Para las 2 últimas, el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, propuso la prueba Elisa competitiva, que implicaba ampliar el número de animales. Para ello, la entidad envió a una funcionaria a tomar las muestras, pero se encontró con una segunda sorpresa.   “En febrero, 3 meses después de la primera muestra, enviaron una persona que no sabía de dónde se tomaba la muestra, en qué parte de la cola se debía pinchar para extraer la sangre. Segundo, ella había llevado los tubos vencidos”, añadió.   De acuerdo con González, fue su médico veterinario de confianza quien se percató del inconveniente y no solo facilitó los tubos, sino que “prácticamente le enseñó” a la funcionaria a hacer el procedimiento.   En este nuevo examen, que se hizo de forma aleatoria a más animales, la vaca 165 (de 167 meses y con preñez de 5), que nunca había tenido inconvenientes, resultó positiva para brucelosis. (Lea: Denuncian errores en recertificación de predios libres de brucelosis)   “En ese nuevo muestreo, salieron 3 positivas. Sin embargo, una de ellas como había salido negativa, ya no tenía problema. Mi preocupación eran la 165 y la 251, que iban a sacrificar. A esas les pedí que hicieran una Elisa competitiva, en donde solo quedó positiva la 165 y la otra salió negativa”, precisó.   Con este resultado, los propietarios de los animales temían el sacrificio de su animal, al tratarse de una vaca con registro, con una producción de 25 litros y que nunca ha mostrado síntomas como la enfermedad, pues siempre ha dado cría.   “Yo le dirigí una carta a la Dra. Andrea Camelo, que en ese momento era la líder regional del programa de brucelosis, informándole que ese animal que salió positivo, estaba en un estado de preñez avanzado, que para ese momento ya era de 7 meses”, indicó González.   Según la ganadera, el ICA determinó que debía esperar al nacimiento de la cría y tomar las muestras pertinentes para determinar si realmente estaba contagiada. (Lea: Algunos datos sobre la actual resolución para erradicar la brucelosis)   El tortuoso proceso, que se prolongó hasta mediados de este año, culminó con un hecho que los propietarios de la ganadería ya sabían: su hato estaba libre de brucelosis. Por esta razón, recibieron la certificación el 12 de julio (que solamente les entregaron en agosto) pero no fue un alivio pleno, pues quedó condicionada para volver a recertificarse en 1 año.   Si bien hoy cuentan con la acreditación, esta serie de percances dejó un profundo malestar en los productores, que están dudando de volver a certificar su predio como hato libre de brucelosis, debido a los esfuerzos y gastos en que tuvieron que incurrir.   Este es uno de los casos que se han presentado en varias zonas del país. Como lo reportó este medio, en Valle del Cauca a varios productores les sacrificaron sus animales porque resultaron positivos para Brucella al momento de hacer la recertificación, y lo mismo ha ocurrido en Cundinamarca y otras zonas del país.    Aun así, la propietaria afectada es consciente de que no se trata de una decisión que solo afecta a su predio: “A uno le dan ganas de renunciar, pero esto es un tema sanitario de toda la ganadería, que debemos hacerlo pensando en la inocuidad y el bienestar de los animales”.   * Nombre cambiado a petición de la fuente