Ganaderos de Atlántico empezaron a sentir el azote del intenso verano

El fenómeno de El Niño ya empezó a generar desabastecimiento de agua, especialmente en los departamentos de la región Caribe, como en Atlántico, donde los propietarios de ganado deben lidiar con la escasez de lluvias para no frenar su producción.   Celeste Volpe, una reconocida ganadera de la región, propietaria de un predio en zona rural de Sabanalarga, aseguró que el verano ha generado preocupación entre los productores, especialmente para aquellos que no se prepararon.   “La última vez que llovió fue a finales de noviembre o principios de diciembre. Han caído algunas aguas pero ni quitan ni ponen, son muy pocas porque el pasto no responde igual que cuando son las primeras lluvias”, dijo. (Lea: Pequeños ganaderos de Atlántico piden ayudas para enfrentar el verano)   Para la ganadera, la actual temporada seca es “fuerte” y aseguró que el gremio está “bastante preocupado”, a raíz de las conversaciones que ha sostenido con otros productores que hablan sobre las dificultades que han tenido en esta época.    Aun cuando Volpe cuenta con una represa para almacenar el agua y un arroyo que le brinda el líquido de forma constante, también se preparó para enfrentar el verano con pastos de corte y heno, pues sabía que tendría dificultades en diciembre como en todos los años.   “Yo creo que mucha gente va a estar apurado porque hay zonas donde no hay agua, y les toca vender o sacar el ganado a otro lado alquilando tierras”, manifestó la productora. (Lea: Fenómeno de El Niño ya está impactando Colombia: MinAmbiente)   Gregorio Reyes, productor pecuario de Piojó, compartió la preocupación de Volpe por la falta de agua, pues el calor intenso y los vientos secos han provocado un verano “inclemente”, agotando los pastos, de manera que ha tenido que recurrir a los suplementos.   “Yo tengo un jagüey, y para la comida, he comprado silo y heno. Lo poco que uno pueda haber ahorrado en el transcurso del año, lo gasta ahora en este verano que nos está golpeando. Yo compré silo a $270 el kilo, y residuos de yuca a $170”, indicó.   A pesar de recurrir a estas alternativas, ambos productores confesaron que no han podido sostener la producción de sus fincas, por lo cual están pensando en otras fuentes de ingreso como vender los animales. (Lea: Ganaderos están perjudicados por sequía del río Murindó)   “Deberían adecuar pozos para cada finca o comunitarios, que los financien para que la gente vaya pagando y sienta más cariño para no dejarlos perder. A mí me parece que esa es una buena solución, porque con agua uno consigue todo”, afirmó Reyes.