En Sucre venden el ganado ante la falta de comida

Mientras en la región de La Mojana se registran fuertes lluvias e inundaciones, en la Sabana hay pocas lluvias y continúa la sequía. Los ganaderos manifiestan su angustia ante esta coyuntura que se refleja en la tendencia descendiente de los precios del ganado.   El departamento de Sucre se encuentra dividido en dos zonas: la sabana y la subregión de la Mojana -bajo San Jorge-. La primera está en sequía y la segunda registra tanta lluvia que se han evacuado 22 mil cabezas de ganado.  (Lea: Ganaderos de la Mojana sucreña ahora están afectados por las lluvias)   Así lo manifestó Juan Carlos Romero, presidente de la Federación de Ganaderos de Sucre, Fegasucre, quien al mismo tiempo informó que, “por razones de altas inundaciones han sacado el 10 % de ganado de la Mojana”.   En dicha región se encuentran actualmente 220 mil reses en medio del agua y estos se desplazan a las zonas menos húmedas a comer y luego a las partes más altas a descansar.   “Son semovientes que los productores llevaron allí en los últimos meses para proveerlos de comida ante la escasez de la misma en la sabana, pero el exceso de agua complicó el suministro de pastos y se encuentran de regreso”. (Lea: Ganaderos de Sucre llevan ganado a las ciénagas antes de tiempo)   “Esos 22 mil bovinos vienen para la Sabana donde contrario a la Mojana, ha llovido muy poco y por lo tanto, no hay pasto suficiente para alimentar el ganado”.   Según el dirigente, “hace un mes recibimos 136 toneladas de silo del Ministerio de Agricultura y fue distribuido entre los pequeños ganaderos, pero esa cantidad resulta insuficiente ante las necesidades actuales”.   Debido a la falta de comida los ganaderos se han visto obligados a vender sus animales, es decir, que se ha disminuido ostensiblemente la capacidad de carga de las unidades productivas. (Lea: Verano afecta nuevamente a la ganadería sucreña)   En los hatos de Sucre esta situación ha generado igualmente la pérdida de peso de los bovinos, lo que asimismo, se traduce en la disminución de su respectiva masa corporal.   “Afortunadamente no hemos registrado muerte de animales como sucedió hace unos meses. Es una situación difícil porque no tenemos agua ni comida y los ganaderos no dejan de manifestar la angustia con respecto a la mencionada coyuntura”.   “Es una situación que tiene igualmente efectos en el precio del ganado pues ha registrado una tendencia a la baja y se encuentra en $4.000 el kilo. Es lamentable decirlo pero lo más probable es esperar que continúe en descenso”, puntualizó Romero.