En medio de tanta inseguridad, ¿quién controla expendios de carne?

El país despierta cada día con escándalos de corrupción, denuncias de todo tipo y casos de inseguridad que afectan a los ciudadanos. En medio de tantos problemas, algunos tan delicados como el expendio ilegal de carne siguen sin control.   El cierre de plantas por cuenta del incumplimiento de las normas relacionadas con el Decreto 1500 agravó el problema del sacrificio ilegal en todo Colombia. Lo más grave del asunto es que se ha convertido también en el pretexto al que acuden los delincuentes para sacrificar ganado de manera ilegal.   Como resultado de esa situación se vienen incrementando también las denuncias sobre la venta de carne adquirida a comercializadores informales y en condiciones de poca higiene, todo un riesgo para la salud de los consumidores. (Lea: Ganaderos solicitan mayores controles en expendios de carne)   Los índices de beneficio clandestino se han disparado de manera tan alarmante que a pesar de las denuncias, poco pueden hacer las autoridades pues hoy en día cualquier lugar resulta útil a la hora de sacrificar: patios, fincas, lugares al aire libre, entre otros.   A pesar de la creciente preocupación, este tipo de delitos parecen pasar a un segundo plano ante necesidades mucho más apremiantes como el desmantelamiento de bandas dedicadas al hurto de residencias, de vehículos, al robo de celulares, en los sistemas de transporte masivo y muchos más que tienen azotado a gran parte del territorio nacional.   La pregunta que surge en la ciudadanía es, si los esfuerzos se están centrando en tratar de frenar en algo las otras actividades delictivas, ¿quién se encarga de controlar los expendios de carne?   El tema puede parece menor para muchas personas, pero no lo es para quienes han entendido que la ingesta de productos derivados de un sacrificio ilegal pone en riesgo la salud de todos aquellos que llegaran a consumirlo.   CONtexto ganadero pudo confirmar que los operativos que se hacían con alguna frecuencia a expendios ubicados en diferentes regiones del país han disminuido, ocupadas como están las autoridades en otro tipo de crímenes y delitos. (Lea: Sacrificio clandestino tiene desesperados a ganaderos del Atlántico)   El ahorro de unos pesos se convierte en la excusa más recurrente por parte de quienes adquieren la proteína, que ha sido obtenida sin garantizar las condiciones mínimas de higiene y que representa incluso una amenaza incluso para la salud pública.   Es importante que aun en medio de la difícil coyuntura nacional se destinen recursos humanos y económicos para seguir adelantando campañas de prevención, para visitar y vigilar expendios de carne y se genere conciencia sobre la importancia de hacer las cosas de manera correcta, desde quien se presta para sacrificar ilegalmente, pasando por aquellos que compran y venden el producto, y claro está por los consumidores.