De silletas y flores: muchas historias para contar

Eran más de 80 los kilos que cargaba mediante cuerdas y fajas atadas a su espalda y cabeza. Así, caminando las calles de Nueva York durante la conmemoración de los 10 años del atentado a las torres gemelas, fueron muchas las emociones que recorrieron su cuerpo, haciéndole olvidar el gran peso que sostenía.

Ese 11 de septiembre de 2011, como siempre le sucede en sus desfiles y presentaciones, revivió con toda claridad cómo a sus 14 años empezó su recorrido en el mundo silletero, un viaje que lo ha llevado a representar a Colombia ante muchos países del mundo.

“Estaba a la izquierda de la estatua de bronce en homenaje a los bomberos y policías caídos cerca del que fuera el World Trade Center. De repente, ante mis ojos como una fotografía, apareció la imagen de mi padre cargando su silleta y yo, de 14 años, acompañándolo con una canasta de flores en mi primera participación en la Feria de las Flores de Medellín”, asegura Hernán Atehortúa.

Hernán, hoy tiene 59 años y dice que siempre evoca a su papá cuando carga su silleta. Sea en Estados Unidos, Inglaterra, España, Australia o cualquier otro país, invariablemente tiene presente ese día y así reafirma que ser silletero es una tradición que se hereda de generación en generación.

También asegura que “En Santa Elena, población cuna de la tradición silletera en Colombia, cuando uno está en el vientre de la madre ya está en contacto con la naturaleza, con las flores y con el campo. Se nace viviendo con familias que toda su vida han estado dedicadas a las silletas y por cada rincón que se camina están presentes las flores”.

Sus abuelos y sus padres fueron silleteros. Sus dos hijos, que son profesionales agrónomos, también lo son, y su familia completa ya involucra con amor a los nietos en esta actividad.

Para este experto silletero, hacer las cosas de corazón es la mejor recompensa en su actividad. No lo hace por una retribución económica pues esta no permite subsistir. Lo hace por su pasión, por compartir la belleza de las flores con los colombianos y por representar al país en el exterior.

“Llevar y mostrarle al mundo la variedad de nuestras flores y su poder emocional es algo indescriptible. Ellas despiertan las mejores emociones en las personas. En ciudades emblemáticas de Holanda o Italia, sólo para nombrar algunas naciones donde los silleteros desfilan, nos cierran las calles para darnos paso y admirar esto que, sin duda alguna, es un arte propio de los colombianos.”, comenta con emoción Hernán”.

Al traer a la memoria estos desfiles, también dice que lo que más le ha impactado de la reacción de las personas de otros países ante las flores de Colombia, es la emotividad que despertaron en el homenaje a los 19 colombianos que murieron en las Torres gemelas (Nueva York), y el asombro y admiración que ocasionaron en un desfile en el que participó en Amsterdam (Países Bajos).

“Holanda es el mayor exportador de flores del mundo. Sin embargo, ellos no tienen ni la cultura, ni el conocimiento, y me atrevo a decir que ni el amor, que en Colombia tenemos para construir con ellas una silleta. Las personas nos veían como artistas, y en realidad eso es lo que somos”, comenta con orgullo Hernán.

A su parecer, los silleteros son los precursores del diseño floral, pero con una gran diferencia: son personas que llevan el campo y la naturaleza en el alma. Son seres que saben trabajar la tierra, relacionarse con las plantas y cultivar las flores. Ese es un aspecto diferenciador que no pueden copiar en ningún lugar del mundo.

Al relatar sus anécdotas no puede dejar de mencionar una de las experiencias que más lo han llenado de orgullo. Fue durante su presentación en una celebración en Inglaterra. Nunca olvidará el ver más de 5 mil globos con los colores de la bandera de Colombia, escuchar a miles de personas entonar la canción “Soy colombiano”, y sentir que la piel se le ponía de gallina mientras desfilaba.

“Las silletas son un símbolo nacional y en cualquier parte de Colombia o el mundo donde usted las vea, quienes las cargan tienen el apoyo de Asocolflores”, enfatiza Hernán.

En Medellín, Antioquia, Asocolflores apoya el desfile de silleteros con el tradicional Trueque. Este es un evento en el que dona cientos de miles de tallos de diferentes especies y variedades para que sean intercambiados, se armen las silletas y se ofrezca un espectáculo único e inolvidable.

Además, cuando un silletero viaja a representar a Colombia tiene la seguridad de contar con el insumo necesario para construir su silleta. Debido a que por normatividad internacional una persona no puede transportar material vegetal, Asocolflores le entrega las flores y el follaje requeridos, a través de sus afiliados (quienes exportan a más de 100 países), en el lugar de su presentación.

“Ya perdí la cuenta de cuántas silletas he cargado o fabricado y eso me enorgullece. Con el apoyo de Asocolflores seguiré esforzándome por sostener mi silleta hasta que el cuerpo me diga no más. Estoy seguro de que esta tradición no desaparecerá porque cada uno de nosotros se encarga de pasar el legado a la comunidad y a sus familias. Esta es parte fundamental de nuestra vida, de la de nuestras familias y de la de nuestra comunidad.”, concluye Hernán despidiéndose.

Asocolflores en la Feria de Medellín 2024

La Asociación Colombiana de Flores, Asocolflores, apoya cada año el desfile de silleteros con el tradicional Trueque que se realiza en el marco de la Feria de las Flores.

Este año fueron 600.000 tallos de hortensias, crisantemos, pompones, flor de verano, entre otras especies, las cuales son intercambiados los 240 silleteros que participarán en esta edición, provenientes de diferentes veredas del corregimiento de Santa Elena,

Al igual que Hernán, todos ellos seguirán ofreciendo un espectáculo único e inolvidable, que atrae la atención del mundo entero gracias a la tradición y al esplendor de las flores de Colombia.