Conpes del sector: más buenos propósitos que realidades

En 2005 y 2010 se estructuraron sendos Conpes lácteos con los que el Gobierno pretendía mejorar la competitividad del sector. 10 y 5 años después, una revisión del tema evidencia que han sido más las buenas intenciones que los avances.   Los conpes son documentos de política económica y social en los que se establecen planes de trabajo para determinado fin y al que se le asignan unos recursos para su ejecución.   En Colombia hay Conpes mineros, de vivienda, educación y, por supuesto, del sector lácteo, entre muchos otros. (Lea: El desangre del sector lácteo)   Las necesidades de los ganaderos del país generaron que en septiembre de 2005 se firmara un primer documento Conpes, el 3376, y su tema central fue la definición de una política sanitaria y de inocuidad para las cadenas de la carne bovina y de la leche.   En palabra textuales, el documento “contiene los lineamientos de política que permitirán mejorar las condiciones de sanidad e inocuidad de las cadenas de la carne la bovina y la leche con el fin de proteger la salud y vida de las personas y los animales, aumentar la competitividad y fortalecer la capacidad para obtener la admisibilidad de sus productos en los mercados internacionales”.   Se aclara, de igual manera, que para su cumplimiento se implementarán estrategias para el mejoramiento del estatus sanitario de estas cadenas, y el fortalecimiento de la capacidad científica y tecnológica, la institucionalidad y mejorar los procesos de admisibilidad para el periodo comprendido entre el 2005 y 2010. (Lea: Informalidad de la cadena láctea: Retos para su modernización)   Con el 3675 se pretende establecer la política nacional para mejorar la competitividad del sector lácteo colombiano. Dicho objetivo se lograría “con el desarrollo de estrategias e instrumentos que permitan disminuir los costos de producción e incrementar la productividad, con miras a profundizar y diversificar los mercados interno y externo y aprovechar las oportunidades y ventajas comparativas que tiene el sector”, reseña el texto del Conpes.   Aunque se supone que son de obligatorio cumplimiento, personas allegadas a este medio, pero que prefirieron mantener la reserva de su identidad, aseguraron que como con casi todo en Colombia “eso se quedó en nada, pasan los años y no se ha visto mayor avance”.   Coinciden las personas consultadas por CONtexto ganadero en que el 3376 se quedó plasmado en el papel con “solo buenas ideas y propósitos”, pero que “como no pasó nada, no se desarrolló nada de lo plasmado se hizo otro 5 años después y aunque se hicieron un par de cosas al inicio, hoy en día parece que correrá la misma suerte que su antecesor”.   Otro de los problemas que se le endilgan a estos documentos Conpes es la falta de seguimiento, no hay una oficina ni un grupo de personas encargado del tema, por lo que aparte de la ausencia de gerencia y directrices tampoco hay autoridad que permita avanzar en los propósitos enunciados.   “Más que documentos de este tipo, lo que se requiere es la estructuración de planes de trabajo que garanticen recursos y personas que asuman la responsabilidad de darles cumplimiento”, aseguró uno de los ganaderos con lo que hablamos. (Columna: Carne y parafiscalidad ganadera)   Los productores reiteraron la importancia que tiene el tema de cara a consolidar el sector lácteo y ganadero del país. Saben que el esfuerzo no puede seguir siendo individual, sino que es necesaria la presencia y participación de entidades públicas y privadas. En la medida en que se aúnan esfuerzos será más fácil gestionar, no solo recursos, sino sistemas de información, la comercialización, entre otras tareas.