Así se va a comportar el clima en diciembre: tres regiones de Colombia bajo alerta
PorCONtexto ganadero-21 de Noviembre 2024
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Por CONtexto ganadero - 01 de Febrero 2024
La industria pesquera y las comunidades que dependen de ella, se están viendo afectados por la escasez de lluvias y las altas temperaturas, que han impactado la cría de animales y cultivos acuáticos.
El fenómeno climático conocido como El Niño ha dejado una marcada impronta en Colombia, extendiendo sus efectos más allá de la esfera ambiental para afectar seriamente los sectores económicos clave del país.
Entre las áreas más impactadas se encuentra la industria pesquera, donde la escasez de lluvias y las altas temperaturas han desencadenado una serie de eventos que amenazan la sostenibilidad y la subsistencia de comunidades enteras que dependen de esta actividad.
En la región del Caribe colombiano, la sequía ha desencadenado una cadena de dificultades que se manifiestan en múltiples niveles, uno de los sectores más afectados es el gremio dedicado al cultivo de especies acuáticas, que ha enfrentado pérdidas significativas como consecuencia de la extrema sequía.
Según el director de la Federación Colombiana de Acuicultores (Fedeacua), César Pinzón, en diálogo con Caracol Ahora, el cultivo de tilapia ha sido particularmente vulnerable a la falta de recursos hídricos, que son vitales para su producción. En la región del Caribe, aproximadamente el 85% de este cultivo ha desaparecido, lo que representa un golpe devastador para la industria. A nivel nacional, se estima una reducción del 20% en la producción anual de tilapia, dejando al sector con alrededor de 100.000 toneladas menos de este importante recurso alimenticio.
La trucha, otro producto fundamental en la industria pesquera colombiana, tampoco ha escapado indemne de los efectos del Fenómeno del Niño. Aunque las consecuencias no han sido tan severas como en el caso de la tilapia, se ha observado una disminución del 12% en la producción de trucha en comparación con el año anterior. Esta reducción ha detenido el crecimiento previamente constante del sector, que estaba experimentando un aumento del 10% anualmente.
La situación se vuelve aún más alarmante en regiones específicas como el departamento de Cesar, donde las múltiples sequías han dejado un rastro de devastación en las zonas afectadas. Ríos y ciénagas que solían ser vitales para la subsistencia de comunidades enteras ahora se encuentran secos, dejando a los pescadores sin su principal fuente de ingresos y alimentación. El río Lebrija, una vez navegable y productivo, ahora es poco más que un lecho de arena, dejando a más de 550 familias en el sur de Cesar sin su sustento diario.
La líder comunitaria Griselda Rodríguez describío para RCN que la situación es desoladora, ya que la economía de estas comunidades depende completamente de la pesca y los recursos acuáticos que ahora han desaparecido debido al Fenómeno del Niño. La seguridad alimentaria de estas poblaciones se ve amenazada, y las perspectivas futuras parecen sombrías a medida que la sequía persiste y sus efectos se intensifican.
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