Los usos del estiércol y la orina de las vacas más inusuales y que son utilizados en África (VIDEO)

Al sur de Yuba, la capital de Sudán del Sur (África), reside un pueblo singularmente conectado con la tierra y su ganado. Los Mundari, conocidos por su profundo amor y veneración hacia sus reses, las ankole watusi, han forjado una vida en armonía con la naturaleza y sus animales en un ejemplo extremo de ganadería sostenible.

La vida cotidiana de los Mundari está impregnada de prácticas ancestrales que van más allá de la crianza de ganado. Algunos miembros de la comunidad tienen la creencia de que si soplan el recto de sus vacas producirán más leche, así que realizan esa practica con regularidad. Y el consumo de la leche y la sangre de su ganado hace parte de sus tradiciones y su fuente de alimento.

Aprovechan el estiércol y la orina

Los jóvenes de la comunidad se ocupan de recolectar el estiércol de las reses, el cual es cuidadosamente apilado y quemado por los adultos para crear una espesa nube de humo. Esta antigua técnica no solo ahuyenta a los insectos, incluidos los portadores de enfermedades como el anopheles, transmisor de la malaria, sino que también desparasita las pieles tanto de los humanos como de los animales. Además, las cenizas resultantes se utilizan para proteger las pieles delo sol y como repelente.

La gestión de los residuos derivados del ganado es un aspecto crucial de la vida diaria de los Mundari. No solo se aprovecha el estiércol, sino que también la orina de las vacas se utiliza como antiséptico y tinte para el cabello. Este uso prolongado de la urea no solo hace parte de la higiene personal de los Mundari, sino que también es responsable de la distintiva apariencia rubia de muchos Mundari, un rasgo que llevan con orgullo como símbolo de su identidad cultural.

Protegen a sus reses y les otorga estatus

Una de las preocupaciones de la comunidad, es el robo de ganado, ya que el valor de las reses determina el estatus social de cada familia y sirve como dote para futuros matrimonios. Esta conexión entre el ganado, la identidad cultural y la seguridad económica hace que la protección del ganado sea una prioridad absoluta para los Mundari, y el robo de ganado a menudo desencadena que la comunidad se arme en las noches para protegerlas.

La relación entre los Mundari y sus reses trasciende incluso la muerte. Cuando un Mundari fallece, es enterrado junto a su vaca o toro favorito, con la creencia de que continuarán pastoreando juntos en otra vida.

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