Incertidumbre económica mundial debido al anuncio de aumento de aranceles en Estados Unidos

Con un escenario que podría generar incertidumbre económica y tener impactos sobre las dinámicas de crecimiento para algunas economías del mundo, inicia el periodo Trump 2.0 y el comercio internacional.

Así lo manifiesta el Centro de Estudios Económicos de ANIF en su reciente informe semanal No. 1639 del 20 de enero de 2025.

“La nueva administración de Trump se perfila como un período caracterizado por el potencial endurecimiento de la política proteccionista de Estados Unidos, debido a aranceles más altos y medidas restrictivas para las exportaciones, lo cual podría tener implicaciones en diferentes frentes, tanto a nivel regional como global. Trump plantea establecer aranceles básicos no solo para China sino también para todos los bienes que provengan del extranjero”, afirma.

El nuevo presidente de Estados Unidos planea establecer aranceles básicos del 10 % a las importaciones mundiales, sin importar el país de origen, mientras la tarifa podría ser hasta del 25 % para importaciones provenientes de Canadá y México y hasta del 60% para aquellas provenientes de China.

Dentro de la agenda de comercio también estaría la Ley de Comercio Recíproco, con la cual buscaría poner aranceles recíprocos a cualquier país que le tenga aranceles a las exportaciones estadounidenses. Esto con el fin de alcanzar una “paridad arancelaria”.

Sectores afectados en 2018

Sin embargo, esa propuesta también ha recibido críticas, pues podría violar los acuerdos comerciales bilaterales y generar represalias hacia Estados Unidos, llevando así a una guerra comercial más fuerte y global que la que se dio en 2018 con China.

De acuerdo con ANIF, durante el primer mandato de Trump, mediante la Ley de Reforma del Control de las Exportaciones de 2018, se establecieron controles a las exportaciones, particularmente aquellos relacionados con la inteligencia artificial (principalmente chips) y semiconductores avanzados destinados a China.

En efecto el 2 de diciembre de 2024, el entonces presidente, Biden, amplió los controles de exportaciones de semiconductores avanzados. En el segundo mandato de Trump se espera que estos controles sigan intensificándose no solo en el frente de inteligencia artificial, computación cuántica y seguridad nacional militar del país, sino también en sectores como minerales críticos y energías renovables, elementos de suma importancia para la economía China.

Esta medida desencadenó una fuerte guerra comercial con dicho país, la cual se intensificó en el año 2019. El aumento de aranceles afectó el acero, con una tarifa del 25 %, el aluminio, con una tarifa del 10 %, y algunos productos de China, principalmente de sectores estratégicos como vehículos eléctricos, semiconductores, baterías y minerales críticos, que inicialmente estuvieron sujetos a un arancel del 25 % en julio de 2018. Sin embargo, estas tarifas a una lista de productos chinos siguieron aumentando en los años posteriores dependiendo del producto.

Implicaciones

De acuerdo con estudio de Tax Foundation, las políticas de la guerra comercial, contando el primer periodo de Trump y el periodo de Biden, suman $79 mil millones de dólares en aranceles más altos.

Otros estudios establecen que las importaciones estadounidenses de productos afectados cayeron en promedio un 31,7 %, mientras que las exportaciones disminuyeron 9,9 %, por las represalias de los países afectados hacia los productos de Estados Unidos.

“Esto indica que estas medidas afectan tanto a los países emisores como a los receptores de las medidas y generan disrupciones en las cadenas de suministro que pueden inducir presiones en la inflación”, sostiene ANIF.

Otro estudio encontró que aumentar los aranceles conduce a caídas en la producción y productividad en el mediano plazo, así como a incrementos en el desempleo y la desigualdad. En contraste, no se observan mejoras en la balanza comercial.

Bienes importados en general

Según el informe de ANIF, para el periodo Trump 2.0, las tarifas arancelarias seguirían aumentando, con el agravante de que no será solo para China sino para los bienes importados en general.

“Esto podría desencadenar nuevos impuestos de represalia y desatar una guerra comercial con más participantes. Un escenario así terminaría encareciendo los bienes a nivel internacional, con sus implicaciones en términos de inflación, y podría marcar un cambio en las dinámicas de comercio global”, explicó.

Asimismo, podrían afectar a la región por medio de mayores depreciaciones de sus monedas, mayores costos de financiamiento y encarecimiento de bienes importados.

“Sin embargo, también puede ser una oportunidad para lograr nuevas alianzas comerciales. Los demás países del mundo podrían incrementar su comercio tanto con USA como China”, específica ANIF.