El rentable negocio que hay en EE.UU. con el estiércol bovino

Para los productores de leche de California, su negocio no es tan rentable y atractivo como es el de los deshechos de los animales, ya que los están usando para obtener biogás del metano que proviene de la materia fecal. El negocio es creciente.

Los ganaderos de california están empezando a ganar más dinero vendiendo el estiércol de sus vacas que la leche, según ha informado el medio local The Fresno Bee. (Lea: Obtienen biogás con residuos del café y estiércol de gallina)

De acuerdo con el portal, la materia fecla de las reses habrían aumentado su valor en los últimos años después de que varias compañías energéticas lo usen para obtener biogás del metano que de allí proviene. A eso se le suma un plan de ayudas del Estado de California conocido Cap-and-Trade Program, que incentiva económicamente el uso de energías limpias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Esta iniciativa, que arrancó desde 2011, y otras ayudas estatales para proteger el medioambiente, han ocasionado que a California lleguen empresas energéticas interesadas en conseguir biogás a partir del estiércol, pues lo han convertido en un negocio muy rentable gracias a las subvenciones. Al principio, esas compañías compraban los excrementos y se encargaban de procesarlos, pero desde hace unos años los granjeros han descubierto que si ellos mismos construyen las instalaciones para tratarlos pueden multiplicar por seis sus ganancias.

El citado portal señala que por la venta del estiércol a las energéticas un ganadero puede conseguir alrededor de USD 100 al año por vaca, mientras que si procesa él mismo los deshechos para obtener biogás, las ganancias pueden llegar a ser de hasta USD 600 al año por res.

Las dificultades medioambientales

Las empresas energéticas como las granjas usan la digestión anaeróbica para obtener metano, dióxido de carbono y otros biogases. Para este proceso es necesario disponer de grandes ‘lagunas’ de estiércol, que se cubren con una lona para que, en el proceso de descomposición, emanen los gases que se van canalizando hacia los depósitos donde quedan almacenados. (Lea: La Fazenda estrena planta de biogás para reducir emisiones)

El problema es que estos sistemas de digestión anaeróbica perjudican tanto la calidad del aire como del agua, y al haber un notorio aumento del número y la concentración de cabezas de ganado como consecuencia de los beneficios cada vez mayores que dan a los ganaderos, el ecosistema se deteriora.