Donald Trump: ¿Salvará la ganadería de Estados Unidos?

Con una crisis prolongada, la industria ganadera se encuentra en un punto crítico debido a problemas estructurales y económicos que podrían complicarse aún más bajo las posibles políticas del expresidente. Según un análisis de Bloomberg, los ganaderos estadounidenses enfrentan uno de los momentos más difíciles en décadas, marcado por una caída histórica en el inventario de ganado, altos costos operativos y una creciente competencia de otras proteínas.

Bajas cifras de ganado: una crisis profunda

El número de cabezas de ganado vacuno en Estados Unidos se encuentra en su nivel más bajo desde 1961. Este declive ha sido impulsado por múltiples factores:

Precios deprimidos: Durante años, los bajos ingresos obligaron a los ganaderos a vender más hembras al matadero.

Sequías severas: La falta de agua y pastizales ha limitado la capacidad de mantener manadas grandes.

Costos elevados: La inflación y el aumento de los precios de alimentos para el ganado han hecho inviable para muchos agricultores expandir sus operaciones.

El ciclo actual de declive comenzó en 2020 y ha reducido el inventario de ganado a un ritmo similar al de la gran crisis agrícola de la década de 1980. Aunque el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) proyectaba una recuperación en 2025, ahora espera que esta se retrase hasta 2027 debido a condiciones adversas y costos de préstamos elevados.

Las promesas de Trump y sus posibles impactos

Donald Trump ha prometido implementar políticas como aranceles a las importaciones y reformas migratorias, lo que podría tener efectos mixtos en la industria:

Aranceles: Según R-CALF USA, un grupo que representa a los ganaderos, los aranceles podrían incentivar a los productores a reinvertir en sus manadas. Sin embargo, este enfoque podría ser insuficiente para resolver los problemas de fondo a corto plazo, mientras que los consumidores enfrentan precios más altos en las tiendas.

Reforma migratoria: Las restricciones migratorias propuestas podrían impactar negativamente la mano de obra agrícola, encareciendo aún más los costos de producción.

Los analistas advierten que estas medidas podrían generar más desafíos que beneficios inmediatos para la industria ganadera. Según Derrell Peel, economista agrícola de la Universidad Estatal de Oklahoma, “todo lo que está hablando tiene consecuencias negativas potenciales más que nada positivo”.

El cambio en las preferencias del consumidor

A medida que los precios de la carne de res continúan aumentando, los consumidores están cambiando hacia alternativas más económicas, como el pollo. Este cambio de preferencia presiona aún más a los ganaderos, quienes luchan por equilibrar los costos y la demanda.

David Anderson, economista de la Universidad de Texas A&M, señala que la competencia entre proteínas podría limitar los aumentos de precios de la carne de res. Sin embargo, esto no alivia las preocupaciones de los ganaderos, que necesitan márgenes más amplios para reinvertir y expandir sus operaciones.

La identidad nacional en juego

La ganadería ha sido durante generaciones un símbolo del espíritu estadounidense, desde los vaqueros hasta los platos tradicionales como el brisket y los cheesesteaks. Sin embargo, las dificultades actuales amenazan con transformar esta industria emblemática. Algunos productores han recurrido a criar terneros híbridos de leche y carne para adaptarse al mercado de carne de bajo inventario.

Cash Carruth, un ganadero de Nuevo México, resume la situación: “Este extra que estamos ganando ahora no es necesariamente espacio para expandirnos, sino para ayudarnos con el vendaje que nos pusimos desde 2015 hasta 2022”.

Un camino con obstáculos

La presidencia de Donald Trump podría marcar un punto de inflexión para la ganadería en Estados Unidos. Si bien sus políticas podrían ofrecer oportunidades a largo plazo, las dificultades inmediatas para los productores y los consumidores son innegables. La recuperación del sector requerirá una combinación de incentivos gubernamentales, inversión estratégica y adaptaciones en el mercado, todo mientras se enfrenta a una competencia creciente de proteínas alternativas.