Cultivos genéticamente modificados alcanzaron una cifra récord en 2014

El mundo ya cuenta con 181.5 millones de hectáreas dedicadas a este tipo de cultivos. Por Suramérica, se destacan Brasil y Argentina que ocupan el segundo y tercer lugar; Colombia, por su parte, ocupa el número 18 de la lista con la siembra de maíz y algodón.

De acuerdo con el informe sobre la situación global de los cultivos biotecnológicos, liberada en días pasados por el Servicio Internacional para la Adquisición de las Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA por sus siglas en inglés), la adopción de este tipo de cultivos en 2014 alcanzó una cifra record de 181 millones 500 mil hectáreas, sembradas por 18 millones de agricultores en 28 países del mundo. El incremento en la siembra de los cultivos genéticamente modificados con respecto a 2013 fue de 6 millones de hectáreas. (Lea: Trabajan para lograr leche bovina hipoalergénica para lactantes)

Los países latinoamericanos se destacan en la lista de países adoptantes de cultivos biotecnológicos según el informe. Brasil ocupa el segundo lugar de la lista, después de Estados Unidos con 42 millones 200 mil hectáreas y Argentina es el tercero en la lista con 24 millones 300 mil hectáreas. Los 2 países siembran maíz, soya y algodón genéticamente modificados. Colombia, por su parte, ocupa el número 18 de la lista con la siembra de maíz y algodón.

Los beneficios de los cultivos genéticamente modificados destacados por el ISAAA, muestran un aumento significativo de los ingresos de los productores de escasos recursos. El informe además revela  que hubo un incremento de la producción en USD133 mil millones durante el periodo comprendido entre 1996 y 2013.  Adicionalmente, se afirma que entre 1996 y 2012 disminuyó el uso de insecticidas considerablemente (unos 500 millones kg menos de ingrediente activo) y en 2013 disminuyeron las emisiones de dióxido de carbono, lo que es equivalente a retirar 12,4 millones de carros de las calles en el planeta.

María Andrea Uscátegui, directora ejecutiva de Agro-Bio, organización dedicada a promover, divulgar, educar e informar acerca de la biotecnología agrícola moderna y los organismos genéticamente modificados en la región andina, manifestó que “los cultivos genéticamente modificados son una herramienta que contribuye al desarrollo social, económico y sostenible de la agricultura y, adicionalmente, le ayudan al agricultor a enfrentar los retos que día a día trae la agricultura”. (Lea: Alimentos dorados podrían disminuir deficiencia de vitamina A)

Actualmente, los desarrollos que se encuentran en el mercado están enfocados a la resistencia a algunos insectos y la tolerancia a algunos herbicidas, pero “ya hay investigaciones y pruebas en campo para sacar productos resistentes a la sequía, resistentes a algunos virus y con mayor contenido nutricional”, apuntó.

Este año, y de acuerdo con la información de ISAAA, un nuevo país ingresó a la lista de adoptantes: Bangladesh. Allí se aprobó la berenjena Bt (resistente a algunos insectos) en octubre de 2013 y en 2014, 120 agricultores sembraron 12 hectáreas, brindando importantes beneficios económicos a los productores y la posibilidad de reducir la exposición a insecticidas en un 70-90 %. (Lea: Brasil, la potencia biotecnológica de Suramérica)

Otro logro destacable en 2014 para la biotecnología moderna aplicada a plantas, fue la aprobación en Estados Unidos para la  siembra comercial de la papa Innate™, que produce menos acrilamida (asociada a ciertos problemas de salud) a altas temperaturas y resiste al pardeamiento y a las magulladuras o manchas oscuras, características que no son aceptadas por el consumidor y en consecuencia son causa de descarte de una gran parte de la producción.

“Colombia es uno de los países que hoy en día le apuesta a la adopción y al desarrollo de este tipo de cultivos y una muestra de ello es que son muchos los agricultores del país que han tomado la decisión de sembrarlos y reconocen sus beneficios. Estamos seguros de que en los próximos años, muchos productores tendrán la posibilidad de acceder a un abanico más amplio de semillas mejoradas, gracias a la biotecnología moderna, obteniendo así mayores beneficios para sus cultivos y con la posibilidad de ofrecer mejores productos a los consumidores” señaló Uscátegui.