Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
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Por - 02 de Octubre 2020
Implementar una estrategia de creación de imagen y mejorar la productividad del sector cárnico, forman parte de las recomendaciones presentadas por Nils Beaumond, de la firma Gira Food, en un estudio realizado para el Banco Mundial.
Implementar una estrategia de creación de imagen y mejorar la productividad del sector cárnico, forman parte de las recomendaciones presentadas por Nils Beaumond, de la firma Gira Food, en un estudio realizado para el Banco Mundial.
El trabajo titulado “Mercados internacionales para la carne vacuna y los productos lácteos de Colombia”, fue socializado en la reunión del Plan de Ordenamiento Productivo de la cadena, organizado por la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra).
Allí se recordó que existen dos opciones clásicas para las exportaciones, como son volúmenes y precios bajos o nicho y precios altos pero Colombia, aunque viene realizando grandes esfuerzos como lo demuestran las cifras de exportación que han venido creciendo de manera constante, aún no tiene ni los volúmenes ni la reputación de calidad que permiten aplicar precios elevados, según el estudio y por eso las recomendaciones planteadas. (Lea: Así es la cadena de valor de la ganadería bovina de Carne)
Según el autor es muy improbable que un nicho del mercado de exportación sea suficiente para justificar los mayores costos de un programa de sostenibilidad aunque es un aspecto que es imperativo tener y en lo cual Fedegán a través del programa de Ganadería Colombiana Sostenible viene dando pasos importantes y buscando esos mercados que valoran la carne y la leche producidos bajo pastoreo y respetando el medio ambiente.
Otros aspectos a tener en cuenta a la hora de exportar son la inocuidad y la calidad uniforme de la carne así como argumentos respecto de una actitud responsable que serán cada vez más importantes.
Así mismo, el estudio indica que en lo que respecta a los puntos de destino, es claro que Asia es el mayor importador y el foco de mucha competencia de precios.
También Beaumond manifestó que para llegar a los mercados de destino se tiene que trabajar como cadena y no cada eslabón por separado.
No obstante dijo que con el problema de la pandemia la demanda de carne vacuna y productos lácteos seguiría aumentando pero a un menor ritmo, en particular en el primer caso. (Lea: Cadena cárnica debe agregar valor para satisfacer al consumidor, señala estudio)
La previsión es de un cambio de consumo per cápita entre estable y ligeramente negativa con una menor participación de la carne vacuna en la canasta mundial de las carnes debido a que es la que tiene un mayor precio.
Asia seguirá siendo el motor del crecimiento de la demanda mundial, mientras que las otras zonas de aumento del consumo se concentrarán en el mundo en desarrollo. En los mercados desarrollados, el crecimiento será más lento, o incluso disminuirá en algunas zonas y América del Sur se afirmará, cada vez más, como la principal zona exportadora de carne a nivel mundial.
Otros grandes mercados de importación son Oriente Medio, África del Norte y América del Norte para cortes especiales particularmente de Australia y Nueva Zelandia
Sostuvo que una vez obtenido el acceso al mercado, la competencia gira en torno al precio que es el factor decisivo para cada tipo de corte y calidad; garantías de calidad (inocuidad y calidad organoléptica); capacidad de suministro en términos de cantidades y regularidad; y, confiabilidad, credibilidad y organización.
El trabajo también identificó una serie de fortalezas que tiene Colombia en su cadena cárnica como son una sólida cultura ganadera, bajo costo a nivel de la explotación, mayoritariamente un sistema de alimentación con pasturas, una fuerte organización colectiva de ganaderos, compromiso político con el sector, un mercado interno significativo, solidez de las empresas brasileñas que tienen inversiones en la industria de procesamiento de Colombia (caso Minerva), precios competitivos en mercados internacionales, acceso y puertos de exportación tanto en el océano Atlántico como en el Pacífico; y, poco conocimiento mundial de la vinculación entre producción de carne vacuna y deforestación en Colombia. (Lea: Cadena láctea: ¿otra vez la culpa es de la vaca?)
Sin embargo, también identificó una serie de debilidades, entre las que están el riesgo de aftosa, aunque Colombia luego de un trabajo arduo de los ganaderos logró recuperar el estatus de país libre con vacunación y sigue realizando campañas de vacunación para evitar nuevas apariciones de la enfermedad.
Otra de las debilidad expuesta en el estudio se relaciona con problemas de inseguridad en las explotaciones y robo de ganado, recursos públicos insuficientes para respaldar el desarrollo del sector, pérdida de competitividad en la cadena de valor, altos costos de adquisiciones, falta de escala frente a los competidores internacionales, falta de un sistema nacional integral de trazabilidad, poco conocimiento de los mercados mundiales, limitaciones en materia de acceso al mercado, poca experiencia y recursos para negociar el acceso al mercado, ausencia de imagen de la carne vacuna de Colombia, y, no existe una organización colectiva de toda la industria.
Sin embargo, en la mayoría de esos aspectos ya se viene trabajando para tratar de superarlos y poder aprovechar esas oportunidades que se abren en los mercados internacionales.
Lácteos
En el caso de la demanda mundial de lácteos, el trabajo señala que, al igual que en carne, Asia, seguirá siendo el motor del creciente consumo mundial, mientras que la Unión Europea y Estados Unidos también contribuirán al crecimiento del consumo, pero en menor proporción.
Además, la producción de leche seguirá aumentando en los países exportadores como los de la Unión Europea, Estados Unidos y Nueva Zelandia.
También la volatilidad de los precios seguirá siendo un componente clave del comercio mundial aunque habrá espacio para nuevos exportadores al precio correcto durante los períodos de gran demanda que, a menudo, son fugaces y aprovechados por los grandes países vendedores.
Así mismo el trabajo indica que el aumento de los ingresos disponibles, más una mejor educación y menores vínculos con el mundo agrícola son las condiciones para que los consumidores comiencen a preocuparse por diversas cuestiones relacionadas con los productos animales como la inocuidad y la sostenibilidad. (Lea: 5 imperfecciones estructurales de la cadena cárnica colombiana)
La respuesta a las inquietudes sociales puede darse en forma de requisitos regulatorios adicionales y especificaciones de la cadena de suministro con miras a la diferenciación.
Gira considera que pasarán varios años antes de que se establezcan normas internacionales en materia de sostenibilidad aplicables al comercio de carne y de lácteos.
Entre las fortalezas que el estudio revela del sector lácteo colombiano está la disponibilidad de recursos naturales favorables con grandes áreas de pasturas, pocos obstáculos para ingresar a la producción láctea, un mercado interno significativo y en crecimiento, potencial superávit para exportación, mejora gradual de la calidad, y apoyo del Gobierno.
En cuanto a las deficiencias se resalta que hay un sector informal importante y poco sujeto a regulación, baja calidad de la leche y riesgos sanitarios, sistema ineficiente de fijación de precios, que no promueve la calidad de la leche, falta de tecnologías avanzadas (tanto en explotación como en procesadores), altos costos de producción y transporte, limitada competitividad a nivel internacional, mercado abierto a importaciones baratas, y no hay una imagen específica de los productos lácteos de Colombia.
Con este panorama se abren oportunidades derivadas de las expectativas de crecimiento mundial del consumo de productos lácteos en el largo plazo, en particular en Asia; certificaciones de producto orgánico, alimentación con pasturas e inocuidad para el medio ambiente; se puede identificar un aspecto específico del sistema de producción colombiano o un producto específico concreto de Colombia que se podría promover en los mercados de exportación; y, tratados comerciales con otros países de América del Sur, entre otros.
El objetivo debe ser convertirse en un actor importante del mercado mundial de productos lácteos y para ello la rentabilidad a nivel de las explotaciones agropecuarias debería monitorearse atentamente y requeriría apoyo para reducir los precios.
Además, se podría elaborar un programa sobre calidad focalizado en volúmenes limitados con estricto control de la calidad para promover las mejores prácticas entre los productores y los procesadores.
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