Transición de una ganadería tradicional comercial a una sostenible

Con la creciente preocupación por la sostenibilidad y el impacto ambiental de las prácticas ganaderas convencionales, muchos ganaderos están buscando formas de hacer la transición hacia modelos más sostenibles. Sin embargo, esta transición no está exenta de desafíos y posibles errores que puedan surgir en el camino. (Lea en CONtexto ganadero: 7 puntos claves para la transición a ganadería sostenible)

Fredy Londoño, zootecnista y administrador de una finca en la altillanura colombiana, explica en el Canal de los Llanos, que pasar de una ganadería comercial a una más sostenible para llegar poco a poco a una regenerativa lleva un tiempo de resiliencia, y por qué no decirlo, de desanimo por los errores que se pueden cometer.

Durante este proceso, Londoño cuenta que en la finca La Esperanza se inició a trabajar con “brizantha toledo, pero después implementamos otras brachiarias como la humidicola, decumbens, dictyoneura y brizantha marandu. Por lo que, con la transición, estamos haciendo unas presiones altas de pastoreo con cargas instantáneas, logrando que el suelo de los potreros quede forrado con bostas”.

Esa materia orgánica está ayudando a que la planta sea más emergente, crezca con más velocidad y con mayor fortaleza a nivel nutricional.

“Con esta materia orgánica ya no vemos esa parte leñosa y lignificada que queda después de un pastoreo. Con esas cargas altas trabajamos en que el desarrollo de la planta sea desde el piso a la hoja, logrando una mejor oferta de forraje”, describe Londoño.

El pastoreo excesivo y la falta de rotación de pasturas puede provocar la compactación del suelo, la pérdida de fertilidad y la erosión, lo que a su vez afecta negativamente la productividad de la tierra y la salud de los potreros.

Es por esto que fundamental implementar prácticas de manejo como la rotación de las pasturas y el uso de cultivos de cobertura, para así mejorar la calidad del suelo y mantener su salud a largo plazo.

En este caso puntual, el tiempo de descanso que manejan en la finca La Esperanza está entre 30 a 35 días, para lograr una planta con mayor palatabilidad.

“Este es un error que habíamos cometido con la brachiaria brizantha toledo, porque la pastoreábamos después de los 30 días cuando ya había zonas lignificadas. Ese tipo de especies hay que pastorearlas entre 25 y 30 días”, expone Londoño.

Esto demuestra que uno de los errores más comunes durante el proceso de transición es falta de una planificación integral, olvidando considerar una variedad de factores. Sin una planificación adecuada, los ganaderos pueden encontrarse enfrentando desafíos imprevistos y dificultades para lograr sus objetivos de sostenibilidad.

De acuerdo con Londoño, “estamos empezando a trabajar en pro de la ganadería regenerativa. Por ejemplo, hemos visto arvenses que nos sirven, por eso tratamos de dejarlas y no implementar químicos en la finca y no intoxicar el suelo. Ese es el paso que tratamos de seguir”. (Lea en CONtexto ganadero: No cometa estos errores si quiere implementar ganadería sostenible en su finca)