Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
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Por - 31 de Julio 2018
Con base en diversos estudios, una experta en biotecnología y nutrigenómica en ganadería advirtió que no se debe exagerar en la dieta de las reses que están en este periodo, pues en lugar de aportar podría generar problemas mayores en los animales.
Con base en diversos estudios, una experta en biotecnología y nutrigenómica en ganadería advirtió que no se debe exagerar en la dieta de las reses que están en este periodo, pues en lugar de aportar podría generar problemas mayores en los animales. Carolina Bespalhock Jacometo, PhD en Biotecnología y docente de la Universidad de La Salle, desaconsejó ofrecer niveles excesivos de energía en vacas durante el periodo de preparto. (Lea: Aspectos de la nutrición que inciden en la reproducción bovina) “Siempre que yo hago esta pregunta a mis estudiantes: Si una vaca presenta un balance energético negativo, ¿cuál sería la estrategia? Y todos me responden lo mismo, que hay que aumentar la energía en preparto. Pero ya hay diversos estudios que los excesos de energía en esta etapa tienen un efecto negativo sobre metabolismo hepático e inmunidad”, aseguró. La experta en la aplicación de la nutrigenómica (área que estudia el efecto de los nutrientes en los genes) explicó que las vacas con exceso de energía antes de dar cría sufren inflamaciones más prolongadas durante el posparto, lo que genera impactos negativos en producción y reproducción. Por ejemplo, en el caso del metabolismo hepático, el hígado se sobrecarga y no responde cómo debería en esta etapa, por lo cual insistió en moderar el suministro. (Lea: Conozca cómo se aplica la nutrigenómica en la ganadería) “Cuando hablo de restricción de energía, me refiero a los estudios que hablan de una dieta de control, ideal para este periodo, de 1.3 a 1.4 Mcal/kg de materia seca. Si es exceso, hablaríamos de a partir de 1.6 o 1.7 Mcal/kg”, puntualizó Bespalhock. En cambio, la doctora en Biotecnología sugirió la suplementación de aminoácidos esenciales (AA) en el periodo posparto. En este sentido, alertó sobre el déficit que existe en las ganaderías del Altiplano cundiboyacense, especialmente del balance lisina y metionina. “Algunos estudios mostraron los resultados positivos en producción y calidad de leche cuando se suministran estos aminoácidos. Mientras que la suplementación proteica es costosa, con los aminoácidos se puede emplear menos producto”, indicó. En el caso de añadir metionina a la dieta de una vaca posparto, la experta recomendó de 1.2 a 2% del consumo de materia seca. (Lea: Evite el balance energético negativo en vacas lecheras) Aun así, recordó a los productores que deben tener cuidado a la hora de emplear los AA, por tratarse de una alta inversión y de medidas muy precisas. Así como la ingesta de fuentes de energía en exceso resulta nociva, el consumo desmedido de AA puede ser negativo. “Es muy importante realizar y apoyarse en los estudios locales, de la realidad de la sabana de Bogotá por ejemplo, y ver cómo los animales responden en esta región con un determinado pasto. Hay mucha información de Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, pero se deben tener como referencia, porque lo más importante son los datos de aquí”, concluyó.
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