Setos forrajeros, una opción integral para la rentabilidad del negocio ganadero

Los sistemas silvopastoriles cada día cobran mayor interés entre los ganaderos que encuentran allí una opción rentable y eficiente para su negocio, al tiempo que contribuye con la conservación del medio ambiente.

Uno de estos modelos silvopastoriles son los setos forrajeros que promueve el cuidado del medio ambiente a través de la formación de corredores de conectividad para la fauna silvestre, entre otros beneficios.

Se trata de arreglos en franjas lineales sembrados en alta densidad, siendo deseable que se incorporen a la vez arboles y/o palmas en el mismo espacio. Este arreglo es empleado en la división de potreros con el fin de aumentar la oferta forrajera.

Según el documento “Sistemas silvopastoriles: aspectos teóricos y prácticos”, escrito por Álvaro Zapata Cadavid, del CIPAV, y Beatriz Elena Silva Tapasco, de CARDER, los setos forrajeros cumplen la función múltiple de dividir los potreros o delimitar la finca, producir forraje para la alimentación del ganado y permitir el desarrollo de árboles. Integran las características de las cercas vivas multiestrato y de los bancos forrajeros, en una especie de cerca viva compleja, que asocia plantas forrajeras y árboles de valor especial.

Dichos setos están conformados por una franja que tiene 2 – 3 metros de ancho (preferiblemente 3 metros), delimitada de manera ideal con cerca eléctrica; en esta franja se plantan de manera ordenada árboles y plantas forrajeras en arreglos que pueden ser de diferente tipo. El arreglo más común comprende 3 líneas: una línea central de árboles (generalmente maderables), y a cada lado de esta línea central se plantan líneas de plantas forrajeras tales como matarratón, leucaena, guácimo o botón de oro. O pueden ser 3 líneas de especies forrajeras. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca diferentes tipos de sistemas silvopastoriles que puede tener en la finca)

El forraje que se produce en los setos será consumido por el ganado que ingresa al potrero aledaño, ya sea por medio de corte con machete (arrojado al potrero) o ramoneado directamente cuando se retira parcial y temporalmente el alambre eléctrico que los protege. En este último caso es necesario esperar que los árboles hayan logrado un buen desarrollo –alrededor de 3 metros de altura- para que no sean dañados por el ganado, señalan los autores.

Además de las funciones mencionadas el seto forrajero actúa como barrera rompe viento y como corredor biológico y permite integrar la producción ganadera con la producción forestal.

Setos forrajeros en el Tolima

Un ejemplo de los beneficios que generan los setos forrajeros se da en el Tolima, donde, según el gerente del Comité de Ganaderos y administrador agropecuario, Carlos Arturo Silva Villamil, se relaciona con la captura de gases de efecto invernadero, fijación de nitrógeno y, en concreto para la ganadería, la posibilidad de tener bancos de forrajes para las épocas críticas (nota de la Finca de Hoy)

Los setos forrajeros consisten en ubicar franjas en las parcelas en los cuales se encuentran materiales forrajeros interesantes como el matarratón que se ubica a tres o cuatro metros entre cada mata dependiendo de las condiciones mismas del suelo, luego de un análisis que se debe hacer. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Qué son los setos forrajeros y cómo se implementan en la ganadería?)

En regiones como el Tolima se ha colocado entre cada árbol de matarratón material de botón de oro, una especie que se adapta a todas las condiciones agroecológicas del departamento. Explicó que, por ejemplo, se toma una hectárea de la finca y se empieza a colocar unas franjas las cuales deben estar protegidas por una cerca eléctrica y en esa franja se colocan árboles y en el medio unas forrajeras que les ha funcionado bien con el botón de oro.

Los tiempos de crecimiento de los árboles varían pues se deben tener en cuenta las condiciones del terreno del sitio a plantar. De igual manera los arbustivos deben tener una medida especial para que los bovinos puedan alimentarse de estos.

De acuerdo con Silva, los tiempos van de acuerdo a las condiciones agroecológicas de cada finca, pues no es lo mismo hablar de un trópico alto que de uno medio o bajo. Una vez los arbustivos están de un porte entre un metro o 1,2 metros los animales pueden comenzar a hacer un ramoneo directo y no se va a ver afectado el sistema.

Lo primero que debe pensar el ganadero es que con ello se tiene una oferta forrajera diversa, pero además se logra un impacto ambiental grande y una reducción importante de la huella de carbono. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cuenta con estas 5 condiciones para establecer un Sistema Silvopastoril Intensivo?)

Para aplicar este sistema de setos forrajeros es importante tener en cuenta: los aspectos bioclimáticos, densidad de la siembra, localización del cultivo, tipo de suelo y siembra de especies más relevantes.