Revalorizar el campo, la misión de la joven guajira Sandy Toro Ojeda

En medio de la riqueza cultural y los paisaje áridos de La Guajira, una joven estudiante de relaciones internacionales se ha convertido en una voz esperanzadora para la revitalización del campo colombiano. Sandy Toro Ojeda, con tan solo 18 años, ha asumido un desafío que muchos consideran titánico: atraer a las nuevas generaciones hacia la ganadería y la agricultura. (Lea en CONtexto ganadero: El reto es enamorar a los jóvenes para que trabajen en el campo)

Toro Ojeda creció en el seno de una familia ganadera, donde aprendió desde niña a valorar el trabajo duro, la conexión con la tierra y la importancia de los animales en la vida rural. Sus padres, ganaderos de tradición en La Guajira, le inculcaron el amor por el campo y la responsabilidad de mantener vivo un sector esencial para la economía del país.

Sin embargo, Toro Ojeda ha observado con preocupación cómo muchos jóvenes de su generación se sienten desconectados de las actividades rurales, optando por migrar a las ciudades en busca de oportunidades en otros sectores.

Colombia enfrenta un reto enorme, el envejecimiento de la población rural y la falta de interés de los jóvenes por el agro. Según Toro Ojeda, esta tendencia amenaza no solo la continuidad de estas actividades, sino también la capacidad del país para garantizar su seguridad alimentaria.

“El campo es mucho más que trabajo, es una forma de vida que nos conecta con nuestras raíces y nos permiten alimentar a nuestro país”, afirma Toro Ojeda, quien agrega que “es vital que los jóvenes comprendan esto y vean el potencial de innovación y progreso que existe en el campo”.

Desde su perspectiva como estudiante de relaciones internacionales, Toro Ojeda aboga por una transformación en la forma en que se percibe el campo. Ella propone que los jóvenes incluyan en sus vacaciones o fines de semana visitas al campo, para así aprender sobre el impacto económico, social y ambiental de la ganadería y la agricultura.

Uno de los pilares del mensaje de Toro Ojeda es la necesidad de reconstruir el orgullo por el trabajo rural. En un mundo donde las grandes urbes parecen ser el epicentro del éxito, ella insiste en que es necesario revalorizar el rol del campesino y ganadero.

“No hay nada más noble que trabajar por la tierra que nos da de comer. Si logramos transmitir ese mensaje, muchos jóvenes reconsiderarán sus decisiones”, comenta Toro Ojeda.

Esta joven no solo se limita a hablar, sino que también actúa. Desde su posición como hija de ganaderos, ha liderado pequeñas iniciativas en su comunidad para involucrar a otros jóvenes en actividades agrícolas y ganaderas. Desde llevar a sus amigos a las fincas de la región hasta promocionar encuentros y eventos para promover el manejo sostenible del campo.

Además, sueña con desarrollar un programa nacional que ofrezca incentivos a jóvenes que deseen emprender en el sector rural, incluyendo formación técnica y oportunidades incursión en el campo. Actualmente, se encuentra liderando el programa ‘Solidaridad ganadera’, con el cual está pidiendo que se hagan donaciones para entregarles regalos a los niños que están en el campo de La Guajira.

Finalmente, su llamado es claro, los jóvenes tienen un papel fundamental en la construcción de un campo próspero y sostenible. Por eso hay que incentivar el descubrimiento y la conexión con la tierra, garantizando que las futuras generaciones encuentren en ella no solo un sustento, sino también un propósito y un legado. (Lea en CONtexto ganadero: Hoy se necesitan más jóvenes en el campo)