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Foto: Captura de pantalla youtube.com/@film-producerLas vacas pueden brincar como si estuvieran alegres o pueden saltar cuando se sienten amenazadas.

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VIDEO: ¿Qué tan alto puede saltar una vaca y por qué lo haría? (Parte 2)

Por CONtexto ganadero - 31 de Agosto 2023

Las vacas pueden brincar como si estuvieran alegres o pueden saltar cuando se sienten amenazadas.

Mientras que en la primera parte le contamos la altura máxima de una vaca al saltar, en esta segunda le contamos las razones que tienen para hacerlo o no. En general, es raro verlas saltando y son más los motivos que tienen los bovinos para evitar esta actividad.


En la primera parte vimos que las vacas pueden saltar entre 60 cm y 1 m de altura del nivel del suelo, aunque algunas pueden alcanzar entre 1,2 y 1,5 m, y otras que son entrenadas para competencia de salto como los caballos, pueden llegar a los 2 m. Aquí veremos por qué una vaca salta por sí sola pero antes por qué no las vemos saltando con más frecuencia.


Las razones de las vacas para no saltar

Si las vacas son tan buenas saltando, ¿por qué no las vemos saltando por todos lados? Entre las razones por las cuales evitan saltar, la primera de ellas puede ser su peso, pues un brinco de unos pocos centímetros puede ser peligroso para aterrizar para un animal tan pesado. Aquí están otras de las razones por las cuales las vacas no lo hacen:

1. Las patas de las vacas son inestables: Aunque las vacas tienen músculos enormes y poderosos en la parte superior de las patas, estas son inestables y propensas a extenderse sobre superficies duras o irregulares. Cuando una vaca da un salto, la fuerza pura de su masa al acelerar hacia el suelo ejerce una enorme tensión sobre sus patas.

2. Las pezuñas de las vacas son extremadamente frágiles: Las pezuñas de las vacas son una fuente importante de lesiones en el ganado hoy en día. El principal problema es que dentro de la dura capa exterior, las vacas tienen partes sensibles y frágiles que son propensas a sufrir hematomas. A las vacas no les gusta saltar porque si caen sobre algo duro del otro lado es muy probable que se lastimen su frágil pie y provocar que le remuevan la pezuña.

3. El gasto energético: Las vacas no tienden a brincar mucho por la cantidad de energía que necesitan para levantarse del suelo. La energía ya es escasa para las vacas, que tienen que pasar hasta 14 horas al día pastando para satisfacer sus necesidades energéticas. Las vacas no saltan por la misma razón que los humanos no corren a todas partes ni hacen flexiones todo el día: se requiere una gran cantidad de energía que gastan en otras actividades.


Las razones de las vacas para saltar

Según el portal Pet Keen, las vacas pueden saltar si se sienten asustadas o amenazadas, tal vez por un depredador suelto en su campo. También pueden intentar franquear una cerca para regresar a su manada si se separan por algún motivo. En algunos casos, las vacas podrían abalanzarse en busca de pastos más verdes si ven una mejor fuente de alimento al otro lado de su cerca.

Una madre puede sobrepasar una cerca para llegar a sus crías si se las separa aunque sea por un corto tiempo. Y, por supuesto, los toros ansiosos ciertamente podrían saltar para tener acceso a las vacas en celo. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo leer el comportamiento de los bovinos para saber cómo está su salud y bienestar)

Algunos especulan que las vacas corren, saltan y rebotan cuando están emocionadas o felices. Esto se puede ver en videos de vacas que salen a pastar con un comportamiento tan animado que parece que están saltando de alegría. Cuando los videos se viralizan, los internautas argumentan que brincan porque han sido liberadas.

Anne Marie de Passille, una investigadora canadiense que estudia el comportamiento lúdico de las vacas, afirma que se puede interpretar como «una excitación positiva»: «¿Puede ser alegría? ¿Quién sabe identificar la alegría en las vacas? Nos cuesta mucho identificarla en los humanos», bromeó para una nota de la Radio Pública Nacional de EE. UU.

Podría saltar así porque a las vacas les encanta el cambio de escenario, como pasar de pisos de concreto a un suave pasto verde, lo que habría ayudado a romper la denominada tristeza de invierno, pues pasan cerca de 3 meses encerradas. Esta alegría también la expresan cuando reciben algo nuevo o inesperado, como cambiarles la cama o dejarlas salir y volver a entrar. Jeffrey Rushen, colega de De Passille, indicó este comportamiento «es una señal de que las cosas les van bien».


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