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PorCONtexto ganadero-18 de Noviembre 2024
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Por - 24 de Marzo 2023
Las enfermedades bunyavirales son causadas por los virus de la familia Bunyaviridae que son transmitidos por garrapatas (VTG) y afectan a animales y humanos. Debido a la creciente importancia epidemiológica, revisaremos en qué consisten estas enfermedades.
Las enfermedades bunyavirales son causadas por los virus de la familia Bunyaviridae que son transmitidos por garrapatas (VTG) y afectan a animales y humanos. Debido a la creciente importancia epidemiológica, revisaremos en qué consisten estas enfermedades.
Como explicaron los investigadores de la Universidad de Antioquia (Colombia) en el artículo «Enfermedades virales transmitidas por garrapatas», los virus transmitidos por estos insectos pertenecen a las familias Flaviviridae, Bunyaviridae, Reoviridae, Asfarviridae y Orthomyxoviridae.
Sin embargo, a pesar de su creciente importancia epidemiológica, advirtieron que hacen falta estudios sobre los VTG en Centro y Sudamérica, ya que la gran mayoría de los artículos presentan datos de Norteamérica, Europa y Asia.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OSMA) precisó que el orden Bunyavirales está formado por cientos de miembros distribuidos en 12 familias con un gran número de géneros. La mayoría de los virus de distintas familias se transmiten a los vertebrados mediante artrópodos (arbovirus).
Bunyaviridae es una familia de virus de ARN que se clasifica en 5 géneros: Orthobunyavirus (virus La Crosse), Hantavirus, Nairovirus (virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo), Phlebovirus (virus de la fiebre del Valle del Rift) y Tospovirus. El primero es el género más amplio y comprende virus patógenos significativos para los animales, entre ellos el virus del Valle de Cache (VVC) y el virus Akabane (VAKA) y el virus Schmallenberg (VSB).
Estos virus manifiestan tropismo por los tejidos fetales y son los responsables de muertes fetales y de múltiples deformidades congénitas en rumiantes domésticos. (Lea:Esta es la garrapata que tiene mayor impacto en la ganadería)
Los bunyavirus varían en cuanto a su capacidad de infección en el ser humano. A continuación describimos los que pueden afectar a animales de granja, específicamente ganado bovino, así como también si afecta a otros especímenes como ovinos y caprinos.
El virus del Valle de Cache (VVC) es un Orthobunyavirus de las Américas que afecta sobre todo a las ovejas y las cabras gestantes y solo en escasas ocasiones se ha descrito la enfermedad en el ser humano. La infección experimental de fetos ovinos ha confirmado que VVC causa malformaciones.
Se aisló por primera vez de una charca con mosquitos en Utah, Estados Unidos de América (EE. UU.) en 1956, pero solo se le relacionó con la enfermedad a partir de la aparición de una pérdida neonatal y de corderos con malformaciones en un rebaño de ovejas en Texas en 1987. El virus también se ha aislado de un caballo y de una vaca clínicamente sana.
Las malformaciones se producen entre los 27 y 45 días de gestación, y, entre los 28 y 36 días, la infección provoca defectos musculoesqueléticos y del sistema nervioso central (SNC), y entre los 37 y 42 días, produce solamente deformaciones musculoesqueléticas. También se encuentran embriones muertos y corderos nacidos muertos o momificados con defectos inapreciables.
Conocido también como VAKA, está ampliamente distribuido por todo el mundo pero no en las Américas. Afecta principalmente al ganado vacuno, ovino y caprino. Se han hallado anticuerpos contra el VAKA en caballos, asnos, búfalos, ciervos, camellos y jabalíes, pero no se ha descrito enfermedad asociada al VAKA en ninguna de estas especies.
El virus VAKA es una causa importante de artrogriposis y de hidrocefalia. En infecciones experimentales de terneros neonatos y de ovejas gestantes se ha observado que los virus Aino y Peaton pueden causar malformaciones en los rumiantes. El virus Aino ha causado brotes de anomalías congénitas en rumiantes en Japón y una vez en Australia.
Fue aislado por primera vez en 1959, inicialmente a partir de una charca con mosquitos y después de una charca con quiromónidos del género Culicoides. Su radio de acción incluye Oriente Medio, Asia, Chipre, África y Australia. Se producen brotes cuando las condiciones son favorables para los vectores y se introducen en poblaciones de animales susceptibles.
La infección por el VAKA en animales adultos suele ser subclínica, pero se ha asociado a encefalomielitis en ganado bovino adulto en Japón. En general, puede observarse la enfermedad en el feto de hembras nunca antes expuestas cuando se produce la infección entre los días 30 y 70 de gestación, en el caso de la oveja, y entre los días 70 y 150 de gestación en el caso de la vaca.
En etapas más avanzadas de la gestación, los defectos congénitos son leves e infrecuentes, aunque la infección del feto bovino por ciertas cepas del VAKA cerca del final de la gestación puede dar lugar al nacimiento de terneros con encefalitis. (Lea: Conozca el ranking de las principales enfermedades reproductivas en bovinos)
El VSB se detectó por primera vez en noviembre de 2011 en Alemania a partir de muestras obtenidas en octubre del mismo año en ganado vacuno lechero con fiebre y baja producción de leche. Se detectaron signos clínicos similares (incluida diarrea) en vacas lecheras de los Países Bajos, donde la presencia del VSB también se confirmó en diciembre de 2011.
Desde principios de aquel mes de diciembre, se notificaron malformaciones congénitas en corderos neonatos de los Países Bajos, y se detectó el VSB en una cepa aislada del tejido encefálico. Desde entonces, el VSB se ha detectado en muchos países europeos y de Asia occidental. También se ha sospechado de infección pasada en África.
El VSB pertenece a la familia Peribunyaviridae, género Orthobunyavirus, y es uno de los virus del serogrupo Simbu. Los virus relacionados genéticamente con este serogrupo afectan a los rumiantes. La infección del ganado bovino, las ovejas, las cabras, entre otros, se ha confirmado por PCR. (Lea: Conozca la ecología y dinámica de la garrapata para combatirla)
Los signos clínicos varían en función de la especie: las reses adultas han presentado una forma leve de enfermedad aguda durante la estación del vector, y se han observado malformaciones congénitas que afectan a más especies de rumiantes, como ganado vacuno, ovejas, cabras y bisontes. En algunas explotaciones lecheras ovinas y bovinas también se ha observado diarrea.
La EON es una enfermedad de ovejas y cabras causada por el virus de la EON (VEON). La enfermedad ha sido identificada principalmente en países de África oriental, donde su distribución parece estar limitada por el alcance de las garrapatas vectoras como la Rhipicephalus appendiculatus. Ahora se sabe que el virus está presente en el sur de Asia, como India y Sri Lanka, y en China.
En África la EON se caracteriza por una tasa de mortalidad de entre el 40 % al 90 %. Los brotes se producen por incursiones de garrapatas en áreas previamente libres, particularmente después de lluvias fuertes. Los signos clínicos son similares en las ovejas y las cabras, siendo las ovejas más susceptibles, aunque también algunas especies y cepas son más susceptibles que otras.
Hay una hiperventilación acompañada de una depresión severa, anorexia y aversión al movimiento. Los animales aparecen con la cabeza inclinada y muestran conjuntivitis y descarga nasal serosanguínea. Normalmente sobreviene una diarrea de 36 a 56 después de comenzar la reacción febril. Al principio es profusa, acuosa y fétida, más tarde hemorrágica y mucoide y acompañada por dolores cólicos y tenesmo rectal. El aborto es una secuela común de la infección.
Puede ocurrir la muerte en casos sobreagudos durante las 12 horas siguientes al inicio de la fiebre y en cualquier momento durante la reacción febril, mientras el animal está seriamente enfermo. En paralelo con un descenso de la temperatura en los 3–7 días siguientes, siguen produciéndose las muertes, asociadas con diarrea y deshidratación graves.
Al final del curso de la enfermedad se hace más patente una gastroenteritis hemorrágica con hemorragias en la mucosa del abomaso, y más comúnmente en el colon y recto. En este último se aprecia frecuentemente acebrado. Normalmente, la vesícula biliar está agrandada y hemorrágica. Pueden observarse lesiones inflamatorias en el tracto genital femenino, si ha habido aborto.
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