Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
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Por - 06 de Abril 2018
Don Aquiles Trevisi Mantilla, un ganadero de toda la vida que falleció el 17 de noviembre del año pasado, legó a los ganaderos un cúmulo de conocimientos y experiencias que sirven ahora mucho cuando se le exige al hato nacional elevar su productividad.
Don Aquiles Trevisi Mantilla, un ganadero de toda la vida que falleció el 17 de noviembre del año pasado, legó a los ganaderos un cúmulo de conocimientos y experiencias que sirven ahora mucho cuando se le exige al hato nacional elevar su productividad. Un ejemplo es su conocimiento sobre los aspectos que se deben tener en cuenta cuando se va a adquirir una vaca. Así lo indicó en su oportunidad a los lectores de Vanguardia Liberal y a los de Carta Fedegán). Decía Don Aquiles, que lo primero que hay que dejar es el afán, con el fin de poder detallarlas. “Mírela de frente, para analizar su línea de corazón, es decir, que sea ancha de pecho”. “En el pecho hay órganos. Se necesita que el animal tenga un corazón fuerte, ya que para producir un litro de leche hay que bombear 400 litros de sangre”. Además que sea profunda. Lo anterior significa que la distancia entre la cruz y el final del pecho, sea muy extensa. El costillar Seguidamente obsérvela de lado con el ánimo de analizar su volumen, que va expresado en su costillar. “Las costillas deben ser amplias y abombadas, más no rectas. Ese volumen le permite al animal una mayor capacidad de almacenamiento de comida. Se debe tener en cuenta que una vaca todo lo que come lo vuelve leche. Lo que se busca es que sea tamboruda o muy semejante a un barril”. Y de paso analice sus caderas, pues las puntas de sus huesos deben ser lo más amplios posibles y a la vez, fuertes. “Desde la punta de la cadera hasta los esquiones, tiene que ser como una carretilla, es decir, que sea cuadrada en su parte trasera, pues si se cierra abajo, vienen los problemas, como por ejemplo: no hay capacidad para alojar una ubre voluminosa y su vulva será pequeña lo que se traduce en problemas de parto”, agregó. En pocas palabras, la amplitud de arriba tiene que ser igual a la de los dos corvejones. Fortaleza Trevisi Mantilla, sostenía que el temperamento lechero debe ir acompañado de fortaleza. Si bien es cierto que las vacas lecheras son descarnadas y huesudas, estos animales no deben ser delgados sino fuertes, más no toscos. “No se puede confundir vigor y fortaleza con una vaca tosca, como dicen los campesinos; abuelladas. Los animales semiandrógenos tienen una alta carga hormonal masculina, la cual bloquea el desarrollo de la glándula mamaria”, sostenía. Y cuando habla del “secreto triangular”, hay que aplicar bien el ojo. “Es el triángulo que se hace entre la costilla flotante hasta la punta del esquión y muy cerca del ijar. Ese triángulo nos muestra la gran capacidad corporal de la vaca”, aseveraba. Su lomo debe ser recto, lo que se conoce como fortaleza de dorso. Esa parte del cuerpo es la que sostiene la armazón del animal. No puede ser arqueado o pando. “El dorso sale desde la nuca hasta el desprendimiento de la cola. Es como una vareta de corral, es su eje central”, decía. La ubre La ubre no se mira, se detalla. En primera instancia hay que analizar su irrigación, es decir, que las venas broten a su alrededor. “Que sea como un tapete persa donde llega toda la irrigación vascular que se desprende de una vena de grueso calibre que viene bajo la barriga hasta la ubre, donde se ramifica como los dedos de la mano”. La ubre no puede ser descolgada, al contrario, debe tener un fuerte agarre que se lo dan dos fuertes tendones que van por la entre pierna y que se desprenden cerca de la vulva”. No puede pasar por debajo de los corvejones, además de ser redonda y de muy buena conformación, con pezones rectos y no muy grandes. “La ubre no puede ser grasosa. Al terminar el ordeño debe quedar como un suave guante, como un papel de fina seda en pliegos. Ubre engrasada no almacena leche”, afirmaba. “Una vaca lechera tiene que ser femenina y nada parecida a una machorra”. Otros detallitos • La cascadura es lo más importante de cualquier animal, y qué decir, de las vacas, que requieren gran parte de su tiempo caminando en busca de alimento. • Los cascos son su vida, y por lo tanto, deben estar sanos y sin defectos que le permitan una pisada firme. • Si los cascos se deterioran, caminará menos y dejará de comer, se adelgaza y de manera inmediata se enferma, entonces pasa de ser un animal a una carga para el campesino. • Los ollares deben ser muy amplios y redondos, con el fin de que pueda absorber grandes cantidades de aire y llene sus pulmones a reventar. • La mandíbula tiene que ser fuerte y grande, condición que es sinónimo de apetito. Una vaca lechera debe sufrir de gula. • Los ojos tienen que ser brillantes, lo que conlleva a una buena salud. • El pelo tiene que estar corto, brillante y sedoso. • Una vaca se come el 10 por ciento de su peso vivo. Y si es lechera, se le suministra una buena porción de suplemento. • La producción de leche requiere grandes cantidades de calcio, los que el animal no encuentra solo en las pasturas, por lo que hay que suministrárselos de manera diaria. De no tenerlos se descalcifica y envejece de manera acelerada.
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