¿Qué es mejor: comprar animales puros o hacerlos?

Mientras que algunos ganaderos privilegian la adquisición de animales con excelente genética para mejorar su productividad, otros prefieren la compra de pajillas y la inseminación artificial. Conozca las ventajas y desventajas de cada técnica.   César Augusto Gómez Velásquez, médico veterinario y magíster en Ciencias Veterinarias, señaló que hay 3 formas para perfeccionar la genética del hato: adquiriendo animales puros, usando toros mejoradores o aplicando pajillas.   En primer lugar, indicó que se debe tener certeza del objetivo zootécnico, esto es, si se quiere una explotación con fines lecheros, para ganado de cría, para producción de carne o doble propósito. (Reportaje: ¿Cuál es el método de reproducción que más le conviene a su ganadería?)   “Ese objetivo está influenciado por la zona geográfica de la finca. Me explico: aquí en la sabana de Bogotá (tierra fría), permite tener animales de leche con alta genética, tipo Holstein, Pardo Suizo, Jersey, Ayrshire, inclusive Normando en zonas más altas”, puntualizó.   En cambio, cuando un ganadero desea implementar una lechería especializada en clima cálido, decide adquirir animales comerciales que ofrecen menos leche pero que están adaptados a la zona, y que puede mejorar a partir de un programa de biotecnología.   Aclaró que en algunos casos, el productor puede comprar un ternero de raza de trópico alto que al ser trasladado a otro piso térmico para que se acostumbre a las nuevas condiciones climáticas. (Lea: Recomiendan implementar la inseminación artificial en la lechería)   “Si se lleva pequeño, se puede ir adaptando al medio, que él vaya cogiendo defensas contra garrapatas o contra cualquier otro parásito, para que cuando esté adulto pueda padrear las vacas”, sostuvo.   De entrada, el médico veterinario aclaró que la decisión de adquirir un ejemplar puro o una pajilla depende básicamente del músculo financiero del propietario de la explotación, bien sea un novato o un productor experimentado.   Así pues, unos privilegiarán los animales por sus índices de productividad, su genética y su reconocimiento en competencias y exposiciones, mientras que otros decidirán el empleo de material seminal por precio y conveniencia. (Lea: Mejore su predio con genética de alta calidad)   “Cuando quiero tener un registro de raza, son animales que superan los $7 millones. Entonces montar una ganadería es muy difícil, muy costoso desde ese punto de vista. Pero es muy rápido hacerlo, porque si parto de una base pura, puedo montar una ganadería pura más fácilmente”, precisó.   En efecto, un factor diferenciador es el tiempo que disponga cada propietario para sacar adelante su hato, pues la inseminación implica más demoras para obtener los resultados esperados que un animal que ya está dando resultados.   Además, requiere de un montaje adecuado para implementar el programa, que implica reducir los potreros y reunir los lotes de reproducción, así como personal capacitado para que efectúe el proceso. (Lea: 5 aspectos que debe conocer sobre reproducción y fertilidad bovina)   En este sentido, el ganadero puede aspirar a obtener animales puros de ejemplares comerciales, usando pajillas de excelente genética y haciendo cruces para producir bovinos puros por absorción.   “Por ejemplo, en una ganadería con hembras cebú se puede usar una pajilla o un toro Angus que va a sacar un F1 comercial. A esas crías yo puedo seguirlas cruzando con Angus para tratar de hacer una absorción completa hacia esa raza o hacia el Brangus. Cada vez que las cruce voy a tener más pureza, aunque aclaro que sin lograrla por completo”, sentenció Gómez.