Primer servicio, factor clave en la vida reproductiva de la vaca

El primer servicio es en sí mismo el inicio de la vida productiva de una hembra bovina tanto de leche como de cría y puede afectar toda su vida reproductiva por lo que el momento y las condiciones adecuadas son muy importantes.

Así lo planteó Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), donde indicó que independientemente del método de reproducción que se utilice, bien sea monta directa, inseminación, transferencia de embriones, la primera preñez es un proceso que se debe revisar cuidadosamente.

Para determinar el momento indicado de la primera inseminación o el primer entore de una novilla se debe tener en cuenta su estado de desarrollo. Es muy posible que las novillas de levante entren en celo o calor mucho antes que estén realmente aptas o preparadas físicamente para iniciar su vida reproductiva.

Por regla general se considera que una novilla para su primer servicio debe contar con un peso cercano al 65 – 70 % del peso que tendrá el animal al llegar a la adultez. Esto, teniendo en cuenta la raza o cruce, según el tamaño estándar de estas.

Así, las novillas de razas lecheras de tamaño grande como la holstein, pardo suizo o normando, podrían estar para el primer servicio entre 330 y 370 kilos aproximadamente. Mientras tanto en novillas jersey, de un tamaño menor, su peso para el primer servicio puede ser del orden de 230 a 250 kilogramos. En cruces cebuinos el peso puede oscilar alrededor de los 320 kilos y en el caso del brahman puro los animales pueden llegar a su primer servicio alrededor de los 400 kilogramos. (Lea en CONtexto ganadero: Edad y peso no son los únicos aspectos para elegir novillas en su primer servicio)

La edad también cuenta

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Es necesario, igualmente, tener en cuenta para definir el primer servicio que los animales llegando al peso de referencia también cuenten con una madurez fisiológica y de desarrollo de su sistema reproductivo. Por esta razón, la edad es otro factor que se debe considerar a la hora de realizar el primer servicio de las novillas que se tengan en el hato.

En caso contrario, se pueden encontrar animales que tienen una edad suficiente, incluso cercana a los dos años y medio o tres y no llegan al peso de referencia por lo que se debe definir si se descarta el animal o se sirve a pesar de su talla baja, indicó.

Añadió que la amplitud pélvica permite confirmar que el animal para un primer servicio tiene el tamaño adecuado para evitar problemas al momento del parto. La distancia entre los isquiones debe ser suficiente para permitir la salida del ternero.

Una vez se han evaluado los criterios anteriores, se debe realizar un chequeo genital a las novillas antes de ingresarlas a su primer servicio y así verificar por palpación que se encuentran en las condiciones adecuadas y todo su sistema reproductivo funciona normalmente. Este examen debe ser realizado por un médico veterinario experto en reproducción, quien dará el visto bueno para el servicio, o en su defecto, realizará las recomendaciones o tratamiento necesario.

Una vez confirmado el grupo de novillas aptas para el primer servicio se podrá seleccionar, según criterios establecidos en el plan de mejoramiento genético, un porcentaje de estos animales que serán finalmente las que se cruzarán para obtener la siguiente generación de animales en el hato. Las demás podrán venderse a otras ganaderías o entrar a programas de ceba. (Lea en CONtexto ganadero: Aspectos a tener en cuenta para mejorar preñez al primer servicio en novillas)

Animales de reemplazo

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Anualmente se debería seleccionar un número de novillas de vientre por lo menos igual al de las hembras que habitualmente se despajan en ese mismo periodo. Sin embargo, la recomendación es escoger un número superior al necesario buscando dar un margen que permita despajar algunas novillas luego del primer parto si no dan la producción esperada.

A las hembras de primer servicio ya sea que en la explotación se utilice la monta natural o la inseminación artificial hay que escogerles toros que den crías pequeñas, es decir, que presenten alta facilidad de parto.

Si es por monta natural los reproductores deben ser livianos para que las novillas soporten su peso sin dejar de lado el hecho de que deben ser toros mejorantes frente a las características de cada hembra.

Una vez realizado el primer servicio, si es por inseminación artificial o está por un periodo prudencial entoradas las novillas deben palparse o realizar un diagnóstico de preñez entre 30 y 45 días después del servicio.

Por recomendación general en lotes de cría con monta directa se deben realizar palpaciones cada 25 a 30 días e ir retirando del lote aquellas hembras que se confirmen como preñadas, facilitando así el servicio de aquellas que aun no estén cargadas.