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Por - 20 de Octubre 2022
De manera constante es importante estar atento a los síntomas que pueda presentar el ganado para prevenir enfermedades y mayores costos en el hato.
De manera constante es importante estar atento a los síntomas que pueda presentar el ganado para prevenir enfermedades y mayores costos en el hato.
Generalmente un animal enfermo presenta síntomas que son manifestaciones del mal que lo aqueja y de los cuales hay que estar muy pendiente para actuar de manera correcta y oportuna.
Según Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un capítulo del Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), cualquier enfermedad que se detecte tempranamente tiene muchas posibilidades de tratarse y de preservar la salud y la vida del animal con menor sufrimiento, menos costos veterinarios y una recuperación más rápida y menores costos para la producción ganadera.
En la enfermedad se observan signos que indican alteraciones en la salud del animal y es así como se aprecian cambios en su comportamiento como separarse de la manada, falta de atención al entorno o somnolencia, rechazo a la movilidad, permanecer echados sin ponerse de pie a pesar de acercarse a ellos, presentan nerviosismo excesivo y marcha irregular.
Igualmente se afecta su fisiología o funcionamiento del organismo por lo que se pueden encontrar detención de la rumia, ollares y hocico secos e incremento de la temperatura corporal, cambios en la cantidad de producción de leche de manera brusca, falta de apetito, debilidad, diarrea o heces demasiado duras y dificultad para defecar. (Lea: 6 enfermedades más comunes en los bovinos)
Es importante evaluar las constantes fisiológicas o signos vitales porque ayudan a determinar si existe una condición fuera de lo normal o si nos enfrentamos a una emergencia.
Todo eso es esencial para el reporte al médico veterinario sobre la condición del animal por lo que es indispensable que en todas las fincas el personal encargado de los animales tenga clara la técnica de medición y los valores normales de las diferentes constantes.
Entre las constantes fisiológicas básicas se encuentran: temperatura corporal, que es indicativo de enfermedad si se encuentra fuera de los valores normales. En los bovinos esta medición se realiza vía rectal utilizando un termómetro veterinario.
Es importante anotar la temperatura que marca el termómetro para informarle al veterinario y así realizar la comparación con los parámetros normales. Los bovinos adultos tienen una temperatura normal entre 37,7 y 38,5 grados centígrados y los terneros de hasta un año entre 38,5 y 39 grados centígrados.
Otro parámetro a tener en cuenta es la frecuencia respiratoria, que se traduce en el número de veces que el animal inhala y exhala durante un minuto. Se puede determinar observando los movimientos en el tórax y el abdomen del animal. (Lea: Histopatología, clave para el diagnóstico rápido de la tuberculosis bovina)
Esto lo confirmará el médico veterinario en el examen clínico usando un estetoscopio sobre la región pulmonar, pero es importante que se tenga una revisión previa para informar al profesional. La frecuencia respiratoria normal debe encontrarse entre 10 a 30 respiraciones por minuto.
Igualmente es importante revisar la frecuencia cardiaca o pulso y se determina de acuerdo al número de veces que el corazón se contrae para impulsar la sangre en un minuto. Se puede tomar en cualquiera de las venas superficiales pero es más fácil si se hace en la yugular. Las pulsaciones normales de los bovinos deben estar entre 80 y 120 latidos por minuto.
Tanto la frecuencia cardiaca como la respiratoria pueden tomarse pueden tomarse por un espacio de tiempo menor a un minuto.
Una vez se tiene claro que el animal está enfermo se debe informar al médico veterinario y mientras este llega se deben evitar riesgos, preservar la seguridad personal y la de los trabajadores apartando de inmediato el animal o animales enfermos para que no tengan contacto con los sanos; verificar todos los lotes del predio para confirmar que no haya más animales enfermos.
Igualmente se debe mirar la condición corporal del animal, el consumo de alimento, el desplazamiento detectando cojeras, pelo erizado, rechinamiento de dientes, bramidos constantes, que se deben informar posteriormente al veterinario. (Lea: Descubren método en sangre que mejora el diagnóstico de tuberculosis bovina)
La medición de las constantes fisiológicas se debe realizar mínimo dos veces al día hasta que el profesional llegue a la finca.
Si se sospecha de una enfermedad de control oficial, como fiebre aftosa, brucelosis, tuberculosis o rabia es indispensable informar de manera inmediata al ICA como autoridad sanitaria competente.
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